LA PATRIA | Manizales
El periodista
Una vez termino mi carrera de Derecho comienzo a trabajar con mi padre, como gerente, en la revista Guión. Ahí empecé mis pinos en el periodismo. Después entro a TV Hoy. Lo creamos tratando de convertirlo en algo distinto, un poco de más análisis de las noticias y especialmente en los temas internacionales.
En TV Hoy fuimos líderes en combatir el narcotráfico. Un gran amigo mío, asesinado por el Cartel de Medellín, era el coronel Ramírez. Nos permitió ser el único noticiero que estuvo en Tranquilandia. En el libro contamos la labor que nos tocó cumplir a los periodistas, desenmascarar los carteles y es cuando creamos con María Jimena Duzán, Enrique Santos y otros periodistas, lo que he denominado el Kremlin. Nos reuníamos en lugares muy secretos para comenzar a destapar los carteles, el mismo informe en prensa, radio y televisión y se pasaba el mismo día. A la gente le daba temor poner la voz, porque las amenazas eran permanentes, y yo, por lo general, decía: pongo la voz mía. Alguien que pasaba generalmente era Luis Carlos Galán y hablábamos sobre este tema. Fue lo que llevó a que Pablo Escobar nos puso en la mira a varios periodistas hasta que logró su objetivo, mi secuestro.
De delfines
Cuando yo hablaba con mi abuelo, el doctor Carlos Arango Vélez, gran patricio del partido Liberal, me contaba cómo Jorge Eliécer Gaitán era de su grupo político, candidato a la Presidencia del año 42, precisamente en la previsión de López Pumarejo. Por el lado de mi madre siempre se ha mantenido la línea Liberal, y por el lado de mi padre, lógicamente, la línea conservadora. Siempre se refieren a los delfines de la política, pero no se refieren a los delfines de otras profesiones. Por lo general los hijos de médicos son médicos y los hijos de los políticos somos políticos, o de periodistas son periodistas".
El secuestro
"En el año 82 quién era Pablo Escobar, apenas comenzaba. Voy y hablo con mi padre y le digo: me acaban de dar esta razón: que el señor Escobar me va a matar cueste lo que cueste, valga lo que valga. Me dice: "hable con el presidente Betancur". Voy a hablar con Belisario y me dice: tranquilo, Andrés, que yo lo voy a proteger... y me pusieron un guardaespaldas del DAS contra el criminal más grande que había en Colombia, así estuvimos durante muchísimos años. Escobar quería tener tres secuestrados: Juan Gómez, se estaba lanzando como alcalde de Medellín; el otro era yo y el otro era el procurador General de la Nación. Tuve la oportunidad de ir a visitar a Popeye en la cárcel y preguntarle cómo fue mi secuestro, cómo lo organizaron, por qué decidieron secuestrarme, quién estaba. Nunca había contado que me reuní esa noche con Pablo Escobar. Yo estaba vendado, pero es el que me dicta lo que tengo que decirle a mi padre. Después supe que era Escobar. Ellos me dicen: "le vamos a quitar la venda, no vaya a mirar para atrás porque lo matamos". Me doy cuenta que me están grabando, que hay una grabadora al lado y en un momento de la charla, yo no caigo en cuenta de esto en esa angustia, veía que las dos personas que estaban hablando detrás de mí, uno era un experto o por lo menos conocía a fondo el tema de la extradición. Discutimos varias horas y no me doy cuenta, pero en un momento uno le dice a otro, mire Pablo que eso no es así, pero yo no caí en cuenta, del susto. De repente alguien brinca y se acuesta en mi cama, me volteo y me encuentro cara a cara con Pablo Escobar. La sangre se me congeló, y ahí empieza el diálogo. Está narrado hasta las 5:30 de la mañana. Le pregunto mucho del negocio, hablamos del tema familiar, porque en esos momentos habían puesto la bomba del edificio Mónaco. Después de dos horas o tres horas de diálogo al final me dice: bueno, aquí le dejo un diario, que significaba que iba a ser larguísimo el secuestro, y le dejo dos libros, y al final les dice a los secuestradores: "al doctor Pastrana denle lo que quiera, pero si se trata de escapar lo matan". Popeye me cuenta mi historia, que cuando me secuestraron, Escobar manda a recoger a Alberto Santofimio. Lo lleva allá y este dice quién fue el héroe que secuestró a Andrés Pastrana, y Escobar le dice: fue Popeye, y Popeye me cuenta que Santofimio se para, lo abraza, lo felicita y le dice: "ahora, Pablo, tenés que matar a Andrés Pastrana". "Cómo así que tengo que matar a Andrés Pastrana", y Santofimio le reitera: "si usted no mata a Andrés Pastrana ese tipo va a ser presidente de Colombia y nos va a hacer mucho daño, mate a Pastrana". Hay una frase de Popeye que me llama la atención, que dice que Santofimio quería llegar a la Presidencia sobre una escalera de ataúdes.
