LA PATRIA | MANIZALES
El Nokia Lumia 625 de Carlos Andrés, le costó más que plata. El pasado domingo 27 de julio lo apuñalaron en la calle 24 con carrera 25 del barrio San Joaquín de Manizales por robárselo. “Estaba esperando taxi con mi hija pequeña y mi esposa. En ese moneto un tipo se me avalanzó con un cuchillo y me lo robó. Yo perseguí a uno de los tres ladrones y ahí me apuñalaron. Una de esas chuzadas me perforó un pulmón”, relató.
El conocido ‘cambalache’ en la Galería es uno de tres lugares identificados en Manizales adonde los ladrones llegan a vender los celulares robados. “Usted baja por los lados de las queseras, y por ahí le salen los revendedores. Ellos ya saben quiénes somos las ratas, entonces le dicen a uno: “negro, ¿qué vende? o, paisano, ¿qué tiene? Hay unos que son usureros y pagan mal, entonces uno se va con el que más ofrezca”, asegura Jéfferson, de 27 años, ladrón de celulares.
Este es apenas el inicio de la cadena. Aquí comienza un tráfico de dispositivos que mueve miles de millones de pesos en el país.
En Colombia, según reportan las autoridades, el año pasado se robaron cerca de 44 mil 700 equipos, equivalentes a 122 por día y 5 cada hora, pero las denuncias solo fueron 18 mil 300. Es decir, más de la mitad de las víctimas deja el caso impune.
El hurto de celulares en el país se inició desde que estos dispositivos se masificaron entre los años 2000 y 2003. En ese tiempo se consolidaron Comcel, Movistar y Ola (después Tigo), lo que provocó el auge de los planes prepago. Esto hizo que muchas personas compraran su primer celular en esta época y también que los ladrones se dieran cuenta de que era una posibilidad de ingreso. Los dispositivos robados, que hasta ese momento solo eran para voz y mensajes de texto, podían ser revendidos y puestos en funcionamiento de nuevo con otra tarjeta SIM.
Aunque el Gobierno ha legislado y las autoridades incrementaron los controles, quienes conocen el negocio saben que esas medidas poco los afecta. “Los celulares que no pueden ser activados en Colombia son llevados a Ecuador, Chile y especialmente Venezuela. Allá los operadores son diferentes, y por eso pueden ser reactivados muy fácil”, dijo Francisco, comerciante que asegura no comprar celulares robados, pero conocer a fondo cómo se mueve el negocio en la ciudad.
Pocas veces un usuario recupera su celular robado. Mientras se pone el denuncio el dispositivo seguramente ha pasado ya por varias manos. La Policía Metropolitana de Manizales entrega cifras alentadoras de 115 personas capturadas, 308 equipos recuperados y 65 establecimientos verificados en los últimos días, pero, según quienes hacen parte de la cadena, esto no es ni la mínima parte de lo que ocurre realmente en esta mafia.
El primer eslabón es el robo. Aquí el delincuente sabe cómo llegar y cómo atacar, dependiendo de la víctima.
“Claro. Uno mira a ver si se lleva una pantalla buena como un Samsung Galaxy o cualquier celular caro, aunque a veces uno se va en volqueta y se queda con un 1100”, dice Jéfferson.
Para este hombre, los lugares donde más le gusta moverse para robar dispositivos móviles en Manizales son el sector de Sideral, la calle 19 con carreras 20 y 21, la Galería y el Parque Olaya, aunque asegura que a veces busca algo de suerte en El Cable.
Después de hurtar el celular, dice, el delincuente lo ofrece en locales ubicados en la calle 19, entre carreras 22 y 23; para ‘cambalache’ o para conocidos locales especializados en celulares. Allí busca a los distribuidores (segundo eslabón de la cadena).
“Esta semana me robé un GalaxyS3 y me dieron $183 mil por él. Hay distribuidores conocidos como el Zarco y don Rey en ‘cambalache’ y también se le venden al Mono y a Píldora. Ellos son las flechas para comprarle a uno”, dice Jéfferson.
Los nuevos compradores tienen tres opciones de comercialización del celular: dejarlo para repuestos, flashearlo (ver recuadro Esto es el flasheo) o sacarlo del país. Las dos últimas requieren de otros compradores que tienen los contactos para seguir con la cadena.
Sebas es un comerciante de celulares en Bogotá que conoce a fondo los movimientos de esta mafia. Según él, los celulares robados que no se pueden activar en Colombia se desarman y las partes se envían desde las ciudades intermedias a Bogotá. Ya en la capital las reenvían a Cali y desde allá por aire o por tierra las sacan para Chile, Ecuador, Panamá y Venezuela.
