MIGUEL ORLANDO ALGUERO*
LA PATRIA | MANIZALES
El retroceso en desarrollo social y económico de Manizales supera los 10 años, producto del impacto de la pandemia.
Esta es la conclusión a la que llegaron los analistas económicos consultados para este informe sobre los indicadores de pobreza monetaria del 2020, de mercado laboral del primer trimestre del 2020 y de Pulso Social del mismo periodo.
Reconocen que esta nueva realidad cargada de más desempleados, más personas pobres, más familias sin las tres comidas en promedio al día y más pesimismo del futuro económico hace que la indignación y los reclamos se aviven en la protesta social, que ya entra a la cuarta semana.
Año tras año, Manizales encabezaba los listados de la ciudad menos pobre, la menos informal, la de mejor calidad de vida y la más optimista, pero esto ha ido cambiando conforme a los resultados que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) ha ido revelando a lo largo de estos meses.
*Con apoyo de Juan Carlos Layton y Julián García.
Manizales
La capital de Caldas pasó de una población en situación de pobreza monetaria en el 2019 de 87.429 personas a 138.559 en el 2020, es decir, 51.130 personas más. Mientras que la línea de pobreza monetaria extrema subió de 8.140 personas a 33.706, una diferencia de 25.566 personas.
¿Cómo se hizo esta clasificación para el 2020? De acuerdo con el DANE, en Manizales la línea de pobreza monetaria es de $389.370, es decir, una persona que tenga menos de esa suma al mes se considera pobre. Para el caso de la extrema es de $137.890.
Según estas cuentas, la familia Muñoz Gómez, que se describe a continuación, está por debajo de la línea de pobreza extrema, ya que en promedio sus ingresos mensuales llegaron a los $300 mil en el 2020 y al dividirlo entre los cinco miembros, le corresponde a cada uno de a $60 mil.
Natalia vive en el sector del Portón del Guamo, donde residen cerca de 150 familias en la Comuna Ciudadela del Norte. Ella vive con sus tres hijos y su esposo, Héctor Fabio, quien es vendedor informal de frutas y verduras.
“Al principio de la pandemia la Alcaldía nos dio dos veces mercado, después no recibimos nada. Además, nos ayudábamos los unos a los otros, el que tenía compartía, pero ha sido difícil. A veces me tocaban la puerta para decirme: qué tal vecino, no tenía para comer, entonces salí casa a casa a pedir una libra de arroz, una panela, tres o cuatro papas”, relata Natalia, mientras organiza la ropa que lavó en una cuerda.
Empleo e informalidad
Héctor Fabio es el único que trabaja de la familia. Sale a las 6:00 a.m. hacia la Plaza de Mercado a rebuscar los productos, de ahí sale a venderlos y regresa a su hogar a las 4:00 p.m.
“Los ingresos cayeron al piso cuando estuvimos encerrados en cuarentena. Incluso pedimos plata prestada para el sostenimiento. Antes de la pandemia ganaba en promedio hasta $30 mil al día, ahora solo alcanza para $20 mil y hay días en que viene sin plata”, comenta Natalia, quien es la presidenta de la Asociación de viviendas de sectores populares, que busca recursos y ayudas humanitarias para hogares pobres.
Sobre el mercado laboral de Manizales, los resultados evidencian que la ciudad alcanzó una tasa del 18,9%, cuatro puntos porcentuales más que en el primer trimestre del 2020. El indicador es el más alto de los últimos 16 años, después de que el 2005 la ciudad reportó una tasa del 20,6%.
Asimismo, el DANE reveló que la tasa de informalidad en Manizales entre diciembre 2020 - febrero 2021 fue del 40,5%, el segundo porcentaje más bajo del país por detrás de Tunja. Para un total de 70 mil 100 ocupados informales.
Natalia narra que el año pasado salió a buscar empleo para ayudar a su esposo, pero sus dos hijos gemelos tuvieron un accidente y por eso le tocó regresar a casa a cuidarlos.
Seguridad alimentaria
“Desde el año pasado dejamos de comer las tres comidas al día, ahora son dos, a veces uno no desayuna para guardar para el almuerzo y la cena es cualquier cosita. La mayoría del sector pasa por lo mismo. A pesar de la precariedad no nos hemos acostado con el estómago vacío”, celebra Natalia.
Agrega que ha sido una ventaja para su familia que sus hijos sigan estudiando, porque les han dado mercados para la alimentación de ellos.
