DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
"Basta con ser amigo del Presidente para ir a reclamarle por nuestra ciudad y nuestra región". Esta fue una de las frases que entregó el caldense Germán Cardona Gutiérrez, cuando recién lo nombraron como ministro de Transporte del actual Gobierno, el 22 de junio de 2010.
Hoy, una semana después de ser relevado de su cargo para pasar a la embajada de Colombia en Roma, y quedar Caldas sin ministro en esta administración, surge la pregunta de si se requiere verdaderamente de alguien cercano a Santos para lograr obras y recursos para el departamento, si la región pierde gestión o si basta esa amistad de la que habla Cardona Gutiérrez.
La situación preocupa, pues desde la presidencia de César Gaviria Trujillo, hace 22 años, Caldas ha tenido presencia ministerial permanente en los gobiernos (ver PDF Caldenses). En ese período liberal actúo como ministro de Gobierno, entre 1991 y 1993, Humberto de la Calle Lombana.
En este momento, pese a que se tienen representantes en el mandato Santos, no son del peso de un ministro y no manejan tanto recursos como ocurrió en Mintransporte, donde según el titular saliente, se apropiaron $732 mil millones para vías, cifra que no se había visto en la historia de la región. Además, quedaron y siguieron en marcha proyectos como la conexión con Bogotá, la Autopista de la Montaña, el tren del Oeste, la conexión subregional y Aerocafé.
De la Calle Lombana consideró que una región no puede depender de un ministerio, aunque aseguró que sí es muy importante cuando se tiene a alguien del departamento en una cartera donde hay gasto. Por ejemplo, Transporte y Planeación.
"En esos casos tienen injerencia directa y pueden impulsar proyectos para la región. Pero hay otros netamente nacionales, como Interior y de Justicia, sin tanto poder para tomar este tipo de decisiones. Tener un ministro en esas carteras se diluye entre todos los estamentos del Gobierno".
Hay quienes consideran que un ministro no es de regiones, sino de todo el país, pues su obligación no es solo con la zona que lo vio nacer. Sin embargo, sí puede ayudar a impulsar obras y proyectos, pero trabajando en concordancia con los otros responsables de esa labor: diputados, alcaldes, gobernadores y congresistas.
Otto Morales Benítez, caldense que fue ministro de Trabajo y Agricultura durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo (1958-1962), indicó que no se puede poner a un ministro al servicio de una región. "Sus obras son nacionales. No representa a un departamento, sino a un país. Pensar así es disminuirle su capacidad de acción y convertirlo en ministro provinciano. Puede ayudar a su tierra, pero no trabajar solo para ella".
Y añadió que hay que poner a trabajar y gestionar a los demás gobernantes, empezando por el presidente, así no sea de la zona. De la Calle Lombana complementó que no se debe depender del Gobierno, pues este tiene que atender las necesidades de todas las regiones.
El llamado es para los representantes elegidos popularmente, para que ejerzan esa labor y, en el caso reciente, no dejen perder los recursos asignados, no permitan que se frenen los proyectos regionales, peleen por más y toquen puertas en todos los ministerios.
Aunque muchos no estén de acuerdo con la política y los políticos es, en estos casos, donde revisten más importancia para que ayuden en el desarrollo. Sergio Clavijo, presidente de ANIF, indicó que lo importante es que los proyectos de la región sigan adelante.
Ante la falta de vocero directo, lo ideal es que los líderes caldenses trabajen unidos y por las mismas causas.
El representante a la Cámara por el Partido de la U Hernán Penagos dijo que no es necesario un ministro, pero sí importante. "Obvio, si está, hace fuerza por su tierra, pero al carecer de representante, la fuerza parlamentaria y la clase política debemos luchar por los propósitos".
De otra parte, Ómar Yepes Alzate, que estuvo por Caldas en el Congreso durante 35 años, consideró que tener vocero en el Gobierno ayuda, porque es una línea directa con el presidente y los demás ministros para interceder por su tierra. Sin embargo, aclaró que las regiones también tienen fuerzas vivas, organizaciones sociales, gremios y clase política que, de forma aislada o conjunta, se puede hacer oír y conseguir cosas para su departamento. "Lo ideal es que se hagan sentir al unísono y por los mismos objetivos".
Pese a todo, no hay que olvidar que los presidentes, como lo aseguran algunos politólogos, nombran en su equipo de trabajo personas afines a regiones donde el apoyo con votos fue vital o que son importantes para futuras aspiraciones políticas.
El docente Rodrigo Santofimio Ortiz manifestó que existe algo que se llama la articulación política y es lo que en ocasiones tienen en cuenta los mandatarios nacionales para elegir sus ministros por su representatividad, su relación con la clase política de la región y ciertos conocimientos sobre el tema.
"Eso lleva a que una regiones puedan recibir afectaciones más pronunciadas que otras, que no tienen ninguna representación política en el Gobierno. El hecho de que Caldas tuviera esa vocería ministerial no puede desatenderse como poca cosa, pues esa condición de poner ministro sugiere que a los 'ojos del gobierno' mirarían a la región desde la descrecionalidad, las decisiones y los presupuestos propios de un Ministerio. Ojalá las obras contratadas sigan su rumbo, pues son propósitos históricos y urgentes".
En cambio, el politólogo con énfasis en gestión pública y especialista en gobierno municipal de la Universidad Javeriana, Sebastián Lippez-De Castro, reitera que el trabajo es de varios y opinó que contar con ministro de la región no genera ventaja ni desventaja, porque junto al presidente lo que se espera es que lideren la política nacional en la cartera encomendada, con una mirada de país, no de departamento.
"Que una persona de una región sea nombrada ministro (a), por supuesto que engrandece el espíritu regional, pero no debe suponer beneficios o perjuicios para su zona de origen o para el resto del territorio. Los verdaderos responsables de la gestión son los representantes elegidos popularmente".
El exministro de Transporte reiteró el pasado jueves en Manizales: "puede que me vaya del Ministerio, pero no del Gobierno, hay una amistad desde hace muchos años con el presidente Santos, prueba es el paso a la Embajada ante la Santa Sede, y voy a estar muy pendiente".
Lo que quieren hoy los caldenses es que no solo Cardona Gutiérrez desde su nuevo cargo esté al tanto de lo que pueda hacerse por el departamento, sino que sea un trabajo como debe ser: de muchos. Todos aportan y todos ganan.
Los siguientes son algunos de los caldenses en el actual Gobierno.
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