El torero Juan José Padilla recibió el alta médica el pasado viernes en el Hospital Casa de Salud de Valencia, al oriente de España, donde se recuperaba del percance que sufrió el pasado domingo 12 de marzo en la segunda corrida de la Feria de Fallas y confirmó su presencia hoy en Castellón, en un acto de fuerza y compromiso.
El diestro de Jerez de la Frontera se mostró animado y agradeció al personal que lo atendió. "Para mí la gente del Hospital Casa de Salud ha sido como de la familia estos días. He recibido tanto cariño que me ha dado mucha fuerza y no se puede sentir dolor con estos cuidados".
El cirujano de la plaza de toros de Valencia, Cristóbal Zaragoza, explicó que el diestro sufrió "dos cornadas en región tóraco-axilar izquierda y en el muslo derecho de pronóstico grave, que evolucionaron de forma satisfactoria".
El matador estuvo caminando entre el jueves y el viernes para fortalecer la musculatura, aunque no se le retiraron, por lo menos hasta el viernes, los drenajes ni el tratamiento antibiótico para evitar infecciones.
El médico del hospital valenciano reconoció que el ánimo del torero es "envidiable" y que "al nutrirse correctamente podrá torear, pese a que, como todos sabemos, las heridas de asta de toro necesitan una semana de tiempo por el riesgo de infección.
De la esperanza al dolor, de la felicidad por el regreso de un torero seriamente castigado por el toro, a la preocupación por las cornadas sufridas por otro compañero en la misma tarde. En esos parámetros, entre la vuelta de Manuel Escribano y la herida sufrida por Juan José Padilla, se debatió la tercera corrida de Fallas, en la que se mostró nuevamente el eterno cara y sello del toreo.
Así fue como, de la fuerte ovación de ánimo que el reaparecido torero recogió al finalizar el paseíllo, se pasó al escalofrío del percance de Padilla, que, mediada la faena al cuarto toro, fue prendido por la ingle para ser volteado y zarandeando de manera espeluznante.
Pero pronto Padilla recuperó el ánimo y, con un torniquete taponando el riego del muslo, volvió a la cara del toro para darle muerte y llevarse camino de la enfermería la oreja que le concedió un público amable e impresionando tras momentos de angustia.
Y es que la corrida de Fuente Ymbro, que lució un trapío muy justo para esta plaza, no puso apenas nada de su parte para la brillantez del festejo, ya que, muy descastados, apenas tuvieron celo en sus embestidas y tendieron a defenderse casi sin excepción.
En diciembre del 2012, el ojo izquierdo de Juan José Padilla fue extirpado (eviscerado) luego de una gravísima corneada en la tarde del 7 de octubre del 2011 en Zaragoza. El nervio óptico nunca se pudo recuperar, por lo que durante un par de meses el torero debió portar un parche. Años después, este hace parte de su identidad, por lo que algunos lo llaman “torero pirata”. Incluso, en Valencia se le saluda como tal y ha portado banderas atribuidas folclóricamente a navegantes.
El 17 de octubre del 2016, Padilla volvió a sufrir otro susto, cuando por poco es impactado por un asta del toro en la zona donde tuvo el ojo izquierdo.
Con la tradicional bandera de los piratas se presenta en algunas plazas de España.
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