Fernando-Alonso Ramírez
LA PATRIA | Manizales
¿Quiénes les temen a los libros de 700 páginas? Pues no son los seguidores de la escritora caleña Carolina Andújar, que siguen disfrutando sus aventuras de ese tamaño. Ver a jóvenes lectores amantes de su obra mantener el interés hasta la última página nos devuelve la fe en que habrá lectores para rato.
Estuvo en Manizales la semana pasada para presentarla. Allí estuvieron sus seguidores y le hicieron fila para tener un nuevo autógrafo de esta autora que trata a sus lectores como viejos conocidos. Los reconoce y hasta se acuerda de los nombres de algunos. Ese es su clic con ellos.
Sobrenatural
-¿En qué anda Carolina Andújar? ¿Va por su sexto o séptimo libro?
Este es el séptimo, el cuarto de esta colección gótica Siglo XIX, también es independiente, autoconclusivo. Este es más ácido, más humorístico, menos de terror. Tiene el componente sobrenatural, porque sí son vampiros, pero la contraposición entre lo religioso y lo oscuro ya no lo ves acá, porque estos son unos vampiros de nacimiento, pero son también humanos. Son muchas reflexiones al respecto de nuestra propia humanidad a través de quien nació monstruo. También es más humorística y más filosófico. A los lectores les ha gustado mucho.
- Eso iba a preguntar.
Les ha fascinado. Esta es más oscura, pero en tu humanidad, en tu moralidad, qué está bien o qué está mal. Qué es ético. Para ellos tomar sangre es el equivalente para nosotros a ser caníbales, ese tipo de cosas, que visto desde el punto de vista del vampiro te cambia la perspectiva, porque el vampiro es visto como el depredador nuestro.
- ¿Menos oscura entonces?
Sí es oscura, pero medio chistosa, pero les ha gustado más que los otros a mis lectores.
-¿Tus lectores han ido creciendo..?
Ya son grandes
-¿Y siguen siendo fieles a Carolina?
Sí, más bonitos. Ya se graduaron, ya trabajan, ¡usan corbata! Hay unos que los conocí como de 15 y ahora trabajan y son serios, muy articulados. Los que empezaron leyendo mucho, chiquitos, escriben perfecto, hablan superbonito, son ñoños en el mejor sentido de la palabra y me hacen muy feliz. Les ha fascinado este libro, les ha encantado. Uno siempre tiene susto de innovar, pero yo no iba a escribir el primer libro porque querían el primero. Disculpen, chicos, ya crecieron ustedes, yo también crecí y este es un libro más adulto, más erótico también, pero yo no soy gráfica ni pornográfico, eso sí jamás.
Más vampiros
-¿Por qué dice que con este libro se cierra lo gótico?
Lo gótico no, cierro esta colección del Siglo XIX, que me fascina y me apasiona, y con este ya llego casi a 1900 y yo siglo XX no, eso de dos guerras mundiales son muy difíciles de obviarlas, no hacerlas parte de las historias. Yo siempre he querido como escapar de esto que nos ha pegado tan duro, como la guerra. Luego escribiré otras de vampiros y góticas, pero más contemporáneas, como un salto al siglo XXI.
-Ahora, mire lo de Rusia.
Aquí, en la historia de La familia maldita, estamos en Polonia, y estaban oprimidos por Rusia y por Prusia. Mis abuelitos –que eran húngaros- crecieron detestando Rusia y el comunismo, porque los soldados llegaban a buscar peladas para violarlas. Mi abuelita cuenta que cuando llegaban los soldados la escondían entre dos colchones y le decían que no se moviera. Esta chica, la protagonista, está en las mismas, era una Polonia oprimida. Los papás de ella se negaban a dejarse rusificar y su forma de rebeldía era no hablar ruso.
Ella crece con un nivel cultural alto y ve un cuadrito clasificado donde se busca institutriz. Quiere experimentar el mundo laboral y recoger platica, también es que está joven y quiere vivir. Entonces llega a ser la institutriz de estos dos chiquitines vampiros naturales, no convertidos. Nacieron así, qué se les va a hacer. Se encariña brutalmente. Se enamora de un tío que resulta ser el más malo de todos, se termina haciendo amiga del otro tío, que tiene algunas cosas muy nobles y creo que ese es el personaje que se lleva el show, un tipo dado a los placeres del mundo, que es también muy agudo y muy crítico de nuestra doble moral.
-¿Qué lee Carolina Andújar?
Thrillers, me gustan, me fascinan, los policíacos los comparto con mi papá.
-¿De alguna manera C.A.L.I. es como un thriller?
C.A.L.I. sí es un thriller, pero cómico, que se resuelve el misterio de forma muy cómica porque tiene magia, que ayuda a resolver la historia, es un recurso diferente. Es también más crítica social y sátira.
- ¿Y leer esto aporta a la escritura?
La lectura me nutre mucho, sobre todo por aquello de que el Thriller contemporáneo sigue ciertas fórmulas, pero hay autores que se esfuerzan para innovar.
Lo que sigue
¿Entonces, terminada esta serie del siglo XIX, qué sigue, que está rayando?
También será gótica, me gusta, me encanta escribirla, pero contemporánea. No sé si tenga vampiros o no, pero el ambiente va a estar allí. Me gusta que haya arquitectura bonita, castillos, menos moderno, mansiones bellas, palacios bonitos, y algunas situaciones cómicas, me gusta hacer reír al lector. Que tenga tintes de comedia, no sé si en las Américas o Europa, pero eso es lo que quiero escribir.
- Muchos papás me preguntan que puede leer mi hijo o hija adolescente. Si le pregunto, por dónde arrancar la obra suya, ¿qué responde?
Si es adolescente, si tiene unos 13 años, El despertar de las sirenas; si ya tiene 15, Vampyr; y si tiene 17, 18, 20, podría ser La familia maldita, este nos sirve a todos.
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