
Anserma es una población con 470 años de fundación, por eso le dicen la Abuela de Caldas. Sus calles estrechas, edificaciones viejas con balcones de madera dan testimonio de una historia arquitectónica, que según el historiador Darío Usma, no se extiende más allá de un siglo y medio.
Sin embargo, la fisonomía urbanística comenzó a cambiar radicalmente hace dos décadas y se ha incrementado en los últimos años.
Jhon Edward Ramírez, ingeniero civil y exsecretario de Planeación y Obras Públicas, dice que en la zona urbana se adelantan obras civiles por cerca de siete mil millones de pesos.
En los últimos años surgieron urbanizaciones como Los Guaduales, La Marina, Ibiza, Obras Públicas, Popular, Los Naranjos, entre otros que aún no llegan los 20 años de fundados.
Ansermeños consideran que la dinámica constructora comenzó hace 13 años con la inauguración del Acueducto de Occidente, al igual que con la planta de tratamiento en el sector de La Pradera. Así se dobló el caudal de agua potable y suministro hasta por 50 años.
También jalonó el progreso la modernización del servicio de energía, que administraban las empresas públicas municipales en deficientes condiciones, lo que traía cortes diarios de luz por horas.
Con la venta de la Chec a EPM, esta empresa paisa cambió las redes eléctricas urbanas, instaló nuevos transformadores y optimizó el servicio, esto sin contar la venta de la empresa municipal de Teléfonos a Telefónica que invirtió alrededor de dos mil millones en equipos y ampliación del servicio. El aseo también mejoró con su paso a Emas.
Los cambios
Propietarios pasaron de remendar y reparar sus casas de bahareque a derribarlas y pensar en edificaciones de 2, 3, 4, 5 y hasta 6 plantas, algunos hasta 14 con apartamentos.
Detrás de las inversiones han llegado negocios de insumos para construcción como ferreterías, almacenes eléctricos,alquiler de maquinaria, ventas de pisos cerámicos, metalistería, transporte de materiales de río, entre otros.
Además, la ocupación de mano de obra para las obras civiles que se refleja en la dinamización del comercio que también ha expandido su oferta y su número de empleados.
Antes los pocos materiales para construcción se transportaban en carretillas tiradas por hombres. Este sistema está desapareciendo dando paso a los vehículos de carga como volquetas y camionetas.
Se adiciona que proliferan centros de estética y de odontología, de fisioterapia, IPS, laboratorios, centros veterinarios, múltiples oficinas de abogados y asesores, contadores, arquitectos.
Hace dos décadas en Anserma se contaban en los dedos de la mano los jóvenes profesionales, hoy muchos han alcanzado un alto nivel académico y han instalado sus negocios.
Así, poco a poco ansermeños copian las costumbres de los centros urbanos. Y se asiste a una renovación que al decir de mucho arrolla sin darnos cuenta.
Sentido de pertenencia
Para conservar la arquitectura en un municipio los habitantes y las autoridades que lo habitan deben tener consciencia sobre él, pero por estar a la vanguardia de otras ciudades destruyen los patrimonios para realizar edificaciones. Al respecto, el arquitecto especialista en restauración y conservación del patrimonio arquitectónico, Benjamín Patiño dice que en Anserma ya el daño está hecho porque los residentes no manifiestan un sentimiento de aprecio y afecto por lo que tienen.
"Que edifiquen donde lo pueden hacer, no hay ningún problema, pero que destruyan cosas valiosas del pasado en aras de una rentabilidad exagerada sacrificando lo positivo y lo valioso que tiene el municipio si es una falta de cultura impresionante que desgraciadamente las autoridades han apoyado", expresó Patiño.
Agregó que la Abuela de Caldas, como es conocido el municipio por tener 470 años, era muy tradicional. Hace 20 años la carrera cuarta era llena de balcones y demás elementos representativos que la caracterizaban y ahora en su reemplazo hay nuevas edificaciones. Lo más reciente es que han derrumbado una de las casas más antiguas del parque principal para hacer un edifico que ayuda a borrar alguna conexión con el pasado.
Recuerda que patrimonio es conservar todos los valores característicos como puertas, aldabones, entre otros y aunque hay una ley para protegerlo, los municipios no la hacen respetar. Dice que igual que Anserma se encuentran otros municipios como Pácora, Supía, Marquetalia, Manzanares y Marmato. “Han destruido su patrimonio cultural".
La congestión
En Anserma hay alrededor de 35 mil habitantes, a los que se suelen sumar miles de visitantes de Riosucio, Quinchía, Guatica, Belén de Umbría, entre otros, que ven al municipio como un gran centro comercial.
En las calles de Anserma hasta finales de los 90 permanecían pocos vehículos y la congestión era cosa de ciudades como Pereira y Manizales. Ómar Orozco, agrónomo y exdirector del Comité Municipal de Cafeteros recuerda que no había servicio público urbano de transporte. “Solo tres viejos taxis cubrían las pocas necesidades de carreras urbanas, los pocos buses intermunicipales que entraban hasta el centro de Anserma recogían sus pasajeros en el sector de las Galerías.
Con el aumento de pasajeros y el parque automotor en estos sitios se originó el caos, lo que obligó a construir una terminal de transporte en las afueras de la población, obra que lleva una década funcionando. En la actualidad hay 40 taxis y l30 colectivos urbanos.
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