ANDRÉS RODELO
LA PATRIA | MANIZALES
El propietario de un perro o de un gato debe comprometerse con el cuidado de los dientes del animal, y en unos casos ser paciente. No es una tarea fácil con ciertas mascotas que se resisten al cepillado, lo que expone al dueño a una agresión del animal cuando intenta realizar esta labor.
Así lo prueban centenares de videos en redes sociales en los que personas desempeñan este procedimiento con éxito o sin él, debido a mascotas que rechazan el contacto del cepillo al sentirlo en la boca. Agreden, se mueven frenéticamente, huyen para evitar esta sensación que consideran desagradable e incómoda.
Pero no hay otra opción si se trata de velar por la salud de estos animales, cuenta Rosa Alejandra Mejía, propietaria y médica veterinaria zootecnista de Huellas Centro Veterinario. Las consecuencias de no limpiarles los dientes pueden tener consecuencias mortales, así que tenga presente estas recomendaciones de Mejía y de Johnny Alejandro Franco, médico veterinario zootecnista de la Clínica Veterinaria Animal Life:
Costumbre
Si su mascota es un cachorro o gato pequeño es importante acostumbrarlo al cepillado, dice Mejía: “Empezar a lavarles los dientes a los dos meses y medio, tres meses. Emplear cepillos especiales o cremas de dientes para mascotas. Esta se echa en la yema de un dedo para masajearle las encías suavemente. Realizarlo dos o tres veces por semana”. Franco también aconseja una gasa que puede utilizarse para limpiar los residuos. Esto hará que la mascota se habitúe y no se altere en el futuro.
Premios
Mejía también invita a recompensarlos luego de cada cepillada para que lo asocien con algo positivo. Es otra estrategia para que el animal no se resista o agreda durante el procedimiento.
Productos
Indispensable utilizar productos veterinarios, menciona Mejía: “Hay muchas marcas, la mayoría buenas. Cepillos, cremas, esprays dentales, enjuagues sin sabor que se combinan con el agua para que el animal la beba y limpie su boca al hidratarse. También hay galletas y concentrados que previenen la formación de sarro (acumulación de suciedad en los dientes)”.
Frecuencia
El cepillado para el perro o gato adultos debe ser tres veces por semana. Mejía señala que debe elegirse una técnica con la que el animal se sienta cómodo: “Lo ideal es hacerlo de forma horizontal desde la raíz del diente, del premolar y del molar. Luego de manera vertical. La cuestión es que ellos lo permitan”.
No puedo cepillarlo
Si el canino o felino se muestra agresivo al intentar cepillarlo lo mejor es llevarlo al veterinario para que este lo haga. “No hay que permitir que el animal ataque al propietario por querer limpiarle los dientes. Cuando el manejo es difícil un veterinario le asea la boca a través de la sedación”.
Profilaxis
La limpieza es clave tres veces a la semana, al igual que la profilaxis una vez al año. Se trata de una limpieza profunda que elimina los residuos presentes en los dientes. “Esta intervención se hace con anestesia y debe llevarla a cabo un médico veterinario, no alguien que trabaje en estética o que sea auxiliar veterinario. Es una sedación que requiere de exámenes prequirúrgicos”.
Otras pautas
La salud dental del animal está ligada a la alimentación. No le dé comida de sal, sino concentrado. “Nunca hacerlo, así le pida al propietario cuando este está comiendo. No darle ni siquiera un poco, porque afecta la salud oral del perro o gato”, menciona Franco. Mejía explica que esta clase de alimento hace que el sarro se forme en la dentadura con facilidad. “Solo concentrado y alimentos especiales como enlatados”, agrega la profesional. Franco también comenta que hay pelotas de goma en el mercado que ayudan a que la mascota estimule la dentadura y la mantenga limpia por su contacto con el objeto.
Consecuencias
Efectos de no limpiar la dentadura del perro o gato:
- Mal aliento, debido a la acumulación de sarro.
- Daño de las piezas dentales.
- El animal con mal aliento puede lamerse, lo que implica que su cuerpo también tendrá mal olor.
- Problemas cardiológicos que se originan por las bacterias del sarro dental. Estas viajan por las vías respiratorias y cardíacas.
- El sarro puede ocasionar problemas intestinales como diarrea.
- Puede producir zoonosis, es decir, enfermedades transmisibles a los humanos. Esto luego de que el animal lame al propietario en la cara o la boca.
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