LA PATRIA | Manizales
No es necesario ser un sabio, tampoco el más entendido para comprender que el toreo es un arte complejo y, en ocasiones, fuerte.
Lejos de la falacia de entender el arte como solo lo que es bello y estéticamente correcto, la tauromaquia se abre para vislumbrar conceptos de lucha y dominio reales dentro de la naturaleza.
Un torero que sufre y cae durante en la lidia también hace parte del escenario primario del toreo. De allí a que el sufrimiento solidario que se vive en los tendidos signifique, en muchos casos, la unión entre aficionados y matadores.
Sin embargo, el arrojo y el tesón torero se hacen evidentes cuando de la arena surgen inspiraciones contenidas de sangre que bulle. Por eso, a colación viene una impresionante imagen del matador Juan José Padilla, quien en su primer par de banderillas de la corrida del jueves pasado en Madrid sufrió una voltereta que dejó su vida en el filo de la inercia, la fuerza y la gravedad.
Milagrosamente, el torero de Jerez de la Frontera salió avante de su nuevo encuentro con el peligro y, quizás, con la muerte.
Estas escenas producen miedo, pero también alivio cuando con tanta fuerza como la de la caída, o mayor, la lidia continúa.
La historia es fiel testimonio de aquellos que lo han dado todo en los ruedos del mundo, que padecieron para levantarse, pero que tuvieron posteriormente una redención dentro de los cánones del toreo. Por eso resulta ineludible que en ocasiones la arista del dolor y de la fuerza acompañe la esencia del toreo.
Ese elemento mágico, que se dificulta explicar en la mayoría de casos, cuando toro y torero se acompasan, es el que lleva a miles de aficionados a las gradas a observar silentes el devenir de los festejos.
De esos momentos cálidos, conectados y aplicados quedan siempre finas estampas tanto en la repisa de trofeos como en los sellos fotográficos.
Alejandro Talavante, torero que ha dejado en sus presentaciones finos detalles de estética taurina, ofreció el pasado jueves en Granada (España) claras facetas de un torero que prosigue su escalada. Se llevó tres orejas de los ejemplares de Núñez del Cuvillo que le permitieron también acariciar el éxito, aunque sea efímero.
Claro está, en Manizales también se han vivido tardes ambientadas por la adrenalina corriente. Aunque lluviosas, siempre memorables. No por poco, los mejores de la historia contemporánea del toreo han visitado la Monumental, en carteles que convocan en todo el continente.
Se mantiene en España el crecimiento de José Arcila, torero caldense que salió triunfador de su primera corrida en suelo ibérico el sábado 21 de mayo. Aunque con un lote desigual, tuvo suficientes recursos para buscar las tres orejas que le otorgó el juez de plaza. Es un éxito rotundo para Arcila, quien permanece con tus tientas y con ello, gana experiencia en la arena.
Foto | Cortesía | LA PATRIA
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015