Temores
Algún día yo, como director de TV Hoy, iba con Roberto Pombo, le estaba entregando el noticiero, y me dice: "¿conoce al procurador?", y yo: no, "entonces se lo voy a presentar". Llegamos a Medellín. Me presentan al procurador, el doctor Carlos Mauro. Me dice: "¿tienen carro?", le decimos que no. "Venga yo lo llevo". Nos montamos y yo le digo a Roberto, este tipo debe tener un ejército cuidándolo y era el conductor, un guardaespaldas y el procurador, y un carro atrás con dos guardaespaldas, y le digo yo: procurador, usted está loco. Dónde tiene su protección aquí, y me dijo: "mire, Andrés, yo me vengo todos los viernes en el último vuelo y me devuelvo todos los lunes en el primer vuelo, tengo una finquita en El Retiro, me vengo con mi novia, paramos aquí, nos tomamos unos guaritos, nos comemos unos choricitos". A él le gustaban mucho el tango y la música de carrilera.
Escobar me dice a mí: "secuestro al Procurador el viernes", inmediatamente digo, a este ya lo tienen fichado y lo van a secuestrar. Y lo que es la vida, el viernes había una gran discusión si yo me podía inscribir o no a la candidatura de la Alcaldía, entonces llama el procurador a mi padre, que no se conocían tampoco, y le dice: "presidente Pastrana, le tengo una buena noticia, la fórmula para que Andrés se inscriba, cuándo me recibe", y entonces le dice mi padre: "véngase el lunes a las 3:00 de la tarde". Lo curioso es que el lunes a las 3:00 de la tarde estoy llegando a mi casa y oigo que Popeye llama a la radio y dice que han asesinado al procurador General de la Nación y que el cadáver lo pueden encontrar en un sitio.
Liberación
Nadie sabía dónde estaba yo, porque me secuestran en Bogotá y me llevan en helicóptero hasta Medellín. Popeye me contaba que en la búsqueda del procurador, se moviliza Policía, Ejército y, al parecer, mi secuestrador, lo que siempre sucede con estos tipos, empezó a gastar mucha plata, se fue a tomar trago, llevaba los carros. Parece que en la finca casi todos los jefes estuvieron. Dice Popeye que yo era como Micky Mouse, todos los narcotraficantes querían verme humillado y secuestrado. Iban muchos carros y ellos creían que era un laboratorio de coca. Caen seis policías, que son nada, con revólveres. Hay mucho ruido y llega un secuestrador, me esposa y me dice: "quédese quieto que parece que llegó la autoridad". Efectivamente llega y me pone una UZI en la cabeza. Empecé a rezar. Me dice: "usted es quien va a negociar por mí". Empieza a gritar la Policía: "quién está ahí", yo digo: Andrés Pastrana. "¿Cómo, quién dijo?" Andrés Pastrana y estoy con un secuestrador que me tiene puesta una ametralladora en la cabeza, y dice un policía: "¡uy!, vinimos por el santo y se nos apareció la Virgen", y ahí sigue la historia, para que la lean.
