LISET ESPINOZA
LA PATRIA / MANIZALES
El formato online es el salvavidas en esta emergencia que varias agrupaciones utilizan para seguir proyectando música. Sin embargo, con la ampliación del aislamiento obligatorio preventivo y la ausencia de protocolos que definan un posible regreso a los escenarios, los directores de orquestas en Caldas no ven cerca esa anhelada presentación presencial y mucho menos con público.
Según Carlos Mario Henao Castellanos, director de la Banda Sinfónica de Pensilvania, este resto de año lo terminarán virtual porque encontrarse de nuevo como grupo no es sencillo. “El 90% de los instrumentos de una banda son de viento, y si los muchachos los usan, el aire estará recirculando y de resultar alguno enfermo la probabilidad de que otro se enferme será muy alta”, dijo.
Al cuestinarle a Humberto Gallego, director de la Orquesta de Cámara de Caldas, si hay escenarios adecuados para que entre los músicos haya un distanciamiento y así no propagar el virus, respondió que todo depende de la agrupación, porque existen algunas con formatos pequeños que pueden hacer sus programas a cierta distancia.
En su caso son 12 músicos que interpretan violines, violas, violonchelos y contrabajos por lo que pueden tener un distanciamiento y por tal motivo, buscarán espacios que les permitan hacer sus programas guardando la distancia.
“Para los grupos grandes es más difícil y ese será un limitante. Para el sector artístico es un momento complicado porque no se pueden hacer programas extensos, las limitaciones de espacios son un obstáculo, aunque reconozco la buena voluntad de las entidades que permiten mantenernos y eso es importante para no perder el hábito”, anotó.
En duda participación
Carlos Jaime Gallego Sepúlveda, coordinador del Programa de bandas estudiantiles de Caldas, indicó que las obras que se escriben para estas agrupaciones son para un mínimo de 40 instrumentos y al no contar con escenarios más amplios tendrían que reducir el número de intérpretes y no sonaría igual.
“Aún no iniciamos trabajo presencial con los niños de las bandas porque en Colombia no existe un protocolo que determine o regule la actividad de los instrumentistas intérpretes, sobre todo, porque los instrumentos son elementos de contagio directo al tener contacto con la saliva y no podemos arriesgarnos”, apuntó.
Agregó que consultó la dinámica en España, Italia y Francia, en donde se ha normalizando un poco la situación, y encontró que las orquestas trabajan con grupos de 15 personas máximo a dos metros de distancia y en lugares al aire libre.
“Ellos son profesionales y mayores de edad. Nosotros dirigimos niños y el manejo es otro. Por ejemplo, recibí invitación de Paipa porque quieren hacer el Concurso Nacional de Bandas virtual. Pensé que era algo similar a lo que se ha venido haciendo, es decir, grabaciones desde casas, edición y montaje de videos, pero no, ellos quieren que las bandas se presenten en tiempo real desde sus municipios y para mí es un riesgo”.
Explicó que el concierto sería de 30 minutos, transmitido por Facebook live, pero que el participar implica que la banda se reúna más tiempo para ensayar y hacer una buena presentación.
“No creo que los padres estén de acuerdo. Hasta el momento estamos por fuera porque no he definido la participación de Caldas. La fecha de inscripción vence el 31 de agosto y el evento es el puente del 12 de octubre. Dudamos porque son niños y no hay protocolos".
Otras voces
Édgar Eider Melán Hidalgo, director de la Orquesta Filarmónica Juvenil del Café
Hay que adaptarse a las circunstancias. En Europa, por ejemplo, el público volvió a los escenarios a ver orquestas en vivo. Los músicos cumplen con la distancia y el público igual, una persona por cada tres asientos. En Manizales hay escenarios en los que las bandas se podrían acoplar, pero en Armenia y Quindío, las posibilidades de presentación son escasas.
Yolmer Hurtado, director coral y orquestal con maestría en Dirección Sinfónica de la U. Nacional de Colombia y Licenciado en Música con énfasis en canto de la U. de Caldas
Según un estudio hecho en Europa, se evidenció en un coro que a la hora de inhalar y cantar quedan partículas en el aire expuestas que hacen que haya posibilidades de adquirir el virus. Lo mismo pasaría con los instrumentos de viento, partículas en el aire y expuestas entre los músicos y algunas, incluso, llegarían hasta el público, lo que hace compleja la situación.
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