EFE | LA PATRIA | LONDRES
El júbilo que impera en Inglaterra por la boda del príncipe Enrique y la estadounidense Meghan Markle convive con la polémica suscitada por la posible ausencia del padre de la novia en la ceremonia que se realizará este sábado en la capilla de San Jorge, ubicada en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres.
A las muestras de felicitación se sumó la primera ministra británica, Theresa May, quién aprovechó la sesión semanal de preguntas a las que se enfrenta cada miércoles, en el Parlamento británico, para desearle "lo mejor para el futuro" al hijo menor de la princesa Diana y su prometida.
Pajesitos
El palacio de Kensington, residencia oficial de los hijos del príncipe Carlos, anunció ayer que los dos hijos mayores de los duques de Cambridge, el príncipe Jorge, de 4 años, y la princesa Carlota, de 3, ejercerán de paje y dama de honor en la boda de su tío.
Los menores estarán acompañados por los ahijados del príncipe Enrique, Florene van Cutsem, de 3 años; Zaile Warren, de 2, y Jasper Dyer, de 6, y los ahijados de Meghan Markle, Remmi y Rylan Litt, de 6 y 7 años.
Completarán la comitiva los gemelos Brian y John Mulroney, de 7 años, y su hermana Ivy, de 4, nietos del ex primer ministro canadiense Brian Mulroney.
Las dudas
Las dudas sobre la ausencia del padre de la novia, Thomas Markle, de 73 años, comenzaron el pasado lunes cuando el portal estadounidense TMZ, especializado en noticias de famosos, aseguró que Thomas no acudiría por la polémica suscitada a raíz de unas fotografías que pactó con un paparazzi a cambio de dinero.
Poco después el portal indicó que Markle reconsideró su decisión por la insistencia de su hija, para en seguida volver a afirmar que no iría porque se sometería a una operación tras sufrir hace días un ataque al corazón.
Asimismo, el portal americano apuntó a que Markle culpa a su hijo Thomas Markle Jr, que no ha sido invitado a la boda, de sus problemas de salud por la misiva que dirigió al príncipe Enrique advirtiéndole de que no se casara con su hermana.
El palacio de Kensington no confirma ni desmiente las informaciones y se limitó a pedir respeto y comprensión para Thomas Markle ante una difícil situación.
En caso de que finalmente el padre de la novia no acuda, los medios británicos apuntan a que sería su madre, Doria Ragland, de 61 años y de raza negra, quien la acompañaría hasta el altar.
Llegada
Ragland aterrizó ayer en el aeropuerto de Heathrow de la capital británica y conocerá antes del enlace a su nueva familia política, entre ellos a la reina Isabel II. Madre e hija dormirán, la noche antes de la boda, en el hotel de cinco estrellas ubicado en la Casa Clividen y después irán juntas en coche hasta la capilla de San Jorge.
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