LA PATRIA / MANIZALES
“Somos el final de una generación que no nació con el mundo digital. Somos análogos y no somos capaces de intuir la dimensión del cambio tan profundo que implica la cuarta revolución industrial. Es una reconfiguración en la manera cómo vivimos, nos relacionamos y consumimos cultura y entretenimiento”.
La expresión es de Marianne Ponsford, periodista, escritora y exdirectora de Cerlac, invitada al foro periodismo y cultura realizado ayer por LA PATRIA en alianza con el Banco de la República y la Universidad de Manizales.
Para ella son los jóvenes los que inventarán el periodismo cultural del futuro, pues el uso de algoritmos hace que haya una nueva forma de pensar y de ver contenidos de una manera diferente a la de años atrás.
“Las circunstancias en que vivimos nos obligan a reconfiguraciones. La cultura es un lente desde el cual miramos la realidad y desde ahí aportamos al discurso. Cómo abordamos los temas es lo que nos define. Además, un reto cultural es tratar de buscar un lenguaje común. Hablamos de tal forma, para diferenciarnos del otro, no para comunicar”, puntualizó.
Wilson Escobar, docente y agente cultural, indicó que los jóvenes no están alejados de una agenda cultural, sino que la consumen a través de plataformas, pues la cultura transita por las redes sociales y por ello los definió como migrantes digitales.
Sin embargo, le preocupó que actualmente el periodismo cultural se cubre superficialmente. Según él, ya no ocupa el espacio de antes y en los medios "desaparecieron" los especialistas. La crítica se dejó. El ciudadano tiene sus redes sociales, pasa foto y pie de foto y esa es quizá la deuda que tiene hoy la prensa en relación con la cultura, porque todo el despliegue del cubrimiento termina en una foto y pie de foto", anotó.
El rol del crítico
Frente al rol del crítico, Nelly Peñaranda, de la revista Arteria, manifestó que el término es de cuidado, porque "el crítico como portador de conocimiento determina lo que es y lo que no, y eso es delicado. La gente tiene derecho a generar su propio criterio. La crítica debe dar herramientas que tienen que estar sustentadas para ampliar la posibilidad de acercarme a algo, de comunicar para permitirle a la otra persona que cree un criterio desde la información que recibe".
Agregó que la cultura hay que entenderla como un derecho fundamental. Es decir, no es para unos cuantos y es clave mirar otros lugares para crear conocimiento. Asimismo, debe haber un contexto para formar públicos.
Para Carmen Mandinga, periodista de Radio Nacional, el crítico debe existir, pero la palabra asusta porque se piensa que es para "dar palo" y "porque se cree que se debe ser muy conocedor o experto. Simplemente es una manera de construir y dejar registro".
Añadió que esa construcción cultural no se debe hablar desde los supuestos. "Por ejemplo, comienzan los carnavales, pero ¿cuáles? dan por hecho que el público sabe. El periodismo cultural, en especial el regional, se tiene que volver un abecé para que la gente conozca. Estamos llamados a mirar todas las manifestaciones artísticas con otros ojos para enganchar al lector u oyente y volverlo a enamorar del lugar en el que vive"
Mundo virtual
El cierre de este encuentro estuvo a cargo de Jorge Carrión, periodista y escritor español, quien comenzó preguntándose ¿cuándo comenzó el siglo XXI?
Entre las respuestas que arrojó están: El 11 de septiembre del 2001, con el atentado de las Torres Gemelas, o en el 2019, cuando se conoció que había una persona infectada de coronavirus.
"El siglo XXI será el siglo de la informática e inteligencia artificial. En 1998 con el nacimiento de Google, como motor de búsqueda, se da un giro inesperado a la realidad. Cambia nuestra relación con la información, con el otro, con el conocimiento, con el mundo. Google permitió buscar con palabras e imágenes y la publicidad llega en gran parte a él y a Facebook y no a los medios tradicionales como era lo habitual", enfatizó.
Aseguró que lo que ha ocurrido hasta ahora se entiende desde tres conceptos:
1. Digitalización. "El mundo empezó a digitalizarse y toda nuestra vida se atraviesa por dispositivos, nuestro consumo cultural va dirigido a aplicaciones".
2. Serialidad: "La digitalización viene acompañada de la serialidad. Nos convertimos en productores de contenido serial, memes, Stories, podcast, y cuando todo se vuelve serial, todo se vuelve legible e identificable por los algoritmos, porque es lo que lee artificialmente nuestra presencia"
3. Inteligencia artificial. "El big data es la esencia de nuestra época y lo que necesitan las máquinas son patrones, líneas y puntos para poder interpretarnos y producir qué vamos a querer comprar o consumir. Lo que ahora vivimos es una cultura diseñada para ser leída e interpretada por máquinas que decidieron el futuro de la cultura. Por ello, no se puede ser periodista cultural sin entender los algoritmos".
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