LISET ESPINOZA
LA PATRIA | RIOSUCIO
La agonía del diablo se empezó a sentir a las 10:00 de la noche de ayer en la Plaza de La Candelaria de Riosucio. La luna fue testigo del hecho al igual que quienes se encontraban a esa hora en el lugar. Sin embargo, antes de abandonar el municipio de Caldas, Lucifer, como también le llaman, dejó su testamento hasta su resurrección dentro de dos años.
La figura roja y con alas estaba rígida esperando a que Olga Beatriz Trejos Gracía, presidenta de la junta del Carnaval, diera la orden de la quema, que estuvo a cargo de la Cofradía satánica, grupo que custodió el diablo durante los seis días del Carnaval.
Mientras llegaba el momento más sublime de las fiestas, la gente lució atuendos coloridos, antifaces y cantó melodías alusivas al demonio. Eran las 11:30 de la noche y entre uno que otro guarapo los asistentes se olvidaron del frío que a esa hora calaba se precibía en La Candelaria.
Albert Julián Largo Acevedo, cuadrillero y decretero del Carnaval, fue el encargado de leer al pueblo la herencia de Satanás, es decir, su testamento. "El diablo no muere, lo que hacemos es mandarlo para el infierno otra vez, pero antes de irse deja sus pertenencias personales, materiales, actitudes y habilidades al pueblo, de acuerdo con lo que haya sucedido en el Carnaval", explicó.
Una vez la figura entró en llamas el silencio se hizo sentir. Se acabaron las tarimas adecuadas para los artistas y en los establecimientos la música dejó de sonar. La comunidad se retiró a sus viviendas para descansar y volver a la cotidianidad.
Sara Trejos Zapata, capitana de la cuadrilla Bestiarium, explicó que en esta ocasión quemaron la figura elaborada por el diseñador Gustavo Carmona Vargas, quien deberá hacer una réplica pequeña de recuerdo que guardarán en el museo. "Ya se había quemado en un Carnaval, pero ahora quedó estipulado en los contratos que se hagan con el hacedor del diablo que la figura debe ser incendiada porque por su tamaño no se cuenta con un lugar para guardarlas, pues no son elaboradas con materiales resistentes al agua o al sol", dijo.
Agregó que otro símbolo importante dentro del Carnaval es el Calabazo al cual se le hace un desfile y se entierra antes de que el diablo arda. "El calabazo es el recipiente donde vierten el guarapo, bebida a la que se le hace una oración, y el cual se entierra hasta dentro de dos años", dijo.
Según la Junta del Carnaval, 72 mil personas asistieron al Carnaval de Riosucio, siendo el domingo, el día de la entrada de cuadrillas, cuando más gente asistió. La medición se hizo por metro cuadrado en cada cuadra.
Mauricio Quintero
Independientemente de que no sea del municipio, la quema del diablo es la muerte de los excesos.
Óscar Garzón
Es el mismo significado de quemar el año viejo.
Alexánder Orozco
Es el final de todo y el regreso a la normalidad.
Nicolás Trejos
Dejar las malas energías atrás y quemar todo el trago que nos tomamos esta semana.
Vanessa Díaz
Es la terminación del Carnaval y que se enterrará de nuevo por dos años.
Un matachín acompaña a la alcaldesa de la República carnavalera durante el desfile previo al entierro del calabazo.
Dos viudas del diablo cargan el calabazo y el guarapo.
El abanderado del Carnaval fue un matachín.
Antifaces y calabazos fueron los distintivos que portaron los asistentes al desfile.
A las 3:30 p.m. comenzó la ultima carraleja del Carnaval de Riosucio contó con seis toros y buena asistencia publico .
Oración al guarapo en la plaza de San Sebastián en la mañana de ayer.
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