A siete días de que comience la Semana Santa, la Orquesta Sinfónica de Caldas cumple tres meses de vía crusis. Aún es incierta la fecha en que arrancará su actividad. La razón: falta presupuesto; la causa: las entidades que financian la agrupación aún no desembolsan los dineros para que comience el concierto.
Lo que sucede ahora parece un déjà vu del 11 de junio de 2009, cuando se despidió de los escenarios por falta de recursos económicos. Algunos más escépticos afirman que es lo mismo de todos los años y otros más fatalistas aseguran que es la realidad de la cultura en el departamento.
Víctor Alonso Román López es trombonista de la Orquesta. Comenta que los tiempos han cambiado, ahora ya no son estudiantes sino padres de familia, tienen obligaciones y lo mínimo que esperan es una retribución por sus servicios en la agrupación. Este año se ha sostenido dando clases de trombón.
"Entre los instrumentistas hay mucha preocupación y decepción, aunque conservamos la ilusión. No concebimos que en una ciudad en la que su gente la califica como culta, las autoridades no se comprometan en aportarle a la cultura, pues la Orquesta no se puede entender como un espectáculo, sino como el resultado educativo de transformación social para generar espacios de sana convivencia", destacó Román López.
Historia
La agrupación arrancó en 1988 como una orquesta de estudiantes de Bellas Artes. En 1992, con el nacimiento de la Fundación Batuta, pasó a denominarse Orquesta Sinfónica Juvenil Batuta - Universidad de Caldas. A partir del 31 de julio del 2001 la agrupación se desvinculó del programa Batuta y pasó a denominarse Orquesta Sinfónica Juvenil de la región, adscrita solamente a la Universidad de Caldas, comenzando así las actividades de la primera fase del Proyecto de desarrollo sinfónico y lírico en Caldas, su continuación se dio desde el 2002 hasta el 11 de junio 2009 debido a la falta de financiación.
El proceso de profesionalización de los artistas en Caldas se elaboró con la búsqueda de dar oportunidad laboral y de realización musical a un nivel cúspide de interpretación; en ese orden de ideas, el ingreso a la agrupación siempre se realizó en la modalidad de audición con un jurado compuesto por tres expertos externos y detrás de un telón para garantizar la transparencia de la selección.
Las audiciones dieron como resultado cada año una cierta cantidad de artistas en los niveles: profesional, especial, avanzado, intermedio y regular. Quien no alcanzaba el puntaje mínimo, no entraba. Ese proceso fue el primero que se aplicó para consolidar un destino profesional para los músicos de Caldas.
Para el año 2010 se inició una nueva etapa, con el renacimiento de la agrupación como Orquesta Sinfónica de Caldas, adscrita a la Universidad de Caldas a través de la Vicerrectoría de Proyección Universitaria. La misión fue posicionarla como un patrimonio inmaterial del departamento en la búsqueda de formalizar la suma de voluntades y respaldos para su sostenibilidad y crecimiento.
El proceso de selección de sus 57 integrantes continúo en la modalidad de audición frente a un jurado, pero las categorías dentro de la agrupación cambiaron: director, director asistente, concertino, músico principal, músico asistente de principal y músico de fila. A partir del segundo semestre de 2010 hasta la actualidad, la Fundación Batuta Caldas tiene la administración delegada, encargo que recibió de la Universidad de Caldas y de la junta asesora del proyecto sinfónico.
Autoridades
Ricardo Gómez Giraldo, rector de la Universidad de Caldas, única entidad que ha mantenido estable su aporte desde hace 12 años, explica que en el mundo donde hay orquestas sinfónicas o filarmónicas los dueños son los gobiernos, según él, aquí es una cosa sui géneris, siempre se espera una cofinanciación. La institución tiene $300 millones para aportar en efectivo y en profesores.
"Hay que ser claros. En Caldas no hay con qué financiar 70 músicos profesionales o por lo menos no hemos visto la plata del Estado para hacerlo, sí hay dinero para que sea una orquesta sinfónica semiprofesional, integrada por 10 profesionales, el resto estudiantes y profesores", señaló.
Juan José Silva, gerente del Instituto de Cultura y Turismo de Manizales, fue categórico en afirmar que la orquesta es patrimonio de los caldenses y aseguró que no puede dejar de existir. "El Alcalde se comprometió a financiar la agrupación". Aunque no quiso dar la cifra exacta con que iría la Administración Municipal, adelantó que serán más de $100 millones.
Guido Echeverry Piedrahíta, gobernador de Caldas, prometió que aportará recursos, aunque no oficializó el monto ni cómo ni de dónde sacará el dinero. Reconoció que la orquesta es un bien de interés cultural del departamento que debe seguir presente en la cotidianidad de los caldenses. Elizabeth López, Secretaria de Cultura, también habló del interés de financiar la sinfónica, pero que está esperando reunirse con el gobernador.
Olga del Socorro Serna, gerente de la Fundación Batuta Caldas, entidad administradora de la Orquesta Sinfónica de Caldas, aseguró que la agrupación vale este año $1.200 millones, aunque ya es menos por los tres meses que lleva el 2012.
Agregó que hasta que no se concreten los recursos económicos no nombrarían director artístico y operativo, ambos cargos están desiertos. Nelson Monroy Rendón, que dirigió la orquesta durante 23 años, renunció para dedicarse a la formulación de una nueva maestría en la Universidad de Caldas, mientras que la junta asesora del proyecto sinfónico prescindió de los servicios de Édgar Eider Melán Hidalgo.
La agrupación realizó 86 conciertos entre comunitarios, formales, sinfónico-corales, escénico-musicales y de música de cámara con aproximadamente 35 mil 568 espectadores. Logró, adicionalmente, ofrecer aproximadamente 2 mil 959 horas de docencia cualificada de forma gratuita.
La Orquesta en el 2011 terminó su temporada con la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, según expertos, fue el punto de nivel musical más alto durante el año. Contó con la participación de artistas invitados como los españoles Óscar Navarro, clarinetista y compositor; Gorka Sierra, quién se convirtió en director honorario, también estuvo el director francés Louis Tillet.
Se articuló con diferentes corales para mostrar los procesos líricos de la región, los coros con los que participó fueron: Coro del Taller de Ópera de la Universidad de Caldas, Coral Santa María, Coral Brahms, Coral de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales y Coral Ad Líbitum.
$180 millones del Ministerio de Cultura.
$160 millones de la Alcaldía de Manizales.
$300 millones de la Universidad de Caldas.
$10 millones de la Chec.
$25 millones pagó la Alcaldía de Armenia por el concierto la Novena Sinfonía Coral de Beethoven.
$700 mil aportó la Universidad Autónoma por medio de un concierto para unos grados.
$300 mil de la Cooperativa de Institutores de Caldas.
$200 mil fue el aporte de la Universidad de Manizales.
$10 millones de la Secretaria de Cultural.
$ 2 millones del Comité de Cafeteros de Caldas.
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