De acuerdo con la novena entrega de la encuesta de Pulso Social del DANE, para el primer trimestre del año, el porcentaje de hogares que consumían tres comidas al día antes de la pandemia en Manizales era del 94,2%, y para este periodo el reporte fue del 81,7%, una reducción de 12,5 puntos porcentuales. Es decir, 19.225 familias dejaron de consumir en promedio tres comidas al día.
Ahorro
Natalia sostiene que con los ingresos solo pagan el servicio de luz. Para el mercado usa lo que gana su esposo. En esa zona no pagan arriendo y cocina en fogón de leña, a veces con pipa de gas, pero no les alcanza para ahorrar.
“Tampoco tenemos internet para las clases de mis hijos, cuando tenemos, recargamos datos. Tomamos el agua de un nacimiento, se hierve y se cuela, además, Aguas de Manizales nos puso dos mangueras para traer agua potable, nos rotamos entre las familias para llenar canecas”, dice Natalia, quien vive en ese sector hace siete años. Con su esposo construyeron la casa con madera y zinc. Salieron desplazados del corregimiento La Isla, de Neira (Caldas) hace 10 años.
“Estamos olvidados por el Estado. Vivimos otra realidad. Así es este país. Lo que conseguimos es para sobrevivir”.
En la misma encuesta de Pulso Social el DANE indicó que el 73,9% de los hogares de Manizales no tiene posibilidades de ahorrar parte de sus ingresos; mientras que el 14% no tiene ni siquiera ingresos para hacerlo.
Caldas
En el departamento la población en situación de pobreza monetaria pasó de 285.343 personas en el 2019 a 306.591 en el 2020, un alza de 21.248.
Uno de esos afectados es Eustorgio Vernal, quien maneja una carretilla de acarreos en Chinchiná a sus 71 años. Dice que sobrevive con menos de $40 mil a la semana y que en un día se puede ganar $5 mil en acarreos, dinero que emplea para el sostenimiento de tres familiares. No paga arriendo porque la casa fue heredada.
Hasta finales del 2019 ganaba a diario unos $30 mil haciendo mandados y transportando la mercancía de las fruterías y de las tiendas. “La vida cambió de la noche a la mañana por la pandemia, el costo de la canasta familiar subió mucho y lo que uno gana no alcanza para casi nada”.
De acuerdo con el ránking por regiones del DANE, Caldas es la región que menor pobreza monetaria extrema, con una incidencia del 7,2% en el 2020. Esto representa un aumento del 1,8 puntos porcentuales respecto al indicador del 2019.
En cuanto a la pobreza monetaria ocupa el penúltimo lugar, una tasa del 30,7% en el 2020, frente al 28,7% del 2019.
Mínimo
La jornada de trabajo con su llevo (carretilla de madera y llantas de caucho) empieza a las 7:00 a.m. en los alrededores de las galerías, hasta donde sus clientes acuden para emplearlo.
Si se suman los ingresos de Eustorgio alcanzan la quinta parte de un salario mínimo, unos $181 mil 705. Cuenta que no recibe auxilios del Gobierno, por lo que debe acudir en ocasiones a la caridad pública. “A veces no puedo comer los tres golpes de la comida al día, en otras ocasiones no alcanza plata”.
El menú de la familia Vernal la componen granos y carnes de las más económicas. "El pollo, los enlatados y otros elementos de la canasta básica no van en ese mercado porque son muy caros", comenta Eustorgio, quien reconoció que en muchas ocasiones deben comer arroz sudado, tajadas de plátano maduro y un huevo.
Este menú cuesta alrededor de $5 mil y debe hacer dos acarreos para pagarlo. Si se revisa el histórico de la incidencia de la pobreza monetaria en Caldas retrocedió cuatro años y para el caso de la extrema se llegó a niveles de hace seis años.
Foto| Julián García| LA PATRIA
Eustorgio Vernal gana al mes la quinta parte de un salario mínimo. Hace acarreos en una carretilla.
Lo rural
La pobreza monetaria en Colombia llegó a 21 millones 21 mil 564 personas en el 2020, para un aumento de 3 millones 551 mil 522 de personas que entraron a la pobreza como consecuencia de las restricciones por la pandemia.
Situación contraria ocurrió en el sector rural donde la pobreza disminuyó el 3,9%, pasó de 2 millones 119 mil 843 personas en el 2019 a 2 millones 11 mil 813 en el 2020. Caldas destacó en este indicador porque el promedio de la población rural de sus 27 municipios es del 50%.
Beneficiados
"Cómo le parece que en medio de esta situación económica tan complicada por la pandemia, los agricultores y en especial los caficultores fuimos bendecidos. Estuvimos beneficiados porque pudimos seguir trabajando en el campo, al aire libre, sin limitaciones. Logramos buena producción el año pasado, buenos precios y buena calidad. En mi caso tuve un incremento de precios entre el 15% y el 20%, lo que muestra un buen panorama de recuperación".
