Yoga, una terapia para estudiar el cuerpo

Darío Augusto Cardona S

LA PATRIA | Manizales

El yoga es la unión armónica entre el cuerpo y la mente; es la coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace creando salud y bienestar en el cuerpo humano. Esta práctica en los niños mejora su concentración, atención y el manejo de las emociones.

Asimismo, les enseña a aquietar la mente, a relajarse, a meditar, a conocerse internamente, a respirar, jugar, mejorar el tono muscular y los sistemas del cuerpo.

La academia de yoga Gopi, de Claudia Liliana Gil, es una alternativa para poner el cuerpo y el espíritu en armonía. Allí combinan pilates con el yoga y enseñan danza Árabe.

Posiciones

Las mellizas Sara y Laura Carmona Gil al lado de su madre, Claudia Liliana Gil, practican algunas de las posiciones que se realizan durante el yoga.

Foto |Dario Augusto Cardona S | LA PATRIA

El manejo de una buena técnica de respiración es importante para comenzar y finalizar los ejercicios de yoga. Esta se puede hacer sentado en una silla con la espalda recta o totalmente acostado boca arriba. Comienza inhalando por la nariz, relajando el abdomen y expandiéndolo. Se sostiene la respiración un par de segundos y luego se exhala. Este ejercicio se repite por unos minutos. La concentración se lleva hacia la respiración enfocándose en el aire que entra, se retiene y se expulsa. En el desarrollo de esta etapa es bueno pensar en sensaciones agradables. Con este ejercicio se relaja la mente y se activa la inmunidad del cuerpo.

El árbol es una posición de yoga que se hace durante 20 segundo alternando las piernas siempre con los brazos estirados y las palmas juntas sobre la cabeza. Sirve para mejorar la concentración, el equilibrio, tonificar las piernas y el abdomen. También alivia los problemas del nervio ciático.

El flautista es otro ejercicio de yoga. Estando de pie, cruce la pierna izquierda por delante de la pierna derecha, descansando en los dedos del pie. Ubique las manos al lado izquierdo como si se estuviera tocando un flauta traversa y fije la mirada en ellas para mantener el equilibrio y la concentración.

El nadador. Es otra posición que comienza con la postura de gato, es decir, apoye rodillas y manos sobre el suelo de tal manera que quedan alineadas con los hombros y la cadera. Luego, levante la mano derecha y la pierna izquierda en posición horizontal, y viceversa. La mirada debe estar al frente, mirando un punto fijo. Este movimiento permite que el cuerpo quede en quietud interna y externa, concentrándose más en las sensaciones que genera y la respiración debe ser pausada.

La grulla. Esta posición es en cuclillas. Los brazos y las manos soportan el cuerpo que queda levantado. La mirada debe quedar fija hacia el horizonte. Esta postura debe mantenerla por 10 segundos. Beneficia la fuerza, la resistencia y la concentración.