Fernando-Alonso Ramírez
LA PATRIA|Manizales
Víctor Diusabá Rojas es periodista de oficio y es historiador de formación. Esta combinación termina en un narrador. Por eso mezcla hechos reales para contar historias de ficción. Ya lo había hecho con El espía que compró el cielo y ahora repite con Los beatos mueren a las cinco, novela histórica sobre la guerra civil española.
Siete hermanos hospitalarios al servicio de la Orden San Juan de Dios y una persona más que los acompañaba fueron víctimas de esa guerra, de la que se han escrito unos 15 mil libros, lo que le hace decir a Diusabá, que en proporción está más contada que la Segunda Guerra Mundial.
Entre esos siete hermanos se encontraba el pacoreño Esteban Maya, a quien hoy se le rinde culto en su pueblo y en la Catedral de Manizales, como beato que es, dignidad a la que fue elevado con sus compañeros, por Juan Pablo II, en 1992, al considerarlos martires la Iglesia Católica.
Para entender
Nada mejor para entender la historia que los libros literarios. Tal vez se pueda desconfiar del dato preciso, pero no del entorno en el que se desenvuelven las acciones. "El contexto sí que es definitivo en este caso, porque no solo refleja esta historia lo que sucedió en España, sino sus efectos directos con las relaciones exteriores y también habla de estos tiempos de la verdad, la justicia y de la reparación".
Porque poco se sabe que el gobierno español de ese entonces, la Segunda República, ad portas de perder una guerra, pagó a las familias de los beatos una indemnización por su muerte, justo hace 80 años, dos años después del homicidio de los hermanos en Barcelona a manos de anarquistas: "Un Gobierno que está perdiendo la guerra y saca 27 mil dólares de la época por familia y los pagó. Es un gesto altruista, un precedente que vale la pena recordar".
Tampoco se conoce mucho que esas muertes se pudieron evitar. Los hermanos fueron entregados a la Embajada de Colombia en España, pero todo indica que el embajador, Carlos Uribe Echeverri, se quiso deshacer pronto de esa responsabilidad y para hacerlo lo hizo ir por el camino de Barcelona, en donde andaban asesinando curas.
En contraste con esta actitud, el cónsul de Colombia, Carlos Ruiz Alvarado, intenta por todos los medios, salvar a los hermanos. "Mucha gente que ocupa este tipo de cargos olvida la responsabilidad que tiene frente a una sociedad, eso pasa con el embajador que pone a estos hermanos en la boca del lobo, con las consecuencias que ya todos sabemos, mientras el cónsul se desvive por tratar de ayudarlos. Se estaba jugando la vida, porque eso significaba preguntar insistentemente por ellos en la Barcelona que estaba en poder de los anarquistas y de algunos fanáticos, capaces de cometer las peores atrocidades, como había otros capaces de cometer las peores atrocidades en el bando contrario".
Documentación
Para contar esta historia, Diusabá viajó a Concepción (Antioquia), de donde era el hermano Rubén de Jesús López, cuya hermana es pieza clave en la novela. "Si alguien se ha preocupado en las guerras y después de ellas es la mujer, han tenido el valor inmenso. Es un homenaje a la mujer, así lo quise plasmar. Concha es una mujer que no solo se basa en su sentimiento, sino que se ha tomado el trabajo de investigar y saber de su hermano".
Los hechos se dan en el 36, pero también en el 92, en la consagración de los hermanos como beatos. Ella asiste a Ciudad del Vaticano a la ceremonia, aunque no conoció a su hermano, de una familia numerosa. Porque otro aspecto del que nos habla el libro es que esos fallecidos son gente humilde, de municipios humildes como Pácora, Tello (Huila), Paipa (Boyacá) o Concepción y Sonsón (Antioquia).
Explica Víctor que eso sucede en esos instantes en los que se recluta para diferentes causas y la Iglesia Católica no es la excepción. "Se aparecen por allí los sacerdotes del municipio o algunos jerarcas y les piden a las familias que le cedan un alma a Dios y eso le daba estatus a la familia dentro de la localidad y ayudaba a la familia porque era una boca menos que alimentar. Ellos terminan oficiando como enfermeros y coinciden con el comienzo de la Guerra Civil Española, que los primeros meses están marcados por la barbarie y por el fanatismo".
Ideas
Es un momento muy interesante de la historia de las ideas en el mundo. "La primera mitad del siglo XX marca el derrotero de la humanidad hasta hoy. Es una ebullición que apasiona, porque en esa guerra se encuentran todas las ideologías y todos los matices de esas ideologías. Debió darse en otro escenario, pero se dio en la guerra", comenta.
Y agrega: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, ninguna institución, ningún partido que se pueda librar de lo que pasó. En esta novela se da cuenta de responsabilidades del anarquismo y de la Iglesia. "La guerra no terminó en el 39, se extendió hasta el 75, mientras Franco fue dictador. Lo de la guerra fue atroz, pero lo de la dictadura también".
Para Víctor, no es escondiendo los hechos como una sociedad soluciona sus problemas. Al contrario, como buen periodista, cree que la solución empieza por sacarlos a la luz y hablar de ellos. Y con la convicción que le da el haber estudiado tanto sobre la guerra en España, dice que Colombia tiene tela para cortar aún. "Estos son momentos muy difíciles porque estamos apenas arrancando el proceso de paz, ahora viene lo más difícil".
El título de Los beatos mueren a las cinco obedece a las sacas que se hacían de los prisioneros en la madrugada de esos primeros meses de la guerra y los fusilaban a la salida de los pueblos.
La portada corresponde a la foto de unos anarquistas que se toman un templo y se ponen los ornamentos y se visten como una burla a la Iglesia.
El autor
Periodista bogotano. Fue jefe de redacción de El Espectador, editor general de Colprensa, director de Semana.com y columnista de los diarios El País, de Cali; de El Colombiano, de Medellín; Vanguardia Liberal, de Bucaramanga; El Universal, de Cartagena; La Opinión, de Cúcuta; y LA PATRIA. De este periódico cita un par de editoriales del año 36 en la novela. Es autor de los libros El 9 de abril, la voz del pueblo, La afición y El espía que compró el cielo.
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