Narcocasetes
"Aquí le entregamos un casete, óigalo". Están las voces de los jefes del cartel de Cali con Alberto Giraldo. No sabía si lo que me estaban entregando era cierto o una trampa electoral, y entonces mi obligación era, como periodista, proteger mi fuente. Aquí hay una gran discrepancia con el presidente Gaviria, cuando dijo: por qué no se lo llevó a la justicia. Digo: es que se lo llevé al primer magistrado, el encargado de proteger la Constitución y las leyes. ¿Qué sucede? Que cuando le dejo los narcocasetes confirman la voz. ¿Qué es lo más grave?, que si a mí el presidente Gaviria me dice: los casetes son ciertos, otra hubiera sido la historia de Colombia, porque si yo tengo la confirmación del presidente se podía haber actuado de muchas formas, no podemos permitir que el narcotráfico vuelva a comprar la Presidencia. Si hubiéramos llegado al fondo mucho nos hubiéramos evitado.
Está confirmado que no fueron cinco millones de dólares sino que fueron quince, según dicho hace un mes por William Rodríguez Orejuela. Después nuestra campaña fue investigada. Es cuando le digo al fiscal que bienvenido, investigue, pero yo solo le voy a hacer una pregunta: ¿ya investigó a su hija?. porque la hija de De Greiff, Mónica, era la tesorera de la campaña de Samper. Le dije: aquí están todos los libros abiertos: duraron dos años investigando mi campaña, no encontraron absolutamente nada. Lo grave fue eso, que jamás se investigó y el fiscal De Greiff terminó sin visa a los Estados Unidos.
Yo le entrego los casetes al presidente Gaviria como a las 4:00 de la tarde y esa noche el ministro Pardo nos invita a hablar en su casa. Su propuesta: "les manda a decir el presidente, si ustedes no cuentan que estuvieron en Palacio nosotros no decimos nada y ustedes no digan que estuvieron con nosotros y no va a pasar nada". Yo le dije: no, a nosotros investíguenos, estamos dispuestos, insistía, y dijo: "déjeme pensarlo".
Prueba reina
"Cómo llega esa carta a mis manos. Fíjese que ni siquiera la utilicé yo siendo presidente de Colombia. Esa no era la prueba reina. Gonzalo Guillén, quien escribe el libro conmigo, le pone así, pero la prueba reina estaba dada desde hacía mucho tiempo, lo que pasa es que hay elementos nuevos. Por ejemplo, están las declaraciones, está la carta, están los casetes, los condenados, y todavía falta mucho, porque la verdad tiene que haber muchísima horas de grabación que no conocemos los colombianos. En ese momento el fiscal Gómez Méndez, hoy ministro de Justicia, dijo que él tenía tres mil cheques: ¿dónde están los cheques?, ¿qué pasó con todas esas informaciones? Pruebas reinas hay infinitas, pero esta, después de muchos años, decidimos publicarla y hasta ahora no hemos obtenido respuestas.
Acercamientos
Mucha gente cree que yo me reuní con Tirofijo antes de las elecciones y fue después. Fue un primer acercamiento en el que se trató de decir simplemente que si yo gano la Presidencia de Colombia, estarían dispuestos a iniciar un diálogo. Elegido, cuando me siento con Tirofijo en la mitad de la selva, esa fue una locura que hice, yo le pregunto: cuántos guerrilleros hay al lado mío, dice que hay 2.500, que perfectamente me hubieran podido decir: quédese aquí. Me dice: "por qué voy a creer en usted", entonces le digo: hombre estoy yo aquí, rodeado de 2.500 guerrilleros y vengo a proponerle que iniciemos un proceso de diálogo para ver si llegamos a la paz. Me dice: "la última vez que yo estuve sentado con un gobierno fue en el de Gaviria y me bombardearon, estando dialogando con el gobierno". Es curioso, De la Calle, que era el ministro de Gaviria, cuando se bombardea la Uribe es el que está en los diálogos de La Habana. Era generar confianza en la guerrilla para decir, bueno, por qué no nos sentamos a hablar, tratemos de restablecer eso, que fue lo primero que se hizo con la famosa foto del reloj. Víctor G Ricardo le dijo: ustedes, si gana Andrés Pastrana, ¿estarían dispuestos a reunirse con él?, y le dicen sí, estaríamos dispuestos.