Aunque no tiene una cifra exacta, Sebas dice que por lo menos el 80% de los celulares que se roban en Colombia terminan en el Centro de Bogotá, que es donde, según él, se mueve mucha parte de este mercado negro.
“En la 13 con Caracas, eso es ahí en la Jiménez, usted va caminando y la gente no come de ninguna, eso le dicen: ‘se liberan teléfonos’, ‘le compro robado’. En el centro comercial donde trabajo no se ve tanto, si va alguien con un teléfono robado uno lo piensa para comprarlo”, comenta.
Según la Policía Nacional, una sola estructura de tráfico de celulares puede sacar de Colombia hasta 500 teléfonos mensuales, cada uno a 200 y 300 dólares.
El ministro de las TIC, Diego Molano, asegura que tanto el Decreto 1630 del 2011 (ver recuadro Regulación en Colombia) como la presión de las autoridades ha servido para disminuir este tráfico.
“El robo ha caído en 15%, pero el problema grueso es la mafia que está detrás. El problema es que la gente sigue comprando celulares robados y va a los sitios piratas y clandestinos a comprar sus equipos. Además, si el usuario no reporta el hurto entonces no podemos hacer nada”, estableció Molano.
El ministro no desconoce el tráfico internacional, pero afirma que se ha trabajado muy duro para hacer pactos con otros países y evitar que los dispositivos robados puedan ser usados en otras naciones.
“No puedo decirles con qué países, pero hasta Estados Unidos se unió. La idea es que un celular que se roban en un país no pueda ser activado en otro. También hemos avanzado con Europa, y otros países de Latinoamérica”, puntualizó.
No hay cifras del tráfico ilegal de celulares entre países, pero la Policía ya tiene 43 grupos especializados en contra de estas bandas. “El 10 de junio se hizo una reunión triple A para cerrar totalmente las fronteras. No se puede importar o exportar celulares robados o partes. Todo esto para tratar de frenar el comercio ilegal”, afirmó Molano.
El Gobierno dice que hay un país en Latinoamérica que no ha querido adherirse a ningún pacto contra el robo de celulares y que ahí es dónde está el hueco grande. “No puedo decir cuál para no darles más ideas a los delincuentes, pero hasta que no lleguemos a un pacto con ese país será muy difícil que podamos contrarrestar el tráfico”, aseguró.
Aunque para las autoridades parece estar todo controlado, quienes hacen parte de este tráfico aseguran que nada de lo que el Gobierno haga disminuirá el robo.
“Los teléfonos no los sacan completos, los desarman y pasan la tarjeta sola, o sea la que llaman board, esa es la que mandan para otro lado. Lo que no se transporta lo dejan en Colombia para repuestos”, dijo Sebas.
A este proceso lo llaman “cambio de tarjeta” y busca montar esa board en otra carcaza distinta, y esto permite que se pueda armar un nuevo teléfono y ser usado.
“Un celular que esté reportado, por ejemplo en Venezuela, sirve perfecto acá después de ese cambio, porque está reportado es allá y no pueden identificarlo”. Al preguntarle a Sebas por las medidas que adopta el Gobierno, afirma que aunque se haga una ley internacional hay otras maniobras para seguir con el negocio.
Tal vez como usuario ha escuchado que los celulares tienen un número llamado IMEI. Esto es un código de 15 dígitos que identifica el aparato ante cualquier operador y el elemento que usan para dejarlo inservible después del robo. Este serial es ubica generalmente detrás de la batería y debe coincidir con los números que aparecen cuando usted marca en el dispositivo esta clave: *#06#. Si estos números no concuerdan, significa que el celular que tiene puede ser robado.
“Los software de los Samsung y LG no tienen tanta seguridad y se pueden violar fácilmente. Cuando flashean un celular, el IMEI interno cambia del original, por lo que no va a coincidir con el que está en la carcaza. Me di cuenta de que en el Centro de Bogotá tienen la máquina para elaborar una calcomanía con el mismo IMEI y hacerlo que coincidan”, confirmó Sebas.
Con este aparato, el IMEI original del celular se desecha y se reemplaza por el nuevo, eliminando el rastro del delito y dejándolo listo para usar de nuevo.
FOTO | COLPRENSA | LA PATRIA
Esta es la calle 13 con Carácas en Bogotá, y donde distribuidores aseguran que es donde llega cerca del 80% de los celulares robados en Colombia.
Técnicamente flashear un celular significa cambiarle su Sistema Operativo y, además, borrarle la memoria. Esto hace que el dispositivo quede como nuevo y pueda ser usado otra vez.
