LA PATRIA | BOGOTÁ*
Este papá, en primer lugar, genera vacíos afectivos en sus hijos y, adicionalmente, dificulta en ellos una sana y adecuada expresión de sentimientos; lo que bien podría denominarse "analfabetismo afectivo".
En hijos con temperamentos fuertes se podrían presentar conductas rebeldes o contestatarias. En hijos con temperamentos débiles, generaría pasividad e inseguridad. En ambos, una visión errada de la autoridad, que ellos podrían repetir en sus propios hijos; o un desprecio por la autoridad, que favorecería una renuncia al ejercicio de la misma.
Lo ideal sería que los hijos se asomen a la vida desde la óptica de papá y mamá, pues hacerlo desde un solo punto de vista empobrece la crianza y elimina un punto de mira que representa muy acertadamente los rasgos de media humanidad (la femenina). Sin embargo, cuando la mamá muere o por otras circunstancias los papás quedan solos, es preciso que sepan que una figura femenina adecuada (abuela o tía, por ejemplo), puede sustituir la figura materna.
En la infancia y adolescencia lo acertado sería ser ante todo papá. En la juventud es muy apreciable cultivar una amistad que dure el resto de la vida. Es fácil conseguir amigos, en cambio, solo tenemos una verdadera opción de tener un papá.
Para el caso, es como si no estuviera, Esto, sin contar que da a sus hijos un pésimo ejemplo de lo que es hacer vida familiar. Además, siendo hoy tan restringido el tiempo de familia, desperdiciarlo así sería lamentable.
Papá inseguro, hijos inseguros. Papá inseguro, hijos desconfiados. Papá inseguro, hijos que no quieren ser como su papá, su ascendiente y autoridad; se ven muy comprometidos.
Un papá inmaduro dificulta el proceso de maduración de los hijos, por lo menos en aquellas áreas más afectadas por su inmadurez. En hijos mayores, su inmadurez produce rechazo, pérdida de autoridad e inclusive, puede avergonzarlos.
Positivo para la madre, el mismo padre y los hijos, en todos los aspectos de la vida familiar. Esto es lo que podríamos llamar "la madurez de la figura paterna".
Cuando llegue a su edad de retiro se encontrará como un extraño en medio de su familia, porque los lazos generados entre él y su esposa e hijos son tenues o inexistentes. Adicionalmente, el no haber cultivado adecuadamente las relaciones familiares generará en él un gran vacío existencial y relacional. No pocos de estos por su "ausencia" de la vida familiar, llegan a hacerse irrelevantes y sustituibles para esposa e hijos.
*Cortesía Universidad de La Sabana.
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