LA PATRIA | Manizales
“Recuerda que el secreto de la felicidad está en la libertad, y el secreto de la libertad en el coraje”. Esta sentencia se le atribuye a Tucídides, militar de la antigua Grecia, pionero en investigaciones y buscador de la verdad. Antes de su muerte, en el año 395 a.c., se le veía como un estratega.
La anterior máxima es útil en esencia para demostrar que el coraje y la fuerza taurina siguen tan vivos como siempre. Esta semana dos noticias demostraron que la perseverancia da a la fiesta brava la razón de su existir, como sucedió en España, donde el Tribunal Constitucional anuló una ley local del 28 de julio del 2010 que prohibió las corridas en Cataluña.
La decisión tomada por la justicia española revive el derecho constitucional de los catalanes para vivir la fiesta tradicional taurina, a pesar de los movimientos activistas que han querido sepultar, con argucias, la esencia de las lidias con toros.
Para los españoles, los toros son una fiesta patrimonio cultural, elemento que cobija con especial protección un rasgo original de la península ibérica de habla hispana.
Un toro no busca una muleta en la plaza Monumental de Barcelona desde el 25 de septiembre del 2011, días previos a la entrada en vigor de la prohibición el 1 de enero del 2012.
Con el principal argumento judicial expuesto por el Tribunal Constitucional en amparo de la fiesta, el patrimonio y la tradición, solo quedan las preocupaciones sobre aquellos que solo ven la justicia a su amaño y pretenden que esta sirva a aspectos relativos sin vacíos fundamentales.
Es el caso de la alcaldesa de Barcelona, quien dijo el miércoles pasado que trabajará “para que la sentencia quede sin efectos y hará todo lo posible” para ello, como un contraste a la obediencia de la justicia.
Desde luego, muchos preguntan: ¿Desde cuándo está bien boicotear los fallos constitucionales? ¿Por qué hay tantos buscando suprimir el gusto ajeno para saciar el disgusto propio?
Naturalmente, para los defensores de la tauromaquia la lucha no termina aquí. Ahora, aunque en el papel parezca innecesario, será elemental vigilar el cumplimiento de la norma en España.
Un caso de reducción se vivió en Colombia apenas el jueves pasado, cuando el alcalde mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa y el senador Carlos Fernando Galán radicaron ante el Congreso de la República un proyecto de ley que tiene como intención prohibir las corridas de toros en el país.
No obstante, esta proposición permitiría que las autoridades locales decidan si los espectáculos taurinos pueden realizarse o no. Lo que preocupa es que esta idea legislativa busca hacerle zancadilla a la fiesta brava desde todas las aristas que sean posibles.
Pero todavía tan escandaloso como querer prohibir las tradiciones, está el sinsentido de Peñalosa, quien afirma que este proyecto de ley es respetuoso de las normas y dimensiones constitucionales.
Si no se hunde pronto, este proyecto de ley tendrá que surtir un largo curso en el Congreso y esperar un pronunciamiento de la Corte Constitucional que deberá, valiendo su carácter, resaltar la protección de las manifestaciones culturales, los principios pluralistas y la libertad de expresión.
Lo cierto, a pesar del disgusto la autoridad bogotana, es que los toros volverán este enero a la Plaza de Toros de la Santamaría de Bogotá. Lo anterior fue posible por la loable tarea de Felipe Negret, representante del Consorcio Colombia Taurina, compuesto por la Corporación Taurina de Bogotá y la Corporación Plaza de Toros de Manizales, encabezadas por Negret y Juan Carlos Gómez, respectivamente.
La convocatoria del distrito buscaba seleccionar la producción y ejecución de la temporada taurina de Bogotá D.C., para enero, febrero y marzo del año 2017, con cinco corridas de toros y una novillada, además de la realización de dos novilladas tradicionales en agosto.
El pasado 17 de septiembre el distrito había declarado desierta la licitación para operar La Santamaría, pero se vio obligado a abrir un nuevo proceso para cumplir con la sentencia T-296 del 2013 en la cual la Corte Constitucional ordenó a las autoridades bogotanas disponer lo necesario para la reanudación del espectáculo taurino.
“Es un monumento emblemático para una tradición de más de 80 años. Tengan la seguridad, como lo hicimos durante 13 años, que en este periodo vamos a cumplir con todas las obligaciones con el distrito y estaremos siempre dándole cumplimiento a este acto”, resaltó Felipe Negret el miércoles durante la adjudicación.
El médico Juan Carlos Gómez, gerente de Cormanizales, afirmó estar contento con la adjudicación y agregó que es una gran noticia para el mundo del toro.
"Hay que resaltar la lucha de Felipe Negret por la reapertura", comentó Gómez, quien se encuentra en el exterior realizando las negociaciones de cara a la 62a temporada taurina de Manizales.
Foto | Colprensa | LA PATRIA
En agosto del 2014 un grupo de novilleros y toreros entraron en huelga de hambre a las afueras de la Plaza de Toros de La Santamaría para exigir la reapertura del escenario taurino.
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