Hay fabricantes de celulares que ponen más seguridad que otros, permitiendo así que se pueda volver a usar el teléfono.
“Los Samsung y LG son muy fácil de liberar. La seguridad más brava la tienen el Expiria de Sony Ericson y los Nokia. Para flashear estos hay que hacerles un cambio de tarjeta, no hay de otra”, contó Sebas. En cuanto a los iPhone, asegura que la cuenta Apple ID que tienen todos estos equipos los hace imposible de liberar, ni siquiera con cambio de tarjeta, por lo que se usan casi siempre para repuestos.
Francisco asegura que en un reconocido centro comercial de la ciudad tienen lo último en tecnología para hacer ese procedimiento.
“Hay distintos tipos de cajas de flasheo y en ese local, camuflado entre venta de carcazas y accesorios, tienen el sistema más moderno y efectivo para hacer este trabajo. Obviamente si usted va le dicen que no se hacen esas cosas, pero ellos saben quiénes son sus flechas para los torcidos”, afirmó.
La Policía Metropolitana de Bogotá, en un comunicado, informó que ayudará a recuperar los celulares que han sido robados en esa ciudad. En los próximos días en la página de la institución, se pondrá un enlace donde se relacionarán más de mil teléfonos celulares que han sido recuperados en distintos allanamientos.
El procedimiento para localizarlo es sencillo, la persona ingresa al micrositio en la página web, allí le solicitará el número IMEI del celular, y sí este fue recuperado por la policía en Bogotá, inmediatamente el sistema informará el teléfono de contacto para reclamar el equipo. En el caso de que el usuario no se acuerde o no conozca el número IMEI, podrá llamar a los teléfonos de servicio al cliente del operador y con los datos básicos del equipo robado se lo suministrarán.
Decreto 1630 de 2011 se expidió para establecer normas que permitan restringir la utilización de celulares que han sido reportados como robados o extraviados en Colombia.
Esta norma señala que todos los celulares que están operando legalmente en el país hacen parte de una base de datos activa, y por otra parte en una lista negativa aparecerán los IMEI de los equipos robados para evitar la activación.
Según el Decreto, solo podrán vender celulares nuevos y usados los operadores o las personas autorizadas por el Ministerio de las TIC, quien lo haga sin esta autorización estará inmerso en una infracción al régimen de telecomunicaciones.
Según la Policía Metropolitana de Maizales, en las últimas semana recuperaron 35 celulares en la Galería, mercancía avaluada en 11 millones de pesos. Además, también se incautaron de 12 quipos que no tenían número IMEI. El poseedor era un hombre de 22 años.
Todos estos aparatos recuperados terminan en la Sijín. Cualquier ciudadano puede acercarse a las oficinas de esta dependencia, preguntar por el Grupo de Contra-atracos y verificar si su celular robado fue recuperado.
Para que se pueda devolver el equipo al dueño, es necesario que se haya puesto la denuncia al momento del robo y también que el usuario lleve cualquier documento que lo acredite como dueño del celular, como por ejemplo, la factura de compra.
Proteja su información
Es cierto que es difícil recuperar un equipo robado, pero muchas veces es más importante proteger los datos y documentos que el usuario tiene en su celular que el propio dispositivo.
Los smartphones o teléfonos inteligentes se han convertido en herramientas esenciales no solo para hablar por teléfono, sino también son el medio más rápido y fácil de enviar correos, tomar fotos, hacer videos o investigar en Internet si no se tiene un computador o cámara a la mano.
“Desde ESET proveemos una aplicación que brinda la posibilidad a la víctima de un teléfono extraviado o robado, enviar un mensaje SMS desde otro dispositivo con un código que eliminará toda la información del usuario. De esta forma, se protege a la víctima y el daño es únicamente material”, fijo Raphael Labaca Castro, especialista de seguridad de ESET Latinoamérica.
Estos son algunos consejos para la protección de este tipo de dispositivos:
1. Bloquee la pantalla con una contraseña, este es el primer paso para proteger la información.
2. Si no está usando el celular manténgalo bloqueado, no se descuide ni deje el dispositivo en un sitio que no conozca.
3. En lo posible evite guardar información confidencial en el celular, como por ejemplo notas o correos que contengan información importante.
4. Realice un respaldo físico o en la nube con la información que considere más valiosa como fotos, datos y videos.
5. Use programas de seguridad que puedan ayudar a localizar su teléfono si llega a ser robado, de manera que lo pueda bloquear para que nadie tenga acceso a su información. Los sistemas operativos iOS, Android y WindowsPhone ofrecen esta posibilidad.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015