En la selva
Como presidente electo, son las cosas del realismo mágico de Gabo, llego a la selva. Yo me siento en un carro al lado de un guerrillero y me dice: "perdón, presidente, ¿me tiene el fusil?" Yo andaba con el fusil al lado y me dice: "yo compongo vallenatos", mete el casete y nos ponemos a oír vallenatos revolucionarios y así estoy yo con el fusil durante todo el camino una hora, hora larguita hasta que llegamos al punto de encuentro.
Después cometo el acto de locura de volver, ya como presidente, también logro evadirme de mi seguridad y vuelvo al Caguán a hablar con Tirofijo porque ya era el momento, iniciábamos la negociación o no. El único documento que se firmó entre un gobierno y la guerrilla es el que firmamos nosotros en ese segundo viaje en Caquetania el 2 de mayo del 99 en que por primera vez la Farc aceptan iniciar un proceso de negociación. Fue una reunión con Tirofijo y a la final, cuando lo logro llevar para que negocie, el que más se oponía era Jojoy. Yo llevaba a mi secretario privado, Camilo Gómez, para que escribiera el comunicado en su computador, pero si funcionaba el computador no servía la impresora y, conclusión, nos tocó en dos papelitos que los guardo todavía, y cada que Camilo ponía negociación, Jojoy se la rayaba y decía: "no, diálogo". Es la primera vez que las Farc firman un documento iniciando una negociación .
El Caguán
Si no hay Caguán, no hay seguridad democrática y si no hay seguridad democrática, no hay proceso de paz del presidente Santos. Primero, porque no teníamos un Ejército. Se nos olvida que en 1998 teníamos diez mil soldados profesionales, cuatro helicópteros de combate, 70 aviones de transporte y 30 helicópteros artillados, y terminamos con 110.000 soldados profesionales, profesionalizamos el Ejército, fortalecimos nuestras Fuerzas Armadas y de Policía. Cuando llegué, los soldados me decían: "presidente, no tenemos para la suela de los zapatos", no había tiros, no había bombas, las bombas son de 1959. El Caguán nos permitió esa frase famosa que le dije a Tirofijo: voy a hacer un ejército para la guerra y un ejército para la paz, y usted decide para qué lo quiere, si para la guerra o para la paz. Yo echo una historia, no la conté en el libro: alguna vez les dije al general Tapias y general Mora, en una reunión en Hato Grande: aquí hay dinero para 30.000 soldados, "Presidente, no podemos". Les digo: cómo así que no podemos. "Primero, dónde los ponemos; segundo cómo los vestimos; tercero, tiene que tener cabos, sargentos, dragoneantes, oficiales. Cómo preparamos los oficiales que no tenemos en el momento". Nos tocó acelerar uno o dos cursos, que ya no fueran en un año sino en seis u ocho meses para que pudieran salir soldados profesionales. Fue el legado que le dejamos al presidente Uribe que, afortunadamente, continuó con el Plan Colombia, un Ejército y una Policía como nunca antes en la historia y, lo más importante, resulta que toda la ayuda militar americana, la que se le daba a la Policía y después se le comenzó a dar al Ejército no la podía utilizar en contra de la guerrilla.
Un día me emboscaron a una patrulla cerca a Caquetania. En ese momento no teníamos helicópteros para ir a auxiliar a los soldados y les pido a los americanos si me prestan uno para transportar personal y no fue posible conseguirlo. Nos masacraron a los soldados. Esto se lo cuento al presidente Bush y le digo: esto no puede ser posible porque diferenciar entre guerrilla y narcotráfico no se puede. Le dije que necesitaba que hiciera lo que se llama cambio de autoridad, permitir que toda la ayuda de la Policía y del Ejército pudiera utilizarse contra la guerrilla. Ese cambio significó que en un mes casi doblamos la capacidad aerotransportada y de combate en Colombia. Fortalecimos el Ejército y los americanos nos dieron la mano.
Otro tema importante y que ha cambiado la guerra: El Plan Colombia lo importante que tiene es que somos socios de los americanos. Le digo al presidente Bush necesito que me venda las bombas inteligentes, que no las vendían, y propongo comprar los aviones Supertucanos. Hoy con un chip, como se la pusieron a Jojoy o en un bulto de arroz o inclusive que se le puede meter a uno en la piel podemos saber las coordenadas. Todos los cabecillas de la guerrilla en los últimos años han caído gracias a las bombas inteligentes, primero, lógicamente hay información de inteligencia, pero una vez se tiene la información ya no se escapan. Ese temor de prender un teléfono, de utilizar un computador, porque todo es susceptible de rastreo.
