Óscar Domínguez G.
ESPECIAL | LA PATRIA
Los colombianos estamos acostumbrados a hablar del Rafael Uribe Uribe general. El historiador riosuceño Otto Morales Benítez lo estudia desde 1957 y prefiere al estadista, humanista y pensador que encontró en él.
La Universidad Industrial de Santander, de Bucaramanga, acaba de publicar en una bella edición de dos tomos una Antología de textos jurídicos, internacionales, políticos, de exposiciones muy eruditas con el titulo de “Uribe Uribe y Panamá: altura jurídica, política y moral de la patria”.
Son textos de cómo la Regeneración Conservadora de Núñez y de Caro abandonó el destino del istmo de Panamá. La Antología y el prólogo son del investigador Morales Benítez. Es un texto excepcional por la documentación que presenta.
Es de una riqueza que asombra por el pensamiento del estadista Rafael Uribe Uribe acerca de materias históricas colombianas e internacionales. Morales Benítez respondió las siguientes inquietudes.
- ¿Cuál fue su primer encuentro intelectual con Uribe Uribe?
En mi calidad de ministro del Trabajo iba a dictar una resolución destacando a Uribe Uribe como Precursor del Derecho del Trabajo en Indoamérica. Tenía esa convicción por mis estudios, pero resolví organizar una antología suya que no permitiera dudas. Adelanté una investigación en la Biblioteca Nacional y en el archivo personal del jefe liberal. Reuní los materiales y publiqué un libro con prólogo mío, en el cual los documentos confirmaban mis tesis. Y desde 1957 he seguido estudiando su obra.
-¿Hubo amor a primera vista?
Sin ninguna duda. El país, desafortunadamente, no lo conoce en las tres dimensiones de su pensamiento: estadista, humanista, pensador. No hay que decirle más general. Su mensaje es esencial en la vida cultural de nuestro continente. El país no ha leído su trascendental obra ni la ha estudiado.
- ¿Qué nos estamos perdiendo al desconocer la figura de Uribe Uribe?
Un orientador, de clarísima concepción intelectual, en la inmensidad de temas que trató. La totalidad siempre en servicio de la patria y el continente. Prosa de un pensador y oratoria de claros planteamientos ideológicos.
-¿Se queda con el Uribe Uribe militar o con el Uribe Uribe civil?
Me adhiero al civil, pues es uno de los espectáculos mentales más reveladores de lo que es un altísimo pensador. Uno de los más grandes de Colombia y Latinoamérica.
-¿Por qué no se han vuelto a dar figuras como él?
Porque no ha habido más guerras civiles para agregar al personaje el título de general. Pero el país y el liberalismo, en los últimos años, ha tenido jefes, presidentes, escritores, oradores, científicos sociales que ennoblecen la historia colombiana. A Uribe Uribe lo ha favorecido la leyenda que lo circunda.
-Lo que más lo ha impactado de su personalidad...
Su estructura cultural y moral. Su vocación de servicio a Colombia y su sentido ético en sus acciones individuales y políticas.
Liberal de izquierda
-¿Qué clase de liberalismo era el de Uribe Uribe? ¿Sobreviven liberales de ese estilo?
Era un liberal de izquierda. Sus ideas estaban al servicio de los marginados económica, social, política, religiosamente. El Estado lo concebía para intervenir a favor de los pobres. Era un humanista social. Hay muchos, demasiados liberales, que predican y siguen esas ideas. Es el humanismo social el signo de los verdaderos liberales.
-¿Viviría cómodo el doctrinario Uribe Uribe con los liberales modelo 2012?
Estaría complacido si ellos combatieran la pobreza, defendieran los derechos humanos y beligeraran contra la nueva derecha internacional, que es el neoliberalismo. Les exigiría que organizaran el partido. Las gentes en las calles se sienten muy abandonadas.
- ¿Qué aspectos de su ideario tienen vigencia aún?
Todos. Es cuestión de estudiarlo desde su discurso del “Socialismo de Estado”, en 1904, hasta su Plan de Marzo. El hecho que he establecido es que su obra –la laboral, la política, la internacional, la de los intereses del pueblo, la división territorial, la concepción de los deberes del Estado, lo de la agricultura, etc, etc,- no es conocida, hoy día, en Colombia. He publicado, hasta ahora, seis antologías de su pensamiento y tengo tres más inéditas. Leerlo es el descubrimiento de uno de los pensadores más creadores de Colombia.
El istmo de Panamá
-¿Cómo resume la participación de Uribe Uribe en el análisis de la situación presentada entre Colombia y Estados Unidos en relación con el territorio que fuera nuestro (Panamá)?
