FREDDY ARANGO
LA PATRIA | MANIZALES
Un ritual donde se pone a prueba la bravura de las becerras que luego se convertirán en las madres de los toros de lidia es lo que se conoce en el mundo taurino como tienta.
La Plaza de Tienta La Florida, de la Ganadería Ernesto Gutiérrez, ubicada en una zona cercana a la vereda Gallinazo (Villamaría), fue el escenario en el que se dieron cita ganaderos y aprendices de la Escuela Taurina Cormanizales (Tauroescuela) en compañía del matador francés Sebastián Castella para el entrenamiento de los futuros toreros y la prueba de fuego de las becerras bajo la mirada del ganadero Miguel Gutiérrez.
Sebastián Hernández, matador de toros, triunfo este año en la Feria Taurina de Manizales cortando una oreja, en su alternativa y en la feria virtual. "Disfrute mucho, las vacas se han dejado bastante y es un privilegio compartir tentadero con el maestro Castella".
Esta Plaza se construyó en 1958 y desde entonces sirve de laboratorio para el toreo de vaquillas, de dos años y medio a tres años. El animal se selecciona de acuerdo con su comportamiento para criar toros de lidia. Según el ganadero Gutiérrez, "es una labor de campo, la más importante, bonita y seria que tiene una ganadería porque esto no es una fiesta, sino un procedimiento de selección".
Para los toreros y aprendices es la oportunidad de entrenar. Aquí no hay ni banderillas ni muerte durante la tienta, "simplemente las becerras que no pasan la prueba se sacrifican y las que pasan entran a los programas de reproducción sea en monta natural o inseminación artificial", explicó Gutiérrez.
Emerson Pineda Giraldo, banderillero profesional, lleva 14 años como director y profesor de la Tauroescuela. Por ahora les enseñan a 37 jóvenes a ser toreros. Durante la práctica del jueves, con discreción, les fue corrigiendo la técnica al torear, cómo pararse en el sitio exacto para que la vaca embista mejor, la postura de las manos que deben ir arriba o abajo, la posición de los pies, el acompañamiento de la cintura con la muñeca y demás técnicas para realizar un buen muletazo.
"Las vacas estuvieron complicadas. El maestro Castella las hace ver como caminando, soy aspirante a novillero. Luchando por el toro en Colombia y las oportunidades", manifestó el manizaleño Sergio Alzate, quien lleva cuatro años en Tauroescuela.
1. Se torea con el capote y se comienza a analizar las condiciones positivas o negativas.
2. Se lleva la becerra al caballo. Según el ganadero Miguel Gutiérez, "Siempre se ha dicho que el toreo a caballo es la forma de medir la bravura de las becerras".
3. Luego con la muleta es donde se califican factores técnicos de embestir bien o mal, como: su prontitud, como embiste, repite, donde lleva la cara y qué duración tiene.
4. El ganadero califica de cero a cinco una becerra. Para su aprobación tiene que sacar por encima de tres puntos en cada uno de los dos segmentos en que esta dividida la lidia.
Los aspirantes a toreros esperaban a que los matadores hicieran su labor para repasar y darle los últimos muletazos a las becerras como parte del entrenamiento y así ir haciendo sus pinitos.
"Cuando Miguel hace tientas traemos chicos de la Tauroescuela a entrenar. Maikol Ramírez, Daniel Sánchez y Sergio Alzate estarán en octubre en la Feria del Novillero y los traemos a que desarrollen lo que aprenden en el aula y lo apliquen ante el animal", explicó Emerson.
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