LISET ESPINOZA
LA PATRIA /MANIZALES
La salsa y el jazz se escuchan en Manizales. Ambos han tenido sitios emblemáticos en la ciudad como Timbalero, un gril antillano fundado por Rigoberto Bedoya Restrepo, o Quién, un bar en el que se hicieron los primeros conciertos de jazz en vivo en los años 70.
La historia del surgimiento de estos sonidos, así como los músicos más importantes que llegaron a la capital de Caldas la cuenta Carlos Velásquez, investigador musical, en su libro Manizales al ritmo de salsa y jazz, que presentó el martes en el auditorio de Confa.
“Es la historia musical, pero a la vez es la historia mía de cómo evolucioné con ella y quise hacer esta investigación para dejarla escrita y no se perdiera, porque hay gente que no sabe cómo surgieron estos lugares”, expresa el autor.
Origen salsero
Hablar con Carlos es darse cuenta de su gusto y conocimiento de la música. En este texto de 300 páginas, editado por Hoyos Editores, le cuenta al lector que en 1934 aterrizan en la ciudad músicos cubanos siendo el primero el Trío Matamoros y después Bobby Capó, Mirtha Silva, Rafael Hernández, Isolina Carrillo (compositora de Dos Gardenias), Daniel Santos, Celina y Reutilio (intérpretes de Que viva Changó), La Orquesta Aragón y salseros más contemporáneos como Frankie Vásquez, Frankie Figueroa y Jimmy Bosch.
“En Manizales los primeros sitios de salsa surgen en los años 70. Salsa es el término que le dan a la música del Caribe para comercializarla y eso fue lo que hicieron Johnny Pacheco y Jerry Masucci. La salsa es música que habla del barrio, del hombre en los Estados Unidos, porque es música de emigración de puertorriqueños, cubanos, dominicanos y colombianos que se reunían en barrios latinos de Nueva York para empezar con este sonido”, cuenta.
En el establecimiento Mi Ranchito se escuchó el primer disco de salsa y en el 76 llega Rigo con Timbalero y después otros espacios como El Rincón Antillano, La Clave, Chivago, Bongo Loco, La Fania y Azúcar, estas cuatro últimas fundadas por Reinaldo Cardona, quien se destacó, según Carlos, por ser el primero en tener una colección seria de música antillana en Colombia.
Foto / Cortesía Carlos Velásquez / LA PATRIA
Presentación del Septeto Nacional de Cuba el 4 de enero de 1991, en la Feria de Manizales.
Cambio
Sin embargo, añade Carlos, al tornarse la salsa comercial, sobre todo cuando cae en lo romántico hay un cambio en la presentación del estilo salsero.
“Se acabaron las orquestas de salsa, de fuerza, de tres trombones, cuatro saxofones, toda una percusión con piano, bajo, tumbadoras y tambores. La salsa se concentró en el cantante cuando nace la salsa romántica y ya no se hablaba de una orquesta, es más no importaba ni qué orquesta acompañaba al cantante, y hoy en Manizales hay un gran auge de la salsa romántica”, afirma.
Por este motivo, desde su criterio, la salsa duró hasta los años 80 y 90, porque se desgastó, no era creativa y los compositores se repetían igual que los arreglos musicales. “Hoy no existe un movimiento salsero en el mundo, existen algunos cantantes y orquestas que hacen salsa, pero como movimiento no, eso fue un hecho histórico, fue toda una cultura de barrio, una generación que prácticamente desapareció porque los grandes cantantes de salsa ya murieron”, asegura.
Personajes
En el libro Carlos también menciona a esos personajes que hacen parte de su historia musical como Francisco Gaviria, quien se hizo conocido por ser el primer hombre en vender música en una carreta. “Se llamaba la carreta musical y la ubicaba donde queda hoy el Banco Popular. Tenía todos los éxitos y surtió a los salseros de música. También está Luis Eduardo Martínez, coleccionista de música, y Eliécer Corredor quien trajo el primero instrumento de percusión (Bongó)”.
También habla de las tiendas de barrio de la salsa, que las define como santuarios para escuchar esta música, y que son muy apetecidas, sobre todo, por quienes están de visita en la ciudad.
Llegada al jazz
Por la evolución de la salsa, Carlos salta al jazz que para él “es la música del siglo XXI”. Comenzó escribiendo algunos artículos de música en LA PATRIA y en radio los programas los enfocó en jazz al hacer parte de un festival que tuvo la ciudad por 10 años. “Ese Festival de jazz se hacía en las noches en el Teatro Los Fundadores alcanzando a tener 93 músicos de África, Italia, España, Francia, México, Brasil y Cuba, ese evento fue tan importante que paralelamente se hacía una muestra de jazz colombiano en el auditorio de la U. Nacional y en el Teatro 8 de Junio de la U. de Caldas”.
Añade que de ese trabajo nace el programa Manizales en clave de jazz como iniciativa de la junta directiva de ese evento. “El jazz no es música de intelectuales ni de cultos. Este sonido como la salsa nacieron en las plantaciones cañeras, cafetaleras, es música popular no de élites”.
Foto / Cortesía Germán López Quintero/ LA PATRIA
El libro se hizo con patrocinio de la ILC y en la foto están Lázaro Domínguez, Carlos Velásquez, Celina González, Fabio Arias, César Pagano y Alberto Castaño durante la primera visita de Celina y Reutilio (26 de marzo de 1994) para un concierto en el Coliseo Mayor Jorge Arango Uribe.
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