LA PATRIA | MANIZALES
“Abuelo, solo soy una niña”, le dijo la menor en varias ocasiones al sujeto, para evitar que cometiera vejámenes con ella.
Un adulto mayor, de 71 años, natural de Aguadas, no aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía el pasado martes por, al parecer, tocar indebidamente a su nieta, de 7 años.
Como pasa en este tipo de situaciones, el señalado se aprovechaba de los momentos de soledad para cometer el delito. Esto porque los padres de la víctima la dejaban bajo su cuidado, pues debían trabajar.
Sin embargo, la mamá de la niña notó una vez lo que hacía el posible abusador y no dudó en denunciarlo, así se tratara de su padre.
Según narró la Fiscalía en la audiencia, los hechos se dieron en el 2017, 2018 y principios del 2019, en los barrios San Cayetano y Pío XII.
Aprovechado
“Tocó a la menor por encima de la ropa, la acarició en varias partes, aprovechando que jugaban sobre la cama, acostados. La besaba. Le tapaba la boca y le decía que no les contara a los papás porque le pegaría. A cambio le daba dulces, muñecas y dinero”, narró el ente acusador.
A principios del 2019 le pidió que lo complaciera, la tomó de la mano para llevarla a la habitación.
La menor convivió con su abuelo durante 5 años. Cuando llegaba del jardín o de la escuela quedaba a merced de su abusador, pues sus padres laboraban y el hermano mayor llegaba sobre las 4:00 de la tarde.
Los profesionales que la atendieron tras conocerse el abuso indicaron que mostraba signos típicos de ansiedad: se arrancaba el cabello, se comía partes del borrador, mordía lapiceros, se mostraba triste e insegura, y le daba miedo dormir sola. Temía estar cerca del abuelo y cuando se lo mencionaban se desestabilizaba y rompía en llanto.
Prohibido reproducir o copiar esta nota sin autorización del autor y del medio.
La confianza
Que la mayoría de los casos de abuso sexual con menores ocurran en sus entornos más cercanos tiene un común denominador: la confianza. Precisamente, por eso, suele ser tan difícil identificar a tiempo una situación de riesgo.
El objetivo del abusador es generar una atmósfera en la que sus intensiones pasen desapercibidas y logren ganar espacios de privacidad donde, finalmente, puedan quedarse a solas con el menor de edad.
Los agresores siempre buscan ganarse la confianza, intentan ser muy cercanos, se inventan actividades lúdicas y recreativas con el propósito de compartir mucho tiempo con su víctima; tienden a ser muy cariñosos y suelen dar regalos sin motivo alguno. También se valen de guardar secretos o de darles dinero como una forma sutil de manipularlos y extorsionarlos.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015