Claridad y conocimiento. En el libro que circula en estos días en admirable edición de la Universidad Industrial de Santander, hay multitud de documentos de Uribe Uribe y, con ellos, se establece el abandono, la negligencia de la Regeneración Conservadora. Las razones para ese desdén son muy claras: Núñez, Caro, Marroquín eran hispanistas y solo creían en los blancos católicos y conservadores. Panamá era de mestizos –lo que distingue con excelencias a nuestro continente-; eran devotos de otras religiones y el 90 % era liberal. Estas tres razones justificaban que no hiciera parte de Colombia. Y como gobierno, así obraron.
-Separando Panamá de Colombia con la debida intervención del gobierno de Roosevelt, ¿cuál siguió siendo la posición asumida por Uribe Uribe?
Estando de Jefe de la Guerra de los Mil Días, viajó a New York a conseguir armas y dineros para seguir con aquella. Se dio cuenta, por los estudios que allí realizó, que como estaba manejando el gobierno lo del istmo, íbamos a perder a Panamá. Para que no tuviera ninguna culpa el liberalismo, lanzó, desde esa ciudad, tres manifiestos proclamando la paz. Y antes, con los jefes más importantes de la guerra, propuso 15 veces la paz. Al gobierno regenerador no le importó: Marroquín siempre contestó: que se sometan a la Policía. Esa época fue el reinado de la insensatez. Por eso se perdió Panamá.
-¿Qué hizo luego?
Se decidió a defender al Chocó, pues EE.UU. alegaba que le pertenecía. Esa batalla la ganó Uribe Uribe. Y a él se le deben dos propuestas para crear la Intendencia del Chocó. Fue negociador de la indemnización e hizo una encuesta nacional para indagar cómo querían los colombianos que se invirtiera esa plata. Todo ello no hace más que confirmar que fue un colombiano ejemplar.
- ¿El "I took Panamá" de Roosevelt sería posible hoy?
No creo. Las circunstancias nacionales e internacionales son muy diferentes. Los enunciados jurídicos de la OEA, que es creación del eminente colombiano Alberto Lleras, no lo admitiría.
-¿Cómo juzga usted el Tratado Urrutia Thompson de 1914 que puso fin a las divergencias entre EE.UU. y Colombia?
Los negociadores colombianos, todos, eran personalidades eminentes. No iban a transar dejando en mala posición a Colombia. Pero el dolor nacional por la pérdida de Panamá no se compensa de ninguna manera.
-¿Éramos muy ingenuos o muy ignorantes para negociar?
En el libro se establecen las equivocaciones que se consintieron en varios aspectos desde que se dejó cambiar el Tratado de EE.UU. con Inglaterra conocido con el nombre de Clayton – Bulwer, y luego el haber firmado el de 1846 entre Mallarino y Briddlac.
-¿Cómo cree que sería Colombia si hubiésemos conservado Panamá y convenido con EE.UU. la construcción del Canal?
Tendríamos una importancia en el mundo internacional, que era la nombradía que nos daba Panamá. Los radicales liberales siempre pensaron en la trascendencia de Panamá. Desde la Convención de Rionegro, en 1863, se pensó que debía ser nuestra capital.
-¿Debemos volver a pensar en un canal por el río Atrato para vincular los océanos Pacífico y Atlántico?
Eso solo se puede estudiar y resolver de conformidad con las urgencias del comercio internacional.
-¿Se justifica proyectar en Colombia obras complementarias al servicio que presta el Canal de Panamá, ahora en etapa de ampliación?
Colombia tiene unos derechos en el Canal que fueron ratificados en un tratado que firmó el ministro de Relaciones Diego Uribe Vargas, con Panamá, cuando se le entregó por EE.UU. el Canal a aquel país. Hay que custodiarlos y reafirmarlos. Esto es lo esencial.
-¿Qué importancia le atribuye al libro suyo sobre Uribe Uribe que publicó la Universidad Industrial, en tan bella edición?
Es una obra donde reluce el pensamiento de Uribe Uribe en el análisis de cada etapa, hecho, episodio, declaración del gobierno, de disímiles características e importancia. Fue tan extraño el manejo de la Regeneración Conservadora, que dictó un decreto prohibiéndole a la prensa referirse a los asuntos de Panamá. En uno de los negocios más importantes de la patria, obligaban a un silencio absoluto. La Regeneración no tiene perdón por lo que nos aconteció. Mi libro tiene los documentos más importantes sobre esta trascendental historia colombiana. Leyéndolo, nos da vergüenza nacional por el desprecio con el cual se manejó lo de Panamá, que le daba a Colombia prestigio internacional.
- ¿Qué tiene usted de Uribe Uribe?
El afán de madrugar a trabajar y pensar en el destino de nuestra Colombia.
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