En ocasiones es necesario hacer una pausa en el camino y detenerse para hacer una reflexión sobre el riesgo y el alma de novillero que tantos toreros nunca abandonan.
En numerosos casos el tremendismo puede generar un costo impensable en carreras que prometen, como la de Andrés Roca Rey, quien ya ajusta peligrosas cogidas este año en las plazas españolas. Las cicatrices son evidencias de una carrera que debe continuar creciendo, eso sí, con mayor mesura.
Algo de contexto: el diestro peruano Andrés Roca Rey, volteado de manera espeluznante en la corrida del jueves pasado en Palencia, al norte de España, recibió el viernes el alta médica en el hospital Río Carrión, donde pasó la noche en la unidad de cuidados intensivos. Luego lo trasladaron a Sevilla donde sigue con su recuperación.
José Antonio Campuzano, dijo que este joven promesa del toreo de Lima, de 19 años, pasó la noche "muy fastidiado" y con "fuertes dolores y mareos" a consecuencia de la fuerte conmoción cerebral y traumatismo craneoencefálico que sufrió tras el percance con un toro de la ganadería del Charro de Llen.
No obstante, las pruebas que le realizaron a última hora de la noche descartaron posibles fracturas en el cráneo y en las cervicales, mientras se le diagnosticó un fuerte golpe en la cabeza y en una pequeña fractura en la parte interna de pómulo izquierdo, que no requiere cirugía.
Por lo pronto, el cuerpo médico comprobó que "no hay complicaciones y todo transcurre con normalidad", por lo que decidieron autorizar su traslado a Sevilla.
Los médicos le aconsejaron de diez a quien días de reposo absoluto, de ahí que, según la evolución del torero, se tomará una decisión sobre si podrá continuar o no con su agenda taurina de aquí al final de temporada.
"Pasé a la UCI a verle cinco minutos y le he visto bien, al menos, en lo físico. Luego, evidentemente, está muy fastidiado en lo anímico al verse otra vez metido en la cama durante casi dos semanas después de lo mal que lo pasó tras el percance de hace 15 días en Málaga", reconoció su apoderado.
Precisamente en la plaza de La Malagueta sufrió Roca Rey un percance muy similar al del jueves en Palencia, y que derivó en otro traumatismo craneoencefálico, que le llegó a producir, incluso, episodios de amnesia temporal transitoria, y que le ha obligado a perderse numerosos e importantes compromisos como su doble cita en Bilbao.
"Eso es lo que más le duele ahora mismo. Después del año tan extraordinario que estaba echando y con la cantidad de festejos que tiene cerrados ahora en septiembre, esto, evidentemente, supone un frenazo en seco. Pero el toro es así", añadió Campuzano.
*Con información de EFE
Roca Rey resultó herido por el tercer toro de la corrida del jueves 1 de septiembre en Palencia, de la ganadería del Charro de Llen, que lo cogió al iniciar una tanda al natural, lanzándolo por aires, pasándoselo de pitón a pitón y, una vez en el suelo, volvió por él para propinarle golpes por todas las partes del cuerpo, quedando sin conocimiento sobre la arena.
Una aterradora voltereta tuvo Andrés Roca Rey en julio en la feria de San Fermín, que por poco le ocasiona un daño grave en la zona genital. En abril de este año, en la feria de Sevilla, también tuvo un susto importante. Se salvó al tomar con firmeza los pitones del toro mientras este los sacudía. Son cuatro accidentes de peligrosa factura para el limeño que ha sabido salir triunfador ante el toro y la muerte.
Hay que tener muchos años de experiencia para poder hacer lo que hace Andrés.
José Antonio Campuzano, apoderado y mentor de Andrés Roca Rey en declaraciones a LA PATRIA el viernes 8 de enero del 2016.
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