Alejandro Samper Arango/Q'HUBO
Un hombre de traje negro y corbata roja se perdió el jueves en la tarde en medio de la manigua. Porque en eso están convertidos los 360 metros cuadrados del Museo de Arte de Caldas: en una selva. Allí, sobre sus 60 metros lineales de muro, se exponen desde esta semana 19 pinturas del artista colombiano Carlos Jacanamijoy, reconocido en todo el mundo por el uso de azules intensos, verdes, amarillos y ocres que sobre el lienzo son su interpretación, su percepción, de la naturaleza en la que creció en el Valle del Sibundoy, en el Putumayo.
El tipo del traje negro acercó su nariz para ver los brochazos. “Está muy bien para ser un empírico”, dijo, refiriéndose a Jacanamijoy. Efectivamente, estaba perdido. El pintor de origen inga es, desde 1991, maestro en artes plásticas de la Universidad Nacional de Colombia, y sus trabajos se exhiben en museos y galerías de todo el mundo: desde Tokio hasta Manizales.
Es un artista cotizado. El galerista Luis Fernando Pradilla dijo para un artículo publicado en la revista Semana en 2008, que Carlos Jacanamijoy era un artista extraordinario, pero difícil de vender por fuera del país “porque sus precios están un poco altos si se tiene en cuenta que artistas de su generación ofrecen unos precios mucho más moderados”. Algunas personas que asistieron a la exposición el jueves pasado pudieron constatarlo; preguntaron por el precio de algunas de las obras - que no están en venta por pertenecer, en su mayoría, a un coleccionista privado -, y conocedores del recorrido y la relevancia de Jacanamijoy las tasaron entre los 16 mil y los 40 mil dólares. Nada mal para un “empírico”.
Hipersensible
Al igual que los visitantes al Museo de Arte de Caldas, Jacanamijoy llegó para sorprenderse con su propia obra. Se reencontró con trabajos que no veía hace años y a los que volvió a apreciar con los ojos de quien ya ha visto mucho. Se paró cerca a la entrada de la sala y casi que en diagonal a un cuadro suyo de pequeño formato (si se compara con casi el resto de los otros allí exhibidos, y que alcanzan los 120 x 170) señaló la pared baja y pintada de amarillo en la que estaba expuesto y exclamó: “¡quedó muy bien! Mira como juega con el cuadro del fondo (Gritos de noche, de tonos grises en el que se destacan unas manchas amarillas) y con los de allá (señala otros dos colgados a su izquierda)”.
No todos se fijaron en esos detalles. Jacanamijoy y el curador de la exposición, Alberto Moreno Armella, sí. 'Jaca', como le dicen sus amigos a este artista nacido hace 48 años en Santiago (Putumayo), pinta sobre lienzos más grandes que él, pero no es el tamaño del bastidor lo que abruma, son los detalles en medio de esa selva interpretada a través de los ojos del hijo de un curaca inga. Es la pequeña mancha blanca que se asoma bajo un brochazo azul cobalto a modo de destello, en su cuadro Anotaciones de música. Es la sensibilidad.
“Nueva York me hizo hipersensible”, dice Jacanamijoy, al referirse de los años que vivió en Estados Unidos. “Es exhuberante, con sus rascacielos y toda esa gente. Allá se ven los extremos de la naturaleza con el hombre. En esa medida, sentimos el vértigo, la soledad... los extremos del ser humano”.
Fue en esta ciudad donde, hace cuatro años, comenzó a explorar con los negros y los grises. Unos trabajos que, sin tener la gama de colores del estilo por el cual se le conoce, tienen la misma contundencia y carácter orgánico. “Tienen sus ondas, sus altos y sus bajos”, afirma Jacanamijoy. Es el espíritu de su selva en la noche.
“El hombre siempre busca la naturaleza, incluso en Nueva York. Por eso allá tienen sus mascotas y sus plantas en los apartamentos”, cuenta Jacanamijoy, cuyo estudio en Brooklyn tenía vista al East river.
Hoy su estudio está en el barrio La Macarena de Bogotá. Se lo construyó el manizaleño Simón Vélez, y tiene vista a los Cerros Orientales. En medio de ese paisaje, que peligra por el acoso constante de los constructores, Jacanamijoy sembró una palma de cera ya adulta.
Alberto Moreno cuenta que 'Jaca' estuvo a comienzos de este año en el Eje Cafetero, y se encontró con la palma caída al lado de una carretera veredal. Tras negociarla con el dueño del predio, contrató una camabaja para que se la llevara hasta Bogotá, con el fin de plantarla en un lote que compró detrás de su estudio, y así poder verla desde su ventana cuando trabaja. Jacanamijoy no solo recrea paisajes, también los construye.
'Jaca' político
“Hace dos semanas estuve en el Putumayo y siento que la paz que allí se vive se va a romper”, contesta al preguntarle sobre la situación que vive por estos días esa región del país. El Valle del Sibundoy, que Jacanamijoy describió como “un hogar amable para todos” (revista Mundo, edición No. 7, marzo 13 de 2003), hoy se ve amenazado por las empresas mineras, las petroleras y los cocaleros.
“En Colombia hay 35 comunidades indígenas que están en vías de extinción. Me sorprendió mucho, en noviembre del año pasado, enterarme que los inga, mi comunidad, era una de ellas”, comenta el artista. Hace cuatro años, cuando murió su padre, que era curaca (el jefe político y administrativo de su comunidad), pintó uno de esos cuadros grises como homenaje a la memoria de sus abuelos. “Es la tradición y la cultura que se va perdiendo. Pero hay unas manchas de colores que son los niños. Se titula Luces de la memoria”.
Al interrogarlo sobre si su obra se verá influenciada por lo que viven las comunidades indígenas actuales, Jacanamijoy es enfático en decir que un artista “tiene una posición política”. “Escuché esta mañana (la del jueves) en La W sobre la reunión del Presidente Santos con los indígenas en el Cauca y... no sé, me pareció todo como muy organizado para la foto”, comenta este seguidor de las políticas del presidente uruguayo José 'Pepe' Mujica.
Jacanamijoy llegó a la inauguración de la exposición del Museo de Arte de Caldas a las 6:30 p.m., y antes de perderse en la selva de sus cuadros, ya estaba inmerso entre los asistentes al evento. A nadie le negó una foto, una firma o un comentario sobre su obra. Poco a poco, la pequeña masa de gente le redujo los 360 metros cuadrados del museo a una esquina, junto a su cuadro Donde nace el arco iris.
En un momento en el que los grupos indígenas de Colombia le reclaman al Estado y a los grupos armados ilegales el respeto por sus tierras, la imagen del pintor inga en esa esquina rodeado de blancos, no podía ser más irónica.
“Quiero romper con lo que vengo haciendo”, dijo Carlos Jacanamijoy sobre los proyectos en los que viene trabajando. Sobre si pintará influenciado por la situación indígena actual, asegura que espera demostrarle al público (“como una bofetada en la cara”, dijo), que su arte también tiene una posición política./
No olvide
Algunas de sus pinturas están influenciadas por el consumo del yagé, una bebida ritual de los indígenas de la amazonía y el Putumayo, preparada con un bejuco que crece en la selva. Sirve para purgar el cuerpo y produce alucinaciones.
Cifra
19 obras hacen parte de la exposición del Museo de Arte de Caldas.
Dato
La exposición estará hasta el próximo 21 de septiembre en la Sala Óscar Naranjo del Centro Cultural y de Convenciones Teatro Los Fundadores.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015