La confirmación es del pequeño productor de café del oriente de Caldas, Luis Gildardo Trujillo Quintero, quien tiene una pequeña finca de 3 hectáreas de café en Marquetalia.
Roberto Vélez Vallejo, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, sostuvo que sin duda, el café fue uno de los sectores que contribuyó a esa buena noticia. “El buen precio logra reactivar la economía rural y solventar el alza de los costos de producción”.
De acuerdo con Trujillo Quintero, pese a la pandemia, la mejor noticia fue el repunte de la caficultora, que le dio más la mano a la economía del país, tanto en ingresos como en generación de empleo.
Aunque el 2021 pinta similar en precios y calidad, la petición de Trujillo Quintero es el aumento en los precios de los fertilizantes entre el 25% y el 30%, por lo que insisten en la necesidad de que haya una regulación de precios.
Críticas
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, sostuvo que la caída de la pobreza rural en el 2020 se explica porque el DANE, de forma sorprendente, redujo en 5% la línea de pobreza rural. “Nuestros cálculos indican que estaría casi 4 puntos por encima del reporte oficial. Nuestro análisis no pone en duda el profesionalismo o la capacidad técnica del DANE, al que considero extraordinario. Pero sí creemos que hay un error metodológico en el cálculo del 2020”.
Voces de los analistas
Se agotó el modelo histórico de desarrollo de la ciudad
Carmenza Saldías Barreneche, economista y magíster en Planificación y Administración del Desarrollo Regional:
La pobreza crece más en Manizales que en Caldas -monetaria más de 50% y extrema 4 veces-, lo que confirma un mayor impacto urbano de las crisis sanitaria y económica. El desempleo llega a sus niveles más altos del siglo, los ingresos cada vez son menores, no hay capacidad de ahorro, el hambre se generaliza y el pesimismo nubla el horizonte.
El café, en otras épocas soporte del aparato productivo, apenas evita que las zonas rurales reciban impactos mayores, pero los buenos precios ya no equivalen a bonanza. Y no pesa tanto ni tiene vínculos suficientes con economías urbanas, a pesar de esfuerzos tardíos de transformación y agregación de valor.
El problema no es coyuntural. Lo que está en evidencia es la vulnerabilidad de la economía urbana, desligada del café y las dinámicas rurales y agropecuarias; la casi desaparición de la industria, lo básico y restringido del comercio y la dependencia de servicios de apoyo a sectores universitarios, de baja capacidad económica.
Tal vez llegó el momento de reconocer que se agotó el modelo histórico de desarrollo de la ciudad y el departamento. Para evitar un empobrecimiento y deterioro mayor, hay que tomar medidas contracíclicas de apoyo a la población y sector productivo. Manizales, en tanto ciudad universitaria, está en un contexto territorial dotado de un sólido capital social y cultural, de las oportunidades que abre el conocimiento como soporte de la sociedad y la economía, y de una historia plena de lecciones sobre la capacidad de recuperación y reconstrucción en las crisis, de desarrollo de sectores productivos líderes a nivel nacional y con potencial de inserción global. Las crisis son oportunidades. ¿Quiénes, cuándo y cómo las tomarán?
Recuerdo que en la crisis del volcán en 1985 se promovieron leyes de apoyo a la industrialización, se fortaleció la Corporación Cívica de Caldas, se creó el CRECE, se hicieron programas de inversiones públicas, se formuló el Plan de Caldas Siglo XXI, se crearon nuevas carreras en universidades. Lo que quiero decir es que en ese entonces hubo un gran movimiento de la sociedad, las universidades y los principales gremios que, al actuar conjuntamente, contribuyeron a evitar la desesperanza, a recuperar expectativas y a diseñar salidas viables y realistas.
Es hora de recuperar esas lecciones, pueden ser útiles para impulsar una nueva acción colectiva. Es probable que los planes empresariales que se han venido desarrollando con la Luker y las universidades sean parte de la solución, pero es necesario hacer una tarea más colectiva, más popular, más ciudadana.
Manizales no tiene señales de retomar la senda del 2019
Alejandro Barrera, economista y docente de la U. de Manizales:
Las estadísticas socioeconómicas demuestran lo que tanto temíamos hace un año y los mandatarios no escucharon, que las medidas estrictas y confinamiento, en el falso dilema de salud versus economía, generaría una crisis social.
