Jorge Gil Ángel
EFE | LA PATRIA | Bogotá
El cantautor panameño Rubén Blades y su "Salswing!" dieron este sábado calor a la fría noche bogotana con un concierto que estuvo marcado por el baile y sus temas clásicos que llevaron a la euforia al público colombiano.
A Bogotá, a donde volvió tras presentarse por última vez en 2019, el Poeta de la Salsa llegó con una orquesta integrada por 20 músicos y que es dirigida por el bajista panameño Roberto Delgado, con la que grabó además el "Salswing!", que fue elegido álbum del año en los Latin Grammy de 2021.
Más de 11.000 personas abarrotaron las tribunas del Movistar Arena, como se ha visto en prácticamente todos los conciertos celebrados en la capital colombiana en las últimas semanas en el regreso de los grandes espectáculos tras la pandemia.
También llegaron al escenario capitalino algunos panameños que colgaron en las barandas la bandera de su país, que está separado de Colombia por el espeso Tapón del Darién.
Baile desde el principio
Tras haber tenido una exitosa gira por Centroamérica y EE.UU., las luces del Movistar Arena se apagaron y la orquesta comenzó a tocar hasta que salió al escenario Blades, que en medio del júbilo de un público que esperaba con emoción empezó a cantar "Caminando".
Los espectadores se levantaron de las sillas y empezaron a bailar mientras la orquesta y las luces del escenario marcaban el ritmo. Sin embargo, Blades aprovechó los espacios entre canción y canción para saludar y recordar al percusionista de la orquesta, Carlos Pérez-Bidó, que murió el año pasado por covid-19, por lo que valoró la posibilidad de estar dando este espectáculo en Bogotá.
El público estalló después cuando, tras un solo de trompeta, empezaron a sonar las notas de " Decisiones", cuya letra resonó en todo el recinto en las voces de los asistentes que siguieron la canción desde la primera frase -La exseñorita no ha decidido qué hacer- hasta el cierre del coro -salgan y hagan sus apuestas, ciudadanía-.
En medio del baile y la alegría, el concierto siguió avanzando y para introducir "El Tiburón", el panameño dijo: "Al valeroso pueblo ucraniano, solidaridad, al igual que a Argentina hoy, 40 años después, de la invasión a las Malvinas por el Imperio Británico".
Entre aplausos, el artista criticó a Vladimir Putin quien "está demostrando su imperialismo ruso" con la invasión de Ucrania, así como afirmó que "los gringos han demostrado su imperalismo".
Clásicos y emociones
El momento más emotivo de la noche sucedió cuando Blades recordó a su madre y sonaron en el piano las reconocibles notas de "Amor y control", que pusieron de pie a un público que cantó con mucho sentimiento, especialmente aquellos que estuvieron en familia en el concierto o los que perdieron a sus seres queridos durante la pandemia.
Al finalizar esa canción, los asistentes aplaudieron con mucho ímpetu a un Blades emocionado por la conexión tan fuerte que estableció con Bogotá en ese momento.
El cantautor panameño dedicó también una parte de su concierto para tocar algunos de los temas de "Salswing!", entre ellos "The way you look tonight" de Frank Sinatra, cuya imagen fue proyectada en la pantalla más grande.
El otro gran momento del concierto ocurrió cuando habló de "El Cantante", una canción que compuso pero que hizo famoso su amigo Héctor Lavoe. La gente volvió a levantarse no solamente a cantar sino a bailar también ante el júbilo del artista y de la orquesta, contagiados del entusiasmo del público.
También interpretó "Ojos de perro azul", pero antes de hacerlo contó una anécdota sobre lo que vivió con el nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez, cuyos cuentos adaptó para las canciones del álbum "Agua de Luna" (1987), y le dedicó la versión tocada esta noche.
Para cerrar el concierto, el Poeta de la Salsa interpretó tres de sus canciones más reconocidas: "Maestra Vida", que confesó que hoy tiene un significado muy diferente al que tenía hace 42 años cuando la escribió; "Pedro Navaja", con la que el público bailó por última vez, y "Patria", con la que agradeció a Colombia por una noche inolvidable.
Sin embargo, cuando ya se había despedido, decidió escuchar al público que pedía otra canción y pasó de las tres horas de concierto con "Yo puedo vivir del amor", algo que se evidenció durante toda la noche.
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