LA PATRIA | Madrid (España)
Una vez que se conocieron los carteles de la próxima feria de Manizales primero en las páginas de LA PATRIA, nos hemos dado a la tarea de hablar con los protagonistas del ciclo en una serie que entregaremos desde hoy, todos los domingos, hasta que suenen los clarines y timbales de la Plaza de Toros de Manizales el domingo 5 de enero.
Comenzamos con Joaquín Galdós, el peruano de 24 años, que tomó la alternativa el 20 de junio de 2016 en Istres (Francia) y que se ha convertido en un torero de gran proyección, no solo por el valor que se le antecede a todo el que se pone delante de los toros, sino también por la elegancia y la clase que desprende su tauromaquia.
Aunque Joaquín es limeño y forma parte de esa nueva ola que ha puesto a Perú como la gran potencia taurina del continente, ha hecho toda su carrera en Europa, en donde cierra este 2019 una excelente campaña que le ubica en ese grupo de toreros jóvenes llamados a ser el revulsivo del escalafón; razón por la que es un acierto tenerlo en Manizales.
Joaquín, antes de hablar de su inclusión en Manizales, ¿qué balance hace de su temporada 2019?
Ha sido un año muy importante para mí, aunque también ha sido difícil. He toreado más que años anteriores, aunque perdí varios compromisos por los percances, y he podido ver mi evolución, siento que voy creciendo y me veo más sólido. Sobre todo, porque he tenido pruebas duras este año y me sabido sobreponerme a ellas.
Dejó usted muy buen sabor en Sevilla y Madrid...
Sí, es cierto, sentí el respeto de aficiones tan exigentes, pero es una pena no haber conseguido puntuar en plazas de esa importancia. Seguramente si no pincho a mi segundo toro en Sevilla, la vuelta al ruedo habría sido con alguna oreja en la mano y mi temporada habría sido distinta, entrando en más ferias, porque un triunfo fuerte en las primeras ferias te allana mucho el camino. Sin embargo, a partir de Algeciras, tras mi paso por Granada, todo fue a más.
Este año ha sido Francia la que le ha dado más fuerza y, al mismo tiempo, le ha puesto a prueba, con una cornada de pronóstico muy grave que puso en serio peligro su vida.
Sin duda, en Béziers le corté las dos orejas a un toro muy encastado de Robert Margé y esa faena tuvo mucho eco en toda Francia. También la de Bayona, en donde, si no pincho al primer toro, habría cortado tres orejas, pero, mira cómo es esto, que al final esa misma tarde, después de dar una dimensión muy importante, viví la cruz de una cornada que puso en peligro mi vida. Aún así, recuerdo esa tarde con satisfacción porque fueron toros de La Quinta que sacaron todo lo bueno y lo complicado de su encaste Santacoloma y primero tuve que poderles para luego sentirme mucho toreándoles. La cornada fue un accidente, fue entrando a matar muy recto. Afortunadamente sucedió allí, donde hace un año vi como ese mismo equipo médico salvó la vida la Thomas Joubert de una gravísima cornada en la femoral y esta vez lo hicieron con la mía.
Se recuperó en tiempo récord, pues apenas tres semanas después ya estaba toreando de nuevo...
Sí, dentro de lo grave que fue, la cornada fue bastante limpia y el excelente trabajo de los médicos y de mi fisioterapeuta me permitió volver a estar físicamente en condiciones para torear en un tiempo que nadie pensaba que podría hacerlo. Yo deseaba volver a vestirme de luces y enfrentarme al toro cuanto antes para matar los esos fantasmas, quitarme las dudas, y que fuera todo tan rápido me ayudó a no pensar demasiado. Sí recuerdo que, cuando fue a matar ese primer toro de Majadahonda, el primero después de la cornada, me puse en el mismo sitio que con el de Bayona y entré con la misma rectitud. Esta vez la espada entró y corté las dos orejas. Ya no tuve más dudas. El subidón moral ha sido muy bueno. De hecho, me tiene más incómodo un corte con la espada al día siguiente en el pie, pues es una zona que, con el sudor, está tardando en curarse y es bastante más molesto.
Al final, viene a América con 16 corridas y 18 orejas en el esportón.
Sí, ha sido una temporada bonita y, para mí, muy positiva. Ahora toca el turno de América, aunque he venido un par de veces a torear unas corridas en Perú y en este momento estamos en plena feria de Lima.
De la que defiende el “título” como triunfador del año anterior.
Así es, siempre quise tener el “Escapulario de Oro” y, después de estar muy cerca de ganarlo en 2017, he tenido la suerte de ganarlo en 2018. Este año corté ya una oreja en mi primera corrida y me queda otro compromiso con el que espero volver a disputar el trofeo. Me encuentro en buen momento y, seguramente, me servirá para llegar a punto a Manizales.
Es la primera vez que entra en las ferias colombianas, pero no su debut en el país.
Sí, estoy muy contento y orgulloso por poder entrar en el circuito de las ferias colombianas y hacerlo en la más importante de ellas, la de Manizales. La verdad, me han hablado maravillas de la feria y de la ciudad y estoy deseando hacer el paseíllo. Antes, estuve en la plaza de Puente Piedra, primero como novillero, con una novillada de Mondoñedo a la que le corté tres orejas, y luego con una corrida de Vistahermosa con la que no tuve mucha fortuna en el sorteo. Sin embargo, me ha servido para conocer, tanto al público de Bogotá, como un pedacito de ese país maravilloso.
¿Qué es lo que más le gusta de Colombia?
¡La comida! Justamente lo que menos puedo [risas]. Es que es muy buena, pero no te puedes comer un sancocho o una bandeja paisa antes de torear… ¡Con lo que me gustan! Pero también la gente, que es cariñosa, muy cercana y te hacen sentir como en casa.
¿Qué le han contado de Manizales?
Créame que ya me daba curiosidad desde antes de verme contratado, lo he hablado con compañeros, con amigos colombianos y más o menos me hago una idea de lo que puedo esperar. Sé que es una ciudad pequeña, que el toro es el eje de sus fiestas, que se come bien [risas], que sus mujeres son bellísimas y que, aunque a veces hace frío o llueva, el público es muy caliente, que se entrega cuando ve cosas buenas, pero que también es exigente. Eso es algo que me gusta. Además, saber que el público va en masa a la plaza es una motivación extra y, mucho más, en la Corrida de la Juventud. Por eso estoy deseando que los toros de Paispamba embistan para que todos salgamos contentos de la plaza y yo pueda volver.
Joaquín Galdós toreará en la corrida del lunes 6 de enero ante toros de Paíspama. Alterna con los paisas Luis Miguel Castrillón y Juan de Castilla.
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