Noticias de Manizales y Caldas,
Noviembre 23 2024
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Noviembre 23 2024
Luis Fernando Rodríguez
LA PATRIA | Salamina
Juan David Giraldo Palacio, manizaleño de 29 años de edad, ganó el IV Concurso Departamental de Poesía Agripina Montes del Valle, convocado por el colectivo Exposición Luz de Salamina (Caldas). Participaron 51 trabajos. Él es bibliotecario de la Universidad de Caldas, con estudios en Filosofía y Letras y le gusta hacer artesanía en hierro y alambre.
“La poesía es una herramienta para vivir y adquirir sosiego, paz interior y explorar las voces interiores que lo habitan a uno”, piensa el poeta. Escribe desde los 10 años. “La idea es publicar, pues no he sido muy precoz en ese sentido. Tengo un trabajo reunido que debo depurar. Estamos en ese proceso con el profesor Nicolás de la Universidad de Caldas”, comentó.
Le gusta escribir sobre temas personales del momento y considera que la poesía es universal y permite abarcar todos los temas de la humanidad. “El poeta se vuelve fuerte en el desasosiego, y en los momentos difíciles es como una catarsis, un desahogo. Es un ejercicio terapéutico de la palabra”, sentencia el poeta.
Los otros ganadores son Alberto García Alzate, María Luz Enedy Buitrago y se concedió mención de honor al salamineño Carlos Alberto Gómez Gómez. En la categoría estudiante: Samuel Alfredo Colmenares Casilimas y Daniel Alejandro Trujillo Loaiza.
La premiación del concurso se efectuó el 3 de diciembre en las instalaciones de Cultivarte de Salamina. Además, se realizó un homenaje público al actor y escritor Jaime Tabares Castrillón y se inauguró la XIII Exposición Luz.
Jurado
Los encargados de calificar el concurso de poesía:
Claudia Cecilia Trujillo Barrera, Marta Patricia Meza Quintero y Édgar Albeiro Trejos Velázquez. Por unanimidad otorgaron el primer premio al poemario titulado Tríptico para un olvido, sobre el cual opinan: “Estos poemas muestran al lector, de manera clara y estéticamente atractiva, una precisa configuración verbal poética para dar cuenta de la infancia vocal, es decir, pureza nominal que jamás debe perder el cuerpo, el ser, la vida misma en el tránsito devastador del cotidiano azar, enajenado por el olvido perverso”.
Tríptico para un olvido
Despierto
sobre el vértigo de un pronombre
al filo de la piel,
nombrado
en efímeras combinaciones
de vocales.
Cuerpo revelado
por la palabra azar.
Soy apenas en los labios
de una letanía o un epitafio,
en el hábito irrevocable del olvido
de la punta de la lengua.
Silencio en orden onomástico
la obsesión de un alfabeto
por lo efímero y fugaz:
las calles de la infancia,
la voz aleccionadora de los maestros,
el canto misterioso del viejo eucalipto
que trae aromas de otros tiempos.
Intento asir
la insondable distancia
entre la noche y su palabra
por la que transita la infancia vocal
de todo cuerpo.
(Juan David Giraldo Palacio).
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