LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Quebrada, así está el alma de Nora Obando Ramírez, esposa de Guillermo González Arenas. Después de luchar ocho años contra un cáncer de próstata, el maestro falleció el sábado pasado a las 10:30 p.m. en Medellín.
"Mi único amor, estuve desde los 14 años con él, fueron 51 años de compañía. Fue el mejor esposo, papá, fue excelente músico, pero como persona fue mucho más. Él era grande, pero no se la creía", expresó Norita, como le decía de cariño.
En mayo, según contó su esposa, le descubrieron metástasis en los huesos, el 10 de marzo empezó una nueva quimioterapia que no le hizo efecto y perdió la batalla.
"Dicen que la obra maestra de mi amor era Norita, pero la obra maestra es nuestro hijo de quien se rodeó en sus últimos momentos", manifestó. Él fue compositor, arreglista y director de orquesta. Murió a los 92 años.
Carlos Acevedo, coordinador del Programa Departamental de Bandas Estudiantiles de Música de Caldas, indicó que se siente orgulloso y satisfecho de interpretar sus obras. "También de haber conocido a un ser humano jovial y muy humilde, dejó muchas enseñanzas y legado musical.
El programa de Bandas lo homenajeó en Aguadas en el 2014 y en el 2015 en Villamaría.
Guillermo nació en Manizales el 22 de septiembre de 1923. Inició su carrera musical como director de la Banda Municipal de Filadelfia a los 17 años. Ingresó a la Banda Departamental de Caldas, donde llegó a ser Músico Mayor. En 1955 formó parte de la Orquesta Sinfónica y la Banda del Conservatorio de Manizales.
Fundó y dirigió orquestas como Ritmo y Juventud, Italian Jazz y Superstar. Se instaló en Medellín en los años 50 y fue arreglista de diversas casas disqueras de la ciudad y director artístico de los sellos Sonomúsica y Sonolux.
El maestro González interpretaba música con instrumentos como la trompeta, guitarra, bandola, tiple y algo de piano.
Compuso reconocidas canciones como El muerto vivo, que fueron interpretadas por Rolando La Serie y cantantes españoles como Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Basado en un acontecimiento de la vida real.
Hablar de él me fortalece, se murió sin saber que era un duro. Nora Obando, esposa del maestro.
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