SHEYLA ROJAS
LA PATRIA | MANIZALES
Oriundo del corregimiento de San Félix (Caldas), el maestro Leo Marulanda, como todos lo conocen, inicia el reto de hacerse director de la Sinfónica. Recibe la orquesta con sus dificultades y fortalezas. Insiste en que lo que viene será terminar el proceso de profesionalización de cada músico, entendiendo la evolución independiente de cada uno, para crecer en conjunto.
Durante el concierto de despedida del maestro Nelson Monroy, el pasado viernes, interpretó el trombón, como un homenaje a su antecesor.
Trayectoria
-¿Cómo fue el proceso para llegar a ser el director de la Orquesta?
Soy hijo del programa departamental de bandas de Caldas, empece en la banda juvenil de San Félix como instrumentista, luego me trasladé a Manizales, me acoplé a la Banda Municipal y empecé a dirigir. Después ingresé a la Sinfónica de Caldas y cuando el maestro Nelson Monroy impulsó el proceso de profesionalización, en el 2001, ingresé a ella como instrumentista y luego trabajé como director asistente. Finalmente, el maestro Andrés Orozco, un director colombiano muy reconocido en Europa me apadrinó y viajé, en el 2006, a Viena (Austria) a estudiar dirección. Terminé de prepararme en enero de este año.
-¿Cómo logró llegar a Viena?
El trabajo fue largo. Adicionalmente he tenido la oportunidad de encontrarme con las personas adecuadas, maestros que creyeron en mi evolución, que le apostaron a mi carrera, tuve muchos padrinos. El maestro Nelson Monroy fue el que me abrió las puertas para saber lo que era dirigir. Luego conocí al maestro Andrés Orozco que me impulsó para que fuera una realidad mi preparación en Viena. Llegar a Europa implicó una decisión difícil porque aquí tenía a mi hija y a mi madre que recién enviudaba, además significaba irme a buscarme la vida allá. Hay momentos en los que uno no puede ni pensar, tiene que fijarse una meta y hacer lo necesario para lograrlo.
-¿Cuáles fueron los más importantes aportes de su preparación en Europa?
Son los padres de la música clásica. Es allá donde se encuentra todo lo que no está en los libros. Definitivamente durante la estadía en Europa logré conocer la música desde sus raíces. En Colombia es difícil acceder a esa información. Entendí también lo que es tener determinación, metas fijas y siempre construir para adelante.
Sus desafíos
-¿De qué manera se impone el reto de asumir una Orquesta con mucho talento, pero con dificultades económicas?
Por primera vez en la historia de la Orquesta hay mucha gente trabajando para que todas esos problemas terminen. Estamos trabajando en llave con la Alcaldía, la Gobernación, el Ministerio de Cultura, la Universidad de Caldas, personas particulares y empresarios muy influyentes de la ciudad para que la Sinfónica pueda continuar y solventar los problemas económicos.
Tenemos gerente, director operativo, director titular, asistente, todo un equipo de trabajo que hace que esta labor sea más fácil de lograr. Porque antes, infortunadamente al maestro Nelson le tocaba asumir todas esas responsabilidades.
-¿Qué considera que debe cambiar?
Se debe modificar la mentalidad de los músicos. Ellos no ven la Orquesta como un trabajo, la sienten como un sitio de práctica orquestal, allí estamos fallando porque cuando hablamos de profesionalizar la Sinfónica no solo nos referimos al tema musical, sino administrativo y empresarial, entonces los músicos deben pensar que esta es una empresa, un trabajo como cualquier otro.
-¿Qué debe seguir?
El proceso que traía el maestro Nelson Monroy, que siempre ha sido muy acertado. Trabajar porque la Orquesta mejore a nivel artístico, siempre mirando hacia arriba. Debemos seguir creciendo musicalmente para mostrarla, incluso, fuera del país.
¿Qué hace falta?
Completar la orquesta. Contamos con músicos locales, pero siempre hemos tenido que recurrir a instrumentistas foráneos, aunque la idea es contar con personas que están radicadas en la ciudad.
- ¿Cuál es el reto más importante?
Hay muchos aspectos que se deben trabajar, pero el fundamental es posicionar la Sinfónica a nivel ciudad, región y nación. La Orquesta debe entrar en la escena musical colombiana, es hacer que la sea reconocida.
Lo que viene
-¿Qué esfuerzos se van a hacer para fortalecer las cuerdas de la agrupación, aspecto que siempre ha sido la falencia?
Manizales tiene un problema ancestral. Tenemos que empezar a buscar una solución pronta y es que las escuelas de cuerdas, por alguna razón, no están produciendo la suficiente capacidad y cantidad de personas que el medio necesita. Por ahora tendremos que abrir convocatorias nacionales para que venga gente del resto del país. Esperamos que en unos años, ojalá pocos, Batuta, que es el semillero, el programa departamental de bandas y la Universidad de Caldas se fortalezcan para que no tener que recurrir a foráneos.
-¿Cómo cierra el año la Orquesta?
A nivel artístico este es de los mejores años, porque se están haciendo conciertos de mucho nivel. El reto ahora es que los años venideros sean mucho mejores.
-Dice Nelson Monroy, que el nuevo director debe seguir al frente los procesos individuales de los integrantes de la Orquesta, ¿cómo va continuar el seguimiento?
Un requisito grande para asumir la dirección de la Sinfónica es conocer a profundidad este proyecto, entenderlo y casi que haber nacido en él, ese es mi caso. Entonces, tengo el conocimiento del proceso, y estoy enterado del crecimiento de cada músico y de su vida. Hay unos pocos que debo entrevistar a profundidad, para comprender su evolución profesional y su desarrollo como ser humano, pero son los más nuevos. Con el resto me he relacionado desde hace varios años.
Del maestro Nelson Monroy heredamos que es más importante la parte humana. Esto no es una fábrica de músicos, debo estar pendiente de lo que cada persona necesita.
- El maestro Monroy significó formación, crecimiento para la Orquesta, ¿cómo será la etapa con Leonardo Marulanda?
Ya hay un camino largo recorrido, para mí la Sinfónica tiene la mitad de los músicos profesionales, mi meta es que en menos tiempo todos sean profesionales. No me refiero solo a lo artístico, sino a todo lo que tiene que ver con ser un músico profesional desde que entra al teatro hasta que toca la última nota del concierto.
Historia
La agrupación arrancó en 1988 como una orquesta de estudiantes de Bellas Artes. En 1992, con el nacimiento de la Fundación Batuta, pasó a denominarse Orquesta Sinfónica Juvenil Batuta - Universidad de Caldas. A partir del 31 de julio del 2001 la agrupación se desvinculó del programa Batuta y pasó a denominarse Orquesta Sinfónica Juvenil de la región, adscrita solamente a la Universidad de Caldas.
Para el año 2010 se inició una nueva etapa, con el renacimiento de la agrupación como Orquesta Sinfónica de Caldas, adscrita a la Universidad de Caldas a través de la Vicerrectoría de Proyección Universitaria. A partir del segundo semestre de 2010 hasta la actualidad, la Fundación Batuta Caldas tiene la administración delegada, encargo que recibió de la Universidad de Caldas y de la junta asesora del proyecto sinfónico.
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