LISET ESPINOZA
LA PATRIA / MANIZALES
El sombrero aguadeño y el carriel elaborado en Jericó (Antioquia) eran el sello de Ramón Salazar Grisales para darle vida al personaje principal de Ramón de mi tierra, programa que hacía parte de la franja familiar del canal regional Telecafé y con el cual llevaba a viajar a la audiencia, todos los domingos, por los diversos municipios del Eje Cafetero.
El pasado lunes Ramón falleció al complicársele una pancreatitis y el miércoles por la mañana sus compañeros de trabajo, familiares y amigos asistieron a una misa para darle el último adiós. La eucaristía fue televisada, transmitida por el Facebook del canal y 288 personas se conectaron para verla.
Mientras ingresaba el féretro a la Parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, del barrio Palermo, el cantante Marco Fidel Castro y el violinista Guillermo Gómez solemnizaron las exequias y una imagen de Ramón se instaló a un lado del altar, junto con el sombrero y el carriel, elementos que minutos más tarde recibiría como legado Juan Manuel Arboleda, amigo y compañero de trabajo, de manos de un sobrino del presentador.
Andrés Felipe Salazar, otro sobrino, expresó: “Fresno lo vio nacer, Manizales lo vio crecer y el Eje Cafetero lo vio triunfar. Para muchos, Ramón de mi tierra, o Ramón José para nosotros, y por siempre Moncho, el mejor tío, hijo, hermano, alma y centro de todas nuestras fiestas”.
Primeros programas
Carlos Aguirre, periodista del canal, lo recordó como una persona versátil, inquieta, talentosa y gran ser humano. Ramón, antes de llegar a Telecafé, trabajó en Caracol Radio como ejecutivo de ventas, cargo en el que estuvo por lo menos 10 años, para luego optar por el entretenimiento y dar paso a un programa de entrevistas y variedades denominado Pase la tarde con Caracol.
“Era una persona que tenía talento para esto. Estuvo un tiempo en Bogotá y luego lo contactaron del canal y comenzó con un programa que se llamó Buenos días Eje. Él lo presentaba y lo dirigía, porque era muy quisquilloso en los temas de producción y sabía lo que la gente quería ver. Al cumplir su ciclo con ese espacio llegó la propuesta de un personaje que recorriera el Eje Cafetero y así nació Ramón de mi tierra”, comentó Aguirre.
13 años estuvo Ramón frente al programa. El pasado 25 de abril culminó su visita por Filadelfia (Caldas) y desde allí dio a conocer un colectivo ambientalista, los zanqueros del municipio, la Chirimía Los Guácharos y la Fundación Guardianes de mi parque, pues la finalidad del programa es destacar los talentos de cada territorio, esos personajes característicos, mostrar lo autóctono de la zona y sacar lo mejor de cada municipio.
Alegre
Laura Gómez, del área de comunicaciones del Sena, también resaltó el carisma del presentador a quien conoció cuando laboró en la sección cultural del noticiero y como productora del programa Área 53. “A Ramón lo recuerdo como un hombre lleno de alegría, un hombre que a donde llegaba se hacía notar por su simpatía, sus chistes y sus dichos particulares. Un conocedor y amante de nuestra cultura y nuestra región. Sin duda alguna enamoró a los 53 municipios del Eje Cafetero que visitó con su programa y pues con su forma de ser es y será una persona inolvidable para quienes tuvimos el placer de compartir con él”.
El hombre del sombrero y del carriel también será extrañado por Leonardo Rincón, presentador de Supía. “Era un personaje sencillo, noble, buen conversador, humilde y buen comelón. Quedará en la memoria de los caldenses que lo siguieron a través de su programa mostrando tradiciones, cultura y personajes del Eje Cafetero”.
Otro programa en el que Ramón dejará su huella es Serenata del Café. Con él desarrolló su parte artística, pues era un amante de la música y por ello se encargó de reunir en una locación a los artistas más representativos de la región para amenizar.
Desde Brasil
Ramón era natural de Fresno (Tolima) y desde Brasil Andrés Rodríguez manifestó que fue para la televisión regional lo mismo "que en el fútbol de barrio se reconoce como un “canchero”: además de saber jugar con el micrófono y la cámara, sabía encantar al público con su presencia y su palabra. Lo conocí primero como televidente, viendo Buenos Días Eje por Telecafé, a la hora del desayuno, y luego lo comprendí como compañero y colega, unos años después, cuando hice parte de la familia del canal”, anotó.
Aseguró que no fueron muy cercanos, pero siempre lo admiró por su capacidad de trabajo y su extraordinario temperamento escénico. “Ramón fue el personaje ancla más querido de la televisión regional en el Eje Cafetero. Culto, pulcro, confiable y discreto en todos sus compromisos con la vida y con el oficio. Su prematura despedida es realmente dramática para toda la gente que alguna vez estrechó su mano, escuchó sus relatos, celebró su buen humor, disfrutó su compañía o brindo con él una copa de aguardiente. Creo que Ramón dio mucho más cariño del que recibió y sus palabras y abrazos consolaron siempre a ese pueblo anónimo al que le dio voz”.
Foto | Jair Eduardo Ceballos | LA PATRIA
Momento en el que Juan Manuel Arboleda recibe el carriel y el sombrero como legado.
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