Humberto de la Calle
LA PATRIA | Manizales
En Monólogos de Florentino. Reflexiones de un ideólogo empírico, escrito por el intelectual y gestor cultural José Jaramillo Mejía, el hilo conductor está centrado en las peripecias del relato liberal, tanto en la visión general de carácter filosófico y económico, como en la aplicación práctica de estos andurriales. Como es natural, y quizás inevitable, la narrativa necesariamente incorpora vicisitudes políticas en un trasiego muchas veces teñido por la violencia y la guerra.
Esta obra es oportuna, ahora que ese relato liberal viene siendo objeto de ataques que, a diferencia del pasado, hace presencia estrafalaria en sociedades poseedoras de una tradición de respeto a los derechos fundamentales, el constitucionalismo y la democracia representativa.
En tales condiciones, como lo predica Yuval Noha Harari, es la esencia misma del mensaje liberal la que sufre embates populistaas cuyo método es minar sus pilares fundamentales: pluralismo, libertad, libre desarrollo de la personalidad, método de gobernanza basado en el ensayo y error, esto es, alejado por completo de la superchería y del uso irracional de emociones, odios y mentiras, para fabricar una pseudodemocracia iliberal, una democracia supuestamente para el pueblo, pero sin el pueblo, ya que este es remplazado por la voz del caudillo que usa mecanismos psicológicos deformes para fabricar un espejismo. Para crear un llamado estado de opinión que es solo un espejo de los propios delirios del sátrapa.
Quienes tenemos una genuina vocación enraizada en el libre examen, tenemos que mantener alerta nuestra conciencia para no caer en engaños muchas veces simplemente alucinantes. Como bien lo dice el autor, hay que estar vigilante, porque "la democracia ha sido más utilizada como señuelo que practicada como sistema".
En efecto, han surgido diversas formas de populismo, bien sea de derecha o de izquierda porque es flexible; no tiene base ideológica firme. Los analistas han empezado a dominar este panorama como el "autoritarismo postdemocrático", que puede conducir a la disolución de aquella sin estruendo militarista. Estos nuevos actores, según el economista Joaquín Estefanía, "no se reivindican en la mayoría del fascismo clásico, pero es imposible entenderlos sin acudir al recuerdo de lo que esa doctrina significó". Si es todavía democracia, al menos en las formas, habría que convenir en que es una democracia iliberal.
Una dificultad para su comprensión proviene del carácter equívoco de la expresión "populismo". Para definirlo se ha pasado de tenerlo como ideología, como movimiento o como síndrome. Eso se ve agravado porque nadie se autocalifica como populista. Se usa contra otros en forma peyorativa.
La otra difícil cuestión es distinguir entre lo popular y lo populista. El bisturí para separar estas dos nociones, que son totalmente diversas, no es otra que la claridad conceptual, la cual incorpora como lo hace Jaramillo narrativas concretas, reflexiones históricas y precisiones teóricas.
Llama la atención en el escrito de Jaramillo, la apelación a dos personajes tan distintos, pero que llenan de enseñanzas la obra. El uno, Florentino López, tinterillo consumado en Circasia, municipio del Quindío. Como lo dibuja Jaramillo, podemos decir que era un tinterillo de alcurnia. Porque si bien carecía de título universitario, poseía inspiración e información no solo sobre los laberintos del derecho sino también en ciencia política y economía. Y pese a las turbulencias de la violencia, nunca cejó en sus convicciones liberales. Cuán distinto a los tinterillo que pululaban en las calles de nuestros pueblos ofreciendo asesorías sobre variadas materias a muy bajo costo. Estos, a diferencia de Florentino, se desenvolvían en terrenos proletarios, luchando para adquirir la papa y el alcohol solo con la herramienta de su ingenio. En Manizales hubo uno famoso por su gracejo, su afición al licor y su pasión por el tanto. "Despachaba" en un escaño público en la carrera principal. Un día supo que con mis colegas habíamos inaugurado una nueva oficina. Para mis coterráneos, el que en vez de madera tuviera alfombra, se interpretaba como lujo supremo, ignorantes de que el costo ya en esa época era inferior al de la madera. Y el otro elemento, apto para epatar burgueses, fue la instalación de una pequeña nevera en la que almacenábamos agua, algún tentempié y una mínima dosis de licor por si las moscas. Pues caminaba yo por el frente de la banqueta pública en el que estaba nuestro rábula, cuando me dice: felicitaciones doctor por su oficina. Pero yo no me quedo atrás. Yo también tengo bar. Y sacó de debajo del banco una botella de aguardiente amarillo, debidamente camuflada en una chuspa de papel.
El otro, un gigante de reconocimiento universal, pariente del autor, fue Esteban Jaramillo. Experto en hacienda pública, materia que dominaba desde las alturas de la teoría contemporánea hasta las más infinitesimales pequeñeces presupuestarias y contables. Eran otras épocas, cuando todavía un personaje de esa talla, servía a uno u otro gobierno, sin las persecuciones posteriores, ni el fanatismo que luego se instaló entre nosotros y que ahora resurge con un ansia destructiva que puede arruinar nuestro modo de vida.
A propósito de lo cual, bueno es recordar que muchas de las incidencias que cuenta Jaramillo, ocurrían en Circasia, una burbuja de libre pensamiento que se mantuvo incólume durante mucho tiempo. A Circasia se le conoce principalmente por su cementerio sin fronteras, una respuesta liberal a los manejos de la Iglesia que discriminaba a los ateos y suicidas hasta después de su muerte.
Del libro de Jaramillo aprendí algo: la idea de que a estos cadáveres de parias se les enterraba de pie para significar su eterna reciedumbre, es simplemente una leyenda. Esa fue una posición temporal mientras se construía el cementerio laico. Ahora sabemos que yacían como los de los demás. Mejor homenaje ese. En vez de tener que estar eternamente en pie de guerra, se les concedía su descanso eterno en medio de la igualdad universal. Era su mejor premio.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015