LA PATRIA | Madrid (España)
Después del boom mediático que causó la baja de Roca Rey en medio del momento más álgido de la temporada taurina europea, la atención de los aficionados y expertos se centró en el regreso de Enrique Ponce, toda una figura histórica del toreo, una leyenda viva que lleva tres décadas instalado en lo más alto del escalafón y que este año ha superado una gravísima lesión en su rodilla izquierda, sufrida en la valenciana feria de Fallas, cuando la temporada apenas comenzaba.
El solo nombre de Ponce generó el atractivo suficiente para que las ferias no perdieran categoría con la ausencia del peruano y los aficionados, tanto como los empresarios, agradecieron el gesto de responsabilidad del torero valenciano, que sin tener la necesidad de demostrarle nada a nadie, asumió el compromiso de cargar con el peso de la púrpura sin saber todavía el estado de su maltrecha rodilla, pues, antes de reaparecer, ya tenía firmados más de veinte contratos en las plazas de mayor categoría.
Retorno
Su regreso no pudo ser más triunfal, pues Enrique bordó el toreo con “Fantasía”, un bravo toro de Juan Pedro Domecq al que indultó en la plaza de El Puerto de Santa María a plaza llena, de la que salió a hombros acompañado por su hija Bianca, en su primer baño de multitudes. Más allá del éxito obtenido, el primer triunfo del valenciano fue constatar que la gravísima lesión de rodilla ya había quedado atrás y, aunque, evidentemente, el esfuerzo le ocasionó la inflamación de la articulación y algunas molestias, no eran lo suficientemente significativas para evitar que Ponce cumpliera su agenda al día siguiente en la plaza de Motril y después las de Málaga, Dax (Francia), Guijuelo, Almería, su doble compromiso en Bilbao, Cuenca y lo que le queda hasta el final de campaña.
No obstante, el triunfo se le ha hecho esquivo y, después de la apoteosis de El Puerto, solo obtuvo una puerta grande más en Almería y trofeos puntuales en Dax y Gijón, pasando casi de puntillas por algunas plazas importantes, quizá evidenciando la normal y entendible falta de ritmo, aunque sin volver nunca la cara al compromiso. Lo que ha permitido que sean otros toreros los que ocupen esos lugares de privilegio en los cuadros de triunfadores de las ferias importantes.
En alza
Así las cosas, y a la espera de que Enrique recupere su nivel lo que resta de temporada, que todavía es mucho, ha habido un torero que se ha instalado como el gran triunfador, hasta el momento, del verano, el de Paco Ureña, que pudo haber tenido la tarde de toros más importante de su vida en la pasada feria de Bilbao, donde desorejó por completo a su lote, y que también se alzó como máximo triunfador en los ciclos de Almería y Colmenar Viejo antes de caer gravemente herido en el Coso de los campos Góticos de Palencia, el pasado viernes.
Junto a él, también ha dado la cara José María Manzanares, que también cortó dos orejas la tarde de la reaparición de Ponce en El Puerto y se convirtió en el máximo triunfador de las ferias de Málaga y Linares, además de salir a hombros de San Sebastián, tras cuajar una sensacional faena de dos orejas a un toro de Núñez del Cuvillo, de obtener también un par de trofeos en Bilbao a los toros de Victoriano del Río, aunque esta vez sin la contundencia que alcanzó en Illumbe. Precisamente en esa plaza, la de San Sebastián, la palma, o mejor dicho, la “Concha de Oro”, ha sido para El Juli, que cortó tres orejas a la corrida de Garcigrande después de dar un auténtico recital de capacidad y sabiduría en la tarde más completa de lo que lleva de temporada, después de lo que hizo en Sevilla en la primavera, pues la de 2019 no está siendo la campaña más regular del maestro madrileño, que también triunfó con fuerza en Gijón y puntuó en sus dos tardes en Bilbao.
Y, mientras Antonio Ferrera prosigue su magistral paso por las ferias del verano, con tardes de gloria en San Sebastián, Almería y Bilbao, y Morante de la Puebla da unas de cal y otras de arena, siguen siendo los nombres de los toreros jóvenes los que se encargan de darle un toque diferente a la temporada, reclamando un sitio de mayor importancia en el toreo y llamando a las puertas de la renovación en la élite. Entre ellos, con los nombres de Ginés Marín, Pablo Aguado, el francés Juan Leal y el mexicano Luis David, además de un renovado Daniel Luque en las plazas francesas y de la madurez demostrada tarde a tarde por Emilio de Justo, se podría confeccionar la nómina de los toreros que han llevado el peso del triunfo durante este verano.
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