Siembra fama...

Fernando-Alonso Ramírez | @fernalonso

En camisa de once varas se metió el periodista Aldemar Solano Peña al dedicarle un libro de 362 páginas a buscar en dónde se encuentra el origen de La fama de las pereiranas como titula su texto. Arranca el documento con el escándalo que se armó en el 2002 por un artículo que publicó en un periódico de España la periodista Salud Hernández-Mora, con el nombre de Viaje a la cuna de las prostitutas. Entonces este documento generó una ola de indignación que incluyó a líderes de esa ciudad que emprendieron campañas para reivindicar el nombre de la mujer pereirana.

Sin embargo, lo que deja ver Solano es que de la indignación poco se pasó y tampoco se ha hecho nada por solucionar los problemas que afectan a las mujeres de esa ciudad, como a la de casi toda Colombia, de violencia de género, de estigmatización, de no poder ejercer sus derechos.

Por supuesto que en el viaje al pasado que adelanta el periodista hay varias piedras para los manizaleños y manizaleñas que pudieron haber ayudado a crear esa fama. Aldemar deja escapar también en cada oportunidad un anticlericalismo que raya en el juicio de valor, al tiempo que trae a colación documentos muy valiosos sobre el proceso de evolución o cambio de la zona de tolerancia en la vecina ciudad.

El libro ha sido un éxito editorial. Se vendió como pan caliente, aun entre quienes se indignan porque el título les puede sonar escandaloso a sus mentes sensibles, y se puede estar pensando en una segunda edición en la que ojalá se corrijan algunas imprecisiones y detalles de estilo, sobre todo el tono que se torna a veces como catilinaria, sobre todo cuando se juzga con el rasero de hoy la mirada moralista del pasado.

En la documentación se nota sobre todo la experiencia del periodista, el mismo que ha sufrido hasta los embates de la censura judicial. Él acude a textos antiguos, a piezas publicadas en periódicos en el pasado, a los poemas de Luis Carlos González, a la novela Risaralda, a las anécdotas que cuentan los vecinos, a las discusiones por la separación del Gran Caldas, a las distorsiones que pudieron tener en el tiempo dimes y diretes sobre la forma de ser de las mujeres de esta ciudad.

Después de leer este texto, se da uno cuenta que la fama solo es eso y que muchas cosas que señala Aldemar en su libro sobre los comportamientos o situaciones que llevaron a crear esa fama infundada es el mismo de las mujeres de esta región, que son amables por naturaleza y que tienen una vocación de servicio. Claro, también los fenómenos sociales como el narcotráfico o la migración han ayudado a ampliar este discurso que no pasa de ser parroquialismo en la peor de sus formas.

Algunas frases:

• "La fama ni es buena ni es mala, es fama".
• "Las damas manizaleñas agonizaban cuando sus maridos salían en lomo de mula hacia Pereira".
• "Dicen que la encumbrada y moralista Manizales expulsó de su comarca a las mujeres de mala conducta y estas fueron aceptadas en la libre Pereira".
• "Si la independencia de Colombia fue propiciada por un florero, la de Risaralda lo fue por un buldócer".
• "No podemos atribuirle a Manizales toda la culpa de la fama de las pereiranas".
• "Así ha sido Pereira: adelantada, librepensadora, sin cálculos timoratos, una ciudad de puertas abiertas".
• "Así de estúpida es la humanidad que cree que combatiendo las palabras desaparecerán las discriminaciones".