Gustavo Gómez Córdoba
Colprensa | LA PATRIA | Bogotá
Santiago Rojas es mago profesional. Y un buen prestidigitador. Pero no en su consulta. Médico con posgrado en trabajos paliativos oncológicos, labora hace 25 años con pacientes que sufren enfermedades degenerativas y terminales. También es golfista. Mal golfista, reconoce: “El golf es una hipótesis en mi vida”. Tiene un hándicap similar al de sus años con gente que enfrenta a la muerte: 25. Es uno de esos luchadores contra el cáncer que dan la batalla en el momento en que otros prefieren rendirse.
A finales de los 70 Rojas enfrentó un tumor en la pierna del que se libró en 1984. “No hay fórmulas mágicas para curar el cáncer”, dice el mago-médico, “porque así como se trata de una enfermedad multifactorial, su tratamiento y posible cura debe combinar muchos elementos”. A él lo salvó la ciencia, un diagnóstico temprano, el apoyo de su familia y la búsqueda de un futuro diferente. “El enfermo de cáncer”, dice, “tiene dos caminos: o ser una víctima y esperar la muerte o aprovechar la situación para transformar su vida, porque el cáncer, al revelar las vulnerabilidades del ser humano, le enseña a vivir diferente”.
En su consultorio del norte de Bogotá, donde desfilan a diario docenas y docenas de personas que confían en él, combina la medicina tradicional con esencias florales, técnicas de relajación y meditación, suministro de vitanutrientes (minerales y vitaminas), manejo de biofrecuencias y otras herramientas que pretenden fortalecer el sistema inmunológico, atacar la enfermedad o disminuir la posibilidad de agresión tumoral.
Desde que era un paciente y no un doctor, aprendió las virtudes de una disciplina infalible: leer. Está leyendo diez libros a la vez y escribiendo dos, uno de ellos dedicado a la búsqueda de la alegría, “un derecho inherente al ser humano que estamos perdiendo”. No teme que el cáncer vuelva a atacarlo, pero está preparado para esa posibilidad latente. También, con respeto y tacto, está preparado para responder doce preguntas inspiradas en el cáncer de próstata al que se enfrenta el presidente Juan Manuel Santos.
Del estrés
- ¿El estrés puede enfermar a un presidente?
Las doctoras Suzanne Kovacs y Joan Borysenko han estudiado los casos de líderes que no se enferman frente al estrés y encontrado tres condiciones fundamentales: control, compromiso y desafío. Un líder controla a los demás, pero entiende que ellos van a un ritmo más suyo y los transforma desde su propia realidad. Un líder se pone la camiseta y logra que los demás la usen, se comprometan. Un líder no ve dificultades reales en las condiciones adversas, solo retos; acepta y supera los desafíos. Si un líder mantiene el control, está comprometido y supera los desafíos y, además, está agradecido con lo que tiene y logra, se expone a una probabilidad mínima de enfermarse.
- Si cumple esas condiciones, ¿el líder está blindado para enfermedades como el cáncer?
Está protegido para lo que sería la causa emocional del cáncer, porque, además, en el cáncer juegan factores genéticos, de edad, grupo sexual o racial y de herencia que son inamovibles.
- ¿Qué factores, entonces, además de los emocionales, sí pueden modificar los líderes para disminuir los riesgos de tener cáncer?
Los factores inductores y promotores de la enfermedad. Entre los inductores, es decir, los que causan la enfermedad, están por ejemplo, el cigarrillo en el cáncer de pulmón o el virus del papiloma humano, en el de cuello uterino…
- Un momento, doctor Rojas, ¿cuál es el factor inductor del cáncer de próstata?
No existe, así que hay que detenerse en los factores promotores, que alientan la acción de la enfermedad: alcohol, estrés, exposición a ciertos elementos (como el cadmio, los herbicidas o los insecticidas), dietas altas en grasas saturadas y ausencia de algunas sustancias en la alimentación (como los licopenos, que están fundamentalmente en el tomate y la sandía, o los antioxidantes de la toronja).
- De lo que come una persona como Juan Manuel Santos, ¿qué pudo afectarlo al punto de exponerlo a un cáncer de próstata?
Todos consumimos alimentos producidos en tierras colombianas, donde hay un bajo nivel de selenio. Y se ha demostrado que en este tipo de ambientes hay una más alta incidencia de casos de cáncer de próstata.
- ¿Funcionaría entonces el consumo de suplementos con selenio?
No, no está comprobada la efectividad de este tipo de consumos. Tenemos claridad sobre la utilidad del selenio que está en los alimentos, pero no en el que se toma de manera suplementaria, aparte de los alimentos. El ser humano debe consumir alrededor de 70 microgramos de selenio al día, y no todas las tierras colombianas ayudan a que los alimentos nos brinden esa dosis. Eso hace que el presidente Santos, usted, yo y millones de colombianos estemos más expuestos a cáncer de próstata y tiroides, entre otros.
De desbalances
- ¿Algún tipo de desbalance en el cuerpo que pueda hacerlo más propicio para este tipo de cáncer?
Creería que no, aunque técnicamente, hasta el día de hoy, ignoramos la causa concreta del cáncer de próstata.
- ¿Cómo manejar, emocionalmente hablando, los efectos de un procedimiento similar al que se le practicó al presidente Santos?
El cáncer de próstata puede ser una afrenta a una de las fortalezas del hombre, su sexualidad. Afortunadamente las modernas técnicas quirúrgicas ofrecen una alta posibilidad de que no se afecte ese desempeño sexual. Lo que hay que tener muy claro es que, pudiéndose alterar en algún nivel la sexualidad, no tiene por qué afectarse la fortaleza masculina.
- ¿Qué debe hacer la esposa de un hombre que ha sido sometido a una extirpación de próstata?
Ponerse en sus zapatos, ser comprensiva y apoyarlo en el proceso de recuperación de la vida íntima. Entender que la relación de pareja no está definida únicamente por el contacto íntimo, sino por el afectivo.
- ¿Cree que el humor negro y la mordacidad subida de tono del colombiano pueda influir negativamente en la recuperación del presidente?
Los hospitales y las cárceles son una realidad que puede presentarse en la vida de todos, así que lo mejor es comprender al que sufre y no destruirlo.
- Una vez recuperado, ¿cómo debe manejar el presidente Santos el estrés?
Es fundamental que el presidente aprenda a tomar control y a propiciar un estado de agradecimiento con lo que se tiene. Sin duda el estrés de un presidente colombiano es uno de los más altos del mundo y cualquiera lo nota, en lo físico, comparando una foto del presidente cuando es electo con una del momento en que sale de Palacio de Nariño. Pero Santos cuenta con la ventaja de padecer de un cáncer curable y detectado en un estadio temprano. El éxito de la lucha contra el cáncer siempre es el diagnóstico precoz y Santos lo tuvo.
- Si usted no fuera doctor sino asesor político, ¿le hubiera aconsejado a Santos que hiciera lo que hizo, contarlo con pelos y señales a la opinión pública?
Sí. Lo que hizo fue un acto de grandeza. Su salud es un asunto público, que no es lo mismo que su vida íntima. La salud de un presidente nos compete a todos los colombianos. El presidente sentó un importante precedente… presidente es “el que se sienta antes”, y Santos lo hizo con una altura digna de elogio.
Libros
Algunos libros del médico Santiago Rojas:
u El manejo del duelo.
U Esencias de flores para cada momento.
U Cómo combatir la tensión y el estrés.
U Dos mundos, un relato fantástico.
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