LA PATRIA | Manizales
Tomás Calderón fue periodista y poeta salamineño, que en Manizales escribió sus mejores páginas. Hoyos Editores recoge una antología de sus obras en un libro que incluye la mayoría de sus trabajos que dan cuenta de la ciudad de los años 20, 30 y 40; así como del acontecer mundial.
Tuvo el privilegio de entrevistar a Libertad Lamarque y otras grandes figuras de la época, de toparse con los poetas y copleros de veredas y de narrar a través de su pluma el progreso de esta Manizales. Aquí les presentamos una recopilación de frases sobre la ciudad, para que se animen a leer el libro.
Presentación
Hoy, 7:00 p.m.
Café Tazzioli de la Catedral de Manizales.
Carrera 23 con calle 22.
"En la carretera Manizales-Chinchiná se encuentran algunos tejares. Los veréis cerca de “El Tablazo”. Y al frente de dos de ellos que están juntos, o por lo menos separados por una breve cinta de tierra, encontraréis la granja de Francisco Alonso Rodríguez. Es un labriego sembrador, como hay pocos (...)".
"Cuando hacíamos mítines, Gonzalo Restrepo era uno de los oradores más elocuentes de la plaza pública. Eran los tiempos de aquella vasta combustión cívica que llamábamos “carretera al Magdalena”. Gonzalo era un líder de esa obra que culminó después, contra viento y marea, en una preciosa vía que une al occidente con el oriente, y que Antonio José Restrepo impulsaba, en medio de sus inefables charlas, con esta frase: 'Horquetéense a la cordillera'".
"Don Temístocles Vargas fue todo música, como su misma vida. Le era suyo el pentagrama como el sonido a la flauta. Vivía en olor de batuta, que es una de las tantas formas de la santidad. Y como su bondad no tenía límites, fuera de amar a Dios en sus criaturas, amaba a Beethoven en sus sinfonías. Llenó de música el alma de Manizales".
"Después de una trayectoria de noventa y cuatro años, es decir, seis menos de la edad de Manizales, ha muerto Victoriano Chica, el viejo austero que pasó sus últimos días en una incesante añoranza allá en su casita de “Milán” conforme se va al Magdalena. ¿Quién era Victoriano Chica? Un hombre que asistió al desenvolvimiento de la ciudad, a la jineta en un caballo para amansar siempre, fiero y bárbaro, que se metía a las tiendas de antaño y revolucionaba las calles de la aldea naciente".
"Desde luego tenemos que superar este año todas las Semanas de la Catedral. Esta es una obra en la cual todos hemos puesto el corazón. Bajo sus arcadas hay una aspiración legendaria hacia el porvenir. Todo cuanto se ha escrito acerca de nuestro magno monumento es débil espuma literaria, en comparación con lo que ella vale en el tiempo y en la vida. Las catedrales hacen las ciudades. En torno a ellas se han formado los más claros ciclos de la civilización".
"Allá está, cerca al Estadio de Palogrande, la tribu que hace días vino a la ciudad. Son tiendas bajas como nubes ancladas en la yerba. Por las “aberturas” se ven adentro faldas y colchas de colorines. En medio está la olla de cobre y las muchachas hacen sus trenzas largas con nudo de sortijas. Los hombres fuman largas pipas, son tostados, fieros, árabes sin desierto, beduinos sin patria. Pero salieron del Tirol un día y el oso y el pandero ya no van con ellos. Es una cosa que desapareció de las tiendas errantes. Antes, de niño, veíamos a las gitanas de dulces ojos infernales y melancólicos haciendo danzar al monito o bien, a la esposa de barba zahareña, con la osa húngara cogida del ronzal en un baile y otras piruetas que poblaban la calle de transeúntes".
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