Muy importante: desenmascaramos a la guerrilla internacionalmente. Logramos meter a las Farc en la lista de terroristas. Están hablando en La Habana porque no pueden hablar en otro país, no pueden salir de Cuba, porque donde salgan los capturan. Me llamaba la atención que uno iba a Suecia y ahí tenían su emisora, en los parlamentos del mundo los recibían como los Robin Hood, los malos éramos el 99,9% de los colombianos y los buenos era el 00,1 y logramos al final del gobierno dejarlos en la lista de terroristas y eso cambió la guerra en Colombia.
La silla vacía
Esa historia la conocí muchísimos años después, los amigos cubanos me cuentan esa historia yo siempre tuve las dudas de que Tirofijo fuera a ir por lo poco que se conocía y además porque era elemental que Tirofijo frente a la comunidad internacional 100 o 150 cámaras y periodistas, conociendo uno que él era un campesino muy pragmático, político y con esa malicia indígena. Siempre tuve la duda y por eso llevé dos discursos, y ahí están los dos discursos y el resto de la historia.
Íngrid
El título del capítulo es Dígale a Ingrid que no haga pendejadas. Mi hermano, Juan Carlos, era muy amigo de Íngrid, lógicamente yo también, y Pacho Rodríguez, que era su jefe de prensa, le dice: "mire que es que la doctora Íngrid se va a meter". Mi hermano le dice: "páseme a Íngrid", él le dice: "donde yo le pase a Íngrid me regaña porque lo estoy llamado a usted". No la pasa, "entonces dígale que no haga pendejadas, que no vaya a ir". Ahí está toda la comunicación de Policía y Ejército, las advertencias que se hicieron para que no entrara a la zona de distensión, porque estaba un busbomba, estaba la guerrilla muy cerca.
Fujimori
El gobierno peruano no nos permitió hablar con Fujimori, pero la historia de los 50.000 fusiles vendidos a las Farc por Montesinos y Fujimori, el país no la recuerda. Qué sería hoy de Colombia si las Farc tuvieran 50.000 fusiles. Logramos, por informaciones propias de inteligencia del DAS, hacer el seguimiento de todas las armas desde Jordania, después el Caribe, cómo las lanzaban con paracaídas a Colombia. Ahí toda la historia de Fujimori. Cuando nos reúnen en Brasilia y le pido explicaciones, era tal el nerviosismo de Fujimori que se le olvidó hasta la clave de su maletín, nos tocó pedir un destornillador para abrir el maletín y sacar las pruebas que traía. Es un tema que afortunadamente logramos descubrir, inclusive los americanos no tenían idea de esto.
El perdón
No sabemos qué está pasando en La Habana, no tenemos los elementos para saber si vamos bien o mal, si se va a lograr o no se va a lograr. Lo único que espero es que ojalá podamos hacer la paz y, ahora lo veía en Sudáfrica, lo que es el ejemplo Mandela. 27 años de un hombre preso que salió sin odio ni rencor. La primera cosa que hacía Mandela todas las mañanas en su cárcel cuando salía a hacer sus trabajos forzados era preguntarles a sus carceleros cómo están sus familias. La lección que nos deja Nelson Mandela es la del perdón, y es la pregunta que me hago: ¿estamos los colombianos dispuestos a perdonar? Mañana podemos firmar la paz con las Farc pero ¿vamos a perdonar?
Recomendación
El director de LA PATRIA, Nicolás Restrepo, dijo esto en la presentación:
"El libro lo recibí hace poco más de 10 días y le confieso que lo he leído dos veces, obviamente para prepararme un poco más para lo que voy a decir aquí, pero también porque se lee muy fácil. Es la forma de tener viva la historia del país en momentos tan importantes como los que a usted le ha tocado vivir, por ejemplo, en cargos como el de Presidente de la República. Memorias olvidadas cuenta en nueve capítulos, nueve historias. Cualquier joven que coja el libro lo va a leer muy fácil, tiene esa característica.
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