Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA
Ramsés instrumenta un natural a Corredor con el cual conquistó una oreja a un toro de vuelta al ruedo.
El Molinero
EL PREGONERO | Manizales
El toreo es cuestión de opiniones y por eso la tauromaquia se vive según la pasión con la que se le vea. Ergo, el consenso es esporádico y el disenso es, en ocasiones, el común.
La de ayer fue una corrida que puso a pensar diferente a cada quien. Quizás, cada espectador, al final de la tarde, quedó con un sabor distinto, después de una corrida estupendamente presentada, pero que a veces estuvo precisa entre la raza y la fuerza, rica en técnica y pasada en méritos. Santa Bárbara no decepcionó. De hecho, nadie lo hizo, solo que las cosas no se dieron y eso pasa mucho en los toros.
La corrida de ayer, en especial, por su conformación, se edificó sobre los primeros valores del toreo: el puro, el entendido y el respetuoso. El lunar: fallas en las espadas o bajos rendimientos finales de algunos astados que opacaron la concesión de los trofeos.
¿Justos o severos?
El epicentro de la polémica ayer fue la apreciación o premiación de la faena de Ramsés, a su segundo de la tarde. El matador bogotano tuvo el mejor toro del encierro. Corredor, de 460 kilos, le dio vida a la tarde. Al principio de su faena, mediante doblones, Ramsés obtuvo la primera comunicación efectiva con el toro. Y aunque, se despatarró en exceso, fue claro en querer torear con señorío. A Ramsés se le veía emocionado, pero en otras ocasiones, desbordado por un toro que le permitió hacer lo que quiso. Eso sí, ¿hizo lo correcto para dosificar la faena? Ahí está el disenso.
La presidencia le otorgó una oreja a Ramsés y reconoció a Corredor con una vuelta al ruedo. Muchos pedían la segunda oreja. Los cánticos, pitos y pañuelos no estuvieron tan fuertes para la segunda, como para la primera. ¿Era lo justo? Quizás, sí. ¿Que la presidencia fue severa? Sí. Y es un valor que se debe defender: el rasero.
Hay que advertir con vehemencia que debe imperar, en adelante, el mismo listón para todos los toreros, foráneos y locales.
La presidencia fue brava, como el toro, para contener el clamor popular y mantener el nivel de la plaza. Claro está, en ningún momento se puede desconocer la labor de Ramsés, más cuando llegó de la enfermería con algunas curaciones en su rostro por un feo puntazo de su primer toro, al que remató con más corazón que suavidad.
Mala suerte
El torero francés J. Bautista inicia un pase de pecho a su toro Cocinero, corrido en primer lugar ayer, con el que ejecutó una faena de suavidad esplendorosa.
La mala suerte provoca esas broncas impotentes que siempre son irresolutas.
Cuánto prometían las actuaciones de Juan Bautista y Ginés Marín si de trofeos se habla. Pero no se puede juzgar el toreo únicamente por la cantidad de apéndices en el haber cuando caen las tardes.
Juan Bautista, el torero francés que se estrenaba en Manizales, en su primero coció una faena exquisita. Los calificativos pueden quedarse cortos, pero la cadencia, la donosura y la pausa fueron elementos que solamente cuajaron gracias a la madurez del galo. Cuánto supo entender Juan Bautista a este toro, que lo oxigenó para que le rindiera en su faena a media altura. La bordó limpia, que dejó en la retina de muchos una serie de tres bernadinas que rayaron con la perfección.
Con Llorón, su segundo toro, quedó el desconsuelo de lo que pudo ser, pero no fue. El animal, muy justo de fuerzas, no le dio gran juego, aunque Bautista demostró su talante y hasta se las ingenió para que el público hiciera su petición musical. Vítores para un torero que como este debe regresar a Manizales, por su prudencia, esmero y técnica.
Repetición
Derechazo de Ginés Marín al toro Gritaclaro. Se aprecia la plasticidad en el pase.
Cinco centavos, como reza el adagio popular, le faltaron a Ginés Marín, como también sucedió el año pasado. Marín tiene un cariño especial por Manizales y lo hizo evidente, aunque la suerte no estuvo de su lado, nuevamente.
Pero, qué va. Marín, a sus 20 años, comprende como un sabio las situaciones complejas y se anima a buscar vida cuando todo puede verse como un pabellón oscuro.
El último toro de la tarde, Quitasol, en pleno atardecer, prometió, pero falló en sus promesas. Quizás le faltó castigo a un toro que en principio parecía tan bravo como el quinto.
Queda entonces para que cada quién se pregunte, ¿estuvo bien? ¿el éxito -no el triunfo- solo se mide en trofeos o también en espléndidas faenas, en toros conquistadores del ruedo, que desnudan la capacidad artística de los toreros? Si usted fue a la plaza, ¿quedó contento o bronco? Cada quien lo verá según lo sienta.
¿Qué resalta de la corrida?
Jorge Arturo Díaz
Una corrida bellamente presentada, astifina y noble. Dos faenas geniales. A Ramsés le negaron las dos orejas.
Fabián Escobar
La corrida fue magnífica. Todo estuvo bien y los toreros estuvieron con ganas. La corrida fue muy buena.
Francisco Javier Jaramillo
Lo que más me gustó fueron las picas. Los toreros estuvieron bien y los toros fueron muy buenos. Faltaron orejas.
José Félix Lafaurie
Fue una magnífica corrida, con un gran encierro. Fueron toros que dieron juego... Toros que obliguen al torero a ponerse en frente.
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