ANDRÉS RODELO
LA PATRIA | MANIZALES
Tres gatos enormes se asoman en la carrera 17 # 51B del barrio La Asunción de Manizales. Peatones pasan de largo por el andén, otros se detienen y los miran. Uno es de colores gris y café, otro, gris y blanco; el restante tiene pelaje blanco, con un ojo azul y el otro dorado.
Están congelados, inanimados en un mural realizado por el artista local LO2casero. Una obra que rinde tributo a los felinos y que se suma a otras que enaltecen a animales domésticos y salvajes en superficies de la ciudad. “Un homenaje a esos maravillosos seres que siempre nos enseñan algo”, escribió el artista en su cuenta de Instagram. “Me causa ternura, quisiera ver a mi gato ahí pintado”, indicó Natalia Velásquez, quien pasó por el sector.
El propósito es inculcar el respeto por estos seres vivos y exaltarlos para transmitir que la vida humana está ligada a una convivencia con otras especies.
En un costado del Coliseo Menor, un oso perezoso se aferra a una rama en lo alto de la pared. Un árbol en el andén de la calle se eleva hasta alcanzar el lomo del animal y pareciera que el oso acaba de salir de las ramas para tomar el sol. Abajo de este, al nivel de la calle, un tigre dirige la mirada al cielo, tal vez en estado de alerta por si el perezoso da un paso en falso y cae.
En la parte inferior se lee la firma de Otis, muralista local: “Presento a estos animales de manera agrandada, como si les pusiera una lupa, con el fin de apreciarlos y reflexionar sobre qué hacemos por ellos, cómo los respetamos. Aquí el muro es una herramienta para educar”, mencionó el artista.
Valor
Alexánder Rodríguez, director del Festival Biocultural, evento que interviene muros de Manizales, dice que estas expresiones transforman los hábitos: “El fin es valorar a los animales, visibilizarlos, darles el lugar que merecen en nuestra sociedad. Sobre todo, no considerarlos inferiores”.
Diana Lorena Gómez, directora del Festival de Graffiti y Narrativas Urbanas de la Corporación Emergiendo, explica que otro objetivo es sentar una posición frente a los conflictos medioambientales en Manizales: “Muchos no entienden que están invadiendo el espacio de los animales y no al contrario, debido a la expansión de la ciudad. Realizamos un mural sobre las zarigüeyas en respuesta a quienes las consideran feas y desagradables. Es lógico que se topen con ellas en ciertos sectores, pues Manizales le arrebata cada vez más terreno al ámbito rural y los animales necesitan su hábitat”.
Tres perros y un gato en esta esquina de la carrera 20 con calle 13, en el barrio Chipre.
Un tigrillo del artista Cráneo, en un costado del Coliseo Menor Ramón Marín Vargas.
Arriba, el oso perezoso. Abajo, el tigre. Obra del artista local Otis.
Una zarigüeya y sus crías, en la Avenida Santander entre calles 44 y 43. Mural de Mr_Vez.
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