Cristian Camilo Aguirre
LA PATRIA | MANIZALES*
Los asistentes al gimnasio Fuerza Crossfit siguen al pie de la letra la rutina del instructor, mientras que el sonido de la música se mezcla con el de las pesas al caer. Luis Giraldo, más conocido como Lucho, entra al gimnasio y todos lo saludan.
Se pone al día con los asuntos del trabajo y minutos más tarde entra Camila López, su esposa, quien llega con Emilio, su hijo de tres años, fruto de la relación.
Ambos son conocidos entre los practicantes de crossfit en el país, incluso han competido en otros países, pero su participación en el Desafío Súper Humanos, reality de Caracol, los llevó a la fama nacional.
Manizaleños los dos, aunque él nació en Estados Unidos, ahora son una familia ejemplar para los colombianos que no se perdieron un solo capítulo del programa.
Su historia de amor
Después de haber estudiado en Estados Unidos y volver al país para radicarse en Medellín, en el 2011, Lucho regresaba todos los fines de semana para rumbear con sus amigos. En una de esas fiestas conoció a Camila. "Desde esa primera vez empezó la química. Salíamos cada vez más e incluso ella iba hasta Medellín" aseguró Lucho.
Aunque a Camila le gustaba el deporte en ese entonces, no lo veía como un estilo de vida, algo que cambió Luis. Ambos pasaron de las discotecas a las largas rutinas en el gimnasio y a una alimentación saludable, lo que fortaleció tanto sus cuerpos como su relación.
Estaban radicados en Medellín, donde tenían el gimnasio. Camila y Lucho siempre estuvieron conscientes de la calidad de vida en Manizales y querían que Emilio creciera al lado de sus primos y abuelos, apoyo que no tenían en la capital paisa. Allá sus salidas eran a centros comerciales, por lo que decidieron vender el gimnasio para volver a la ciudad de las puertas abiertas.
Estrellas del Instagram
El reconocimiento también llegó en Instagram para Lucho y Camila. "Antes del Desafío tenía 40 mil seguidores, ahora son casi 400 mil", manifiesta Camila, quien en realidad tiene cerca de 470 mil seguidores y es la que más tiene en la familia. Le siguen Lucho con 378 mil, e incluso Emilio cuenta con 55 mil.
"Las reacciones de la gente en la calle son muy positivas. Las mujeres, e incluso hombres, me hacen saber que representé muy bien al género femenino", manifiesta Camila.
La intimidad
El día para la familia Giraldo López comienza a las 6:30 a.m. con un café. En su casa, en La Florida, viven los tres junto a su perro Comando, un pastor ganadero australiano. El primero en llegar al gimnasio es Luis, quien inicia las labores administrativas. En la casa, Camila prepara a Emilio para el jardín y luego se encuentran con Lucho en el espacio donde más cómodos se sienten. Toda la mañana la dedican a entrenar, mientras que la tarde son dedicados a la familia. Además del ejercicio, tiene otra obsesión, las series de Netflix, a las cuales les dedican todas las noches,
La participación en el Desafío no ha provocado que la familia cambie su rutina. Se consideran tercos mutuamente, orgullosos y como en cualquier relación, tienen ciertas discusiones de las cuales, dicen, aprenden.
El Desafío
La pareja tenía el reto de participar en el programa de Caracol desde el año pasado. Después de realizar varias pruebas, los dos recibieron el sí a la competencia. El hambre, el clima, el aseo y la ausencia de Emanuel fue lo más duro durante el tiempo del reality.
"No somos de los deportistas que quieren pasar por encima del otro. Aunque competimos en condiciones adversas, que sacan lo peor de la gente, somos como se vio en el programa, dimos todo para dejar el nombre de la región cafetera en alto", dicen y coinciden en que no dudarían en participar de nuevo.
Además de los premios, el programa les dejó algo que consideran más preciado, una familia. Junto a Mateo, Daniel y Héctor, otros competidores, crearon un lazo que ahora ven difícil de romper.
Retos
Camila y Lucho tienen claro que quieren influenciar a través del deporte. Escribir un libro y crear un canal de YouTube para enseñarle a la gente a hacer ejercicio están entre los planes a corto plazo, y ven a Manizales como el epicentro de su futuro. Camila, por su parte, espera seguir representando al género y mostrar la fortaleza de todas las mujeres colombianas.
* Esta nota fue publicada originalmente en la revista Cereza en su edición de octubre.
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