LA PATRIA | Manizales
Un recorte de LA PATRIA reposa en casi todos los álbumes familiares de los caldenses. Matrimonios, bautizos, aniversarios, cócteles o incluso fallecimientos hacen parte del rollo fotográfico que ha retratado el periódico durante sus 95 años.
Las sonrisas, poses, caras simpáticas y otras tantas desprevenidas se han paseado por las páginas sociales, una de las secciones más queridas por los lectores, pues despierta la curiosidad de verse o encontrar una cara conocida para replicar la información. De acuerdo con google analytics en el 2015, esta sección tuvo un millón 726 mil vistas y en lo que va corrido del año se han registrado en promedio 174 mil visitas en la página www.lapatria.com.
Olga Rivas de Echeverry, conoce muy bien del tema. Ha estado delante y detrás de estas hojas durante muchos años. Sin embargo, guarda en su memoria su paso por la redacción en 1998 como editora de la sección sociales. En ese momento enfrentaban el cambio de computadores antiguos a un sistema más moderno.
Aunque unos se rehusaban a abandonar la máquina de escribir, ella con su conocimiento incipiente en la tecnología se aventuró por aprender e iniciar la carrera más difícil: hacer que otros aparecieran sin el miedo que provocaba salir en la prensa.
"Era tan difícil convencer a las personas para que se dejaran tomar una foto. Tocaba rogarles mucho. En esa época recuerdo que las señoras me llamaban para que no les publicara la comida en la casa o el matrimonio de los hijos, porque no pudieron invitar a la gente y si veían el periódico se daban cuenta de que no los invitaron. Estar ahí representaba y aún significa todo un honor", relata doña Olga.
Hacer y aparecer
Entre historias, risas y desparpajo, cuenta que de la mano del fotógrafo Carlos Sarmiento, quien trabajó en LA PATRIA durante 50 años, compartió cientos de experiencias. "En ese tiempo no había cámaras digitales y una vez salíamos del evento, debíamos regresar a la redacción, revelar las fotos en físico y luego escanearlas. A veces la gente salía con los ojos cerrados, unos con malas posturas o haciendo muecas. No es como ahora que se pueden hacer retoques y todo es con la inmediatez de la tecnología", comenta.
Y también tuvo sus equivocaciones. En los pie de fotos confundió nombres y apellidos, aunque trataba de ser muy cuidadosa. Recuerda que se ganó un problema por ponerle a una señora su apellido acompañado del de, una tradición muy común en ese tiempo, que según ella era elegante y bien visto en la sociedad. "La lectora me decía que ella no era de nadie, que porqué no le publiqué sus dos apellidos. Se salió de casillas", evoca con risas.
Comenta que debió lidiar con fuertes temperamentos. Las personas querían ver su evento al día siguiente, pero explicaba que tenían que esperar el cupo, capacidad y cantidad de páginas para sus publicaciones. Sin embargo, rescata que el cambio de las página sociales ha sido drástico, pues desde su salida siente que cualquier espacio es pretexto para aparecer en la sección.
"Todo el mundo tiene derecho. Una vez una señora me dijo que en el cielo también hay estratos sociales: ángeles, arcángeles, querubines y serafines y seguramente mi error fue solo publicar los ángeles, pero todos merecen salir porque en cada familia representa algo muy especial aparecer en el periódico".
Pese a que su estadía en la redacción fue corta aprendió del oficio del periodismo social. 16 años atrás no era tan sencillo asistir a la fiesta y tomar nombres, se trataba de una reportería más cercana, pues hasta tener celular era un lujo que muy pocos podían darse.
"Me imagino que el Facebook y el Whatsapp han facilitado todo, pero en mi época tocaba llegar al evento a las 4 y como es típico en los manizaleños a las 6 no había empezado. Sin embargo, de eso aprendí y disfruté mucho en la redacción. Conocí gente maravillosa", recalca.
Cuando llegó a Salamina
Foto | Archivo | LA PATRIA
Esther Sierra, ya no recuerda cuántas veces ha aparecido en las páginas sociales. Hace un inmenso listado, pero rescata su debut en declamaciones, desfiles de moda, condecoraciones y participante en el reinado nacional del Club de Leones, en Pasto (1954). Todos estos eventos le han permitido recortar imágenes que ella y su familia guardan en las páginas de sus recuerdos más especiales.
"Que LA PATRIA llegara a Salamina y lo vieran a uno ahí mojando prensa era maravilloso. A veces sabía que me tomaban la foto otras ni cuenta me daba y a los días me decían: "Ve Esther saliste muy linda en aquella foto". Eso le debe pasar a mucha gente y me parece que es muy bonito".
Y aunque el tiempo ha pasado y las fotografías a color, editadas y retocadas pertenecen al hoy y al ahora, los rostros de los caldenses seguirán apareciendo a diaro para conmemorar lo que sucede en la ciudad. "Siempre será un motivo muy bonito aparecer en LA PATRIA", concluye Esther.
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