"La Semana Santa es una realidad en la que toda la vida adquiere un significado", afirma el sacerdote Rubén Darío García, formador en el Seminario Mayor de la Arquidiócesis de Manizales. Agrega que si vivimos esta época con el sentido que tiene, "todos los minutos del día los pasaremos en fiesta, felices".
Así como los colores de la bandera de Colombia indican algo y recuerdan la historia patria, los gestos y los símbolos de las celebraciones expresan algo de la historia del pueblo de Israel, que la Iglesia Católica aplica para el mundo entero.
El presbítero Rubén Darío explica los principales símbolos:
1. Jesús entra en un burro.
Historia: el evangelio de San Marcos cuenta que Jesús ordenó a dos discípulos a que fueran por un burro, atado junto a una puerta y que lo desamarraran. Luego entró sobre él a Jerusalén.
Cómo lo entiende la Iglesia: Jesús entra con humildad, sin ostentar el poder humano. También indica que su reinado son las relaciones basadas en el amor.
Sentido para la vida: me dejo matar por el otro, o sea, si alguien me ofende, lo perdono. Lo común es matar al otro con las actitudes, por ejemplo si envidio el cargo de un compañero de trabajo y trato de hacerlo caer, y no debe ser así.
2. Aclamación con ramos.
Historia: en la época de Jesús, los pobladores acostumbraban a aclamar al rey o al emperador con ramas cortadas en el campo.
Cómo lo entiende la Iglesia: Jesús es rey, y un servidor. Por tradición se usaba la palma de cera, que al quemarla se utiliza para el Miércoles de Ceniza del siguiente año. La recomendación es usar otro tipo de plantas.
Sentido para la vida: Jerusalén es como el corazón del hombre, y cuando Jesús entra, sale el orgullo. Vivimos felices.
La Última Cena se basa en la pascua judía, pues Jesús era judío y practicaba las costumbres de su pueblo. Este fue liberado de Egipto en el siglo XII A.C., y desde entonces las familias celebran cada año ese evento, en el mes de Abib, que coincide con el cambio del invierno a la primavera, como paso de la oscuridad a la luz.
Jesús se sienta a la mesa con sus 12 discípulos, quienes se asombran porque suceden tres cosas que nunca antes habían visto:
3. Lavatorio de las manos y los pies
Historia: en la tradición judía, es el niño menor de la familia el que lleva el agua al papá para que este se lave las manos, como signo de purificación a la espera de que esa noche llegue el Mesías. Lavar los pies, además, era tarea exclusiva de los esclavos.
Cómo lo entiende la Iglesia: el maestro, que es Jesús, quiso enseñarles a los discípulos cómo se ejerce la autoridad, sirviendo.
Sentido para la vida: el que quiera ser el primero, que sea el último. Servicio y humildad.
4. Consagración del pan
Historia: cuando los judíos fueron liberados, a cargo de Moisés, tuvieron que comerse el pan ácimo, porque no hubo tiempo de que fermentara. En la pascua judía, los creyentes ponen en la mesa tres panes, que recuerdan a Abraham, Isaac (hijo) y Jacob (nieto). Uno está tapado, el de Isaac -refleja a Jesús-, que subió a la montaña para ser sacrificado por su padre como ofrenda a Dios, aunque finalmente no murió.
Cómo lo entiende la Iglesia: Jesús destapó el pan de Isaac para indicarles a los discípulos que ha llegado el Mesías, que es Él. Luego los invita a que hagan eso en memoria suya, ahí nace la Eucaristía (hostia consagrada). Quienes comulgan participan de la muerte y resurrección de Cristo.
Sentido para la vida: muero a mi soberbia, avaricia, lujuria y envidia para resucitar a una vida nueva.
5. Consagración del vino
Historia: antes de liberar a su pueblo, Dios les pidió a los israelitas –o judíos- que sacrificaran a un cordero, máximo de un año, y que con su sangre pintaran los marcos de las casas, para que esa noche el Ángel del Señor pasara de largo, sin herir a sus primogénitos. Mueren los de los egipcios. En la pascua judía, los creyentes ponen cuatro copas de vino para recordar ese suceso, pero una no la bendicen. Está reservada para el Mesías.
Cómo lo entiende la Iglesia: Cristo toma y bendice la cuarta copa como símbolo de la alianza nueva, que va a sellar su sangre derramada en la cruz. Él es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Con ese acto se termina de instituir el sacramento de la Eucaristía.
Sentido para la vida: cada misa libera, uno sale distinto.
6. Adoración de la Santa Cruz
Historia: la cruz era la pena de muerte para los malhechores o infractores de la Ley en la época de Jesús. Era el máximo castigo.
Cómo lo entiende la Iglesia: la cruz se vuelve el altar donde Jesús nos libera de la muerte, que es la consecuencia del pecado y de estar alejados de Dios. Por eso es el único objeto que se adora, con el Cristo, y los sacerdotes se postran como signo de humildad. A las 3:00 de la tarde de este día los creyentes guardan silencio, pues es la hora en que Él muere. Es más importante que recorrer el viacrucis.
Sentido para la vida: la muerte la vence la cruz. Cuando Cristo entra en mí, soy capaz de perdonar al que me hizo daño.
En la noche se realiza la Vigilia Pascual para celebrar la resurrección de Jesús. Hay cuatro liturgias o momentos: de la luz, de la palabra (lecturas desde la creación hasta la aparición de Cristo), renovación de los compromisos bautismales y consagración del pan y del vino. Dos símbolos centrales:
7. Encender el cirio y las velas
Historia: "Yo soy la luz del mundo", dice Jesús en el evangelio de San Juan.
Cómo lo entiende la Iglesia: cuando Jesús entra, ilumina y alegra la vida; vence la muerte, que no deja ser feliz. En la Vigilia, el sacerdote enciende el cirio, bendice el fuego y se apagan las luces artificiales para que brille la luz verdadera.
Sentido para la vida: la oscuridad simboliza la muerte, el pecado, en el que no somos felices porque no somos capaces de amar, pues sin luz no podemos ver el rostro del otro. La luz entra para poder amar, porque soy capaz de ver a los otros. La fe es la luz que llevamos por dentro.
8. Rociar el agua
Historia: los israelitas pudieron cruzar el Mar Rojo gracias a la intervención de Dios, como relata el libro del Éxodo (Antiguo Testamento).
Cómo lo entiende la Iglesia: el agua del Éxodo es un signo anticipado del bautismo cristiano, pues quienes reciben ese sacramento pasan de la esclavitud del pecado a la libertad de ser hijos de Dios. El bautismo siembra la fe.
Sentido para la vida: más sentido tiene recordar la fecha del bautismo, que del cumpleaños. Hemos nacido para no morir, sino para vivir y ser felices.
Blanco: resurrección (Jueves Santo, Vigilia Pascual).
Rojo: martirio, sangre, dar la vida (Domingo de Ramos, Viernes Santo)
Morado: espera (Adviento y Cuaresma)
Verde: caminar en el día a día de la mano de Dios (tiempo ordinario)
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