Solo es ver lo que pasa en las calles, es la explosión de un año de pandemia que desnudó la fragilidad estructural del sistema. El descontento social es una expresión de lo que está mostrando las estadísticas, debemos comprender que lo más importante para un ser humano es el trabajo, primero porque es la fuente de generación de riqueza y segundo, porque es la forma de creación de sentido de vida para muchas personas.
Los empleados particulares y domésticos prácticamente ya recuperaron niveles del 2019. El sector empresarial más sólido opera con normalidad y minimizó el golpe, pero los más vulnerables salieron del mercado. Es un panorama complejo para independientes y algo sucede con el sector público, que pareciera que la falta de ejecución presupuestal.
De acuerdo con los indicadores del primer trimestre del 2021, Manizales no tiene señales de retomar la senda del 2019, alejando el panorama objetivo de recuperación económica. La oferta laboral recobra cifras superiores a 57%, pero la demanda continúa débil inferior a 48%.
¿Estos cambios en el mercado que significan? Se reflejan en que la pobreza monetaria en Manizales fue del 32,4% en el 2020, ubicando a la ciudad con la cifra más baja de Colombia, pero su variación fue de 11,8 puntos porcentuales. Y en los famosos balances comparativos, Manizales no fue la mejor del país. Su incremento en pobreza fue mayor que el promedio nacional, al igual que la variación en tasa de desempleo.
Tenemos menos clase alta y media, y más pobres
Juan Felipe Jaramillo, secretario de las TIC y Competitividad de Manizales:
Las recientes cifras de pobreza divulgadas por el DANE muestran la crisis que ha generado la covid-19 en la región. Es un golpe fuerte porque del total de nuevas personas que entran a la pobreza (51 mil), 26 mil pasan a la pobreza extrema y 25 mil ingresan a lo que es ser pobre.
Cuando se revisa por clases sociales, podemos ver claramente el impacto, encontramos que en Manizales, el 32% vive en la pobreza, es decir, 1 de cada 3 personas es pobre; el 24% es vulnerable, el 40% es clase media y el 2,3% es clase alta, cifras del 2020. Cuando se revisa el 2019 encontramos que los pobres eran el 20%; los vulnerables, 27%; la clase media, 49% y la clase alta, 2,7%.
En cifras absolutas del 2020, Manizales tiene 138.600 personas pobres, 104 mil vulnerables, 174 mil de clase media y 9.800 de clase alta; mientras que para el 2019 los registros fueron: 87 mil pobres, 115 mil vulnerables, 210 mil de clase media y 11.500 de clase alta.
Uno puede concluir que las crisis tiene un impacto en la movilidad social que tiene la población, implica un retroceso de clases. Es decir, tenemos menos clase alta, media y vulnerables, y más pobres. Eso implica un impacto alto en el avance social, al menos las cifras que hoy son comparables en el DANE, las del 2012, no se tienen precedentes. Nuestra devolución en años de desarrollo supera los 10 años. Estos son los fenómenos que manifiestan las protestas sociales.
Hay que repensar y buscar soluciones, esto costará muchos más de inversión pública, de inversión debidamente focalizada, de crear condiciones adecuadas para que la población pueda volver a trabajar. Creo que la mejor receta que en este momento podemos tener es avanzar en el plan de vacunación, porque mientras haya menos restricciones desde la oferta, será muy difícil componer el mercado.
La situación hubiera podido ser mucho peor
Mateo Rivera, analista económico:
La pandemia ha golpeado muy fuerte el mercado laboral, esto se ve reflejado en la pérdida de la principal fuente de ingresos de los hogares. Hay por lo menos 40 mil personas buscando empleo y la tasa de desempleo presenta valores cercanos al 20%, esto significa remontarnos a principios de este siglo para observar tasas similares.
También nos debe preocupar el incremento de la pobreza en Manizales. En el 2012, el 26,7% de la población se encontraba por debajo de la línea de pobreza monetaria. Tomando como referencia que la pobreza disminuyó en 6,1 puntos porcentuales entre 2012 y 2019, hablamos que para esa disminución se necesitaron siete años y que en un solo año (2020) la pobreza se incrementó en 11,8 puntos porcentuales. El 32,4% de la población se encuentra en condiciones de vulnerabilidad, de acuerdo con el DANE.
La situación hubiera podido ser mucho peor de no haber sido por las ayudas y programas sociales del Gobierno, que evitaron que el incremento en la pobreza fuera más considerable. Urge la necesidad de avanzar en el mejoramiento de los registros administrativos y la interoperabilidad con las demás fuentes de información. El llamado es poner sobre la discusión la importancia de implementar reformas estructurales que permitan incrementar la productividad total. Por otra parte, se deben eliminar la barreras que impiden la generación de más puestos de trabajo formales.
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