
DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
En el pequeño equipaje del sargento de la Policía César Augusto Lasso Monsalve tres exóticas flores rojas ocuparon un lugar especial. Durante los 13 años y cinco meses que este manizaleño estuvo privado de la libertad vio plantas de este tipo en la selva y pensó: "cuando salga de acá quiero llevarle una de esas a mi madrecita".
En la mañana del pasado 2 de abril, antes de embarcar la lancha que lo conduciría a la libertad junto a nueve plagiados más, coincidencialmente vio flores de esas a orillas del río, no desaprovechó la oportunidad, tomó tres y las guardó con recelo.
"Una era para mi mamita Fabiola; la otra, para doña Piedad Córdoba; y la restante para Olga Amparo Sánchez, la de Colombianos y Colombianas por la Paz. También llevaba unas manillas y algunas artesanías que elaboré para quemar tiempo. Las repartí entre miembros de la Cruz Roja y los pilotos brasileños del helicóptero", le dijo a LA PATRIA, vía telefónica, Lasso Monsalve, que hasta hoy estará en San Andrés con su familia y las de los demás policías liberados.
Fabiola aún no sale del asombro que le dejó el tenerlo de nuevo a su lado. Ha tratado de compartir con él. El día del encuentro ella le regaló un fuerte abrazo y, a cambio, recibió la flor y un "mamá, estás más viejita".
"Acá, disfrutándolo. Un poco sofocados, todos quieren estar junto a él, personas de Cali que están en San Andrés lo buscan para tomarse fotos. Ahí va mi muchacho, tratando de entrar de nuevo a la vida, pero le falta mucho para adaptarse a la sociedad. Le sorprendió lo bello que está el país y el avance de la tecnología. No creía que al hablar por celular lo escuchen a uno al otro lado (risas)", expresó la señora.
César Augusto nació en Manizales el 3 de mayo de 1967 y vivió entre la capital caldense y Chinchiná hasta los ocho años, luego se trasladó a Santa Rosa de Cabal (Risaralda) y fue allí donde pasó toda su adolescencia. El 18 de junio de 1988 se vinculó a la Policía. Ese suplicio del secuestro arrancó el 1 de noviembre de 1998, cuando las Farc se tomaron a Mitú.
"Todavía en proceso de reconocimiento, disfrutando de esa linda palabra de ocho letras: libertad. Todo está muy cambiado. La Policía, más moderna; el país, muy dinámico, con ganas de paz y convivencia. Aprovecho para darle gracias a todos, a doña Piedad, a Colombianos y Colombianas por la Paz, a los medios de comunicación como LA PATRIA que nunca me abandonaron a mí y a la familia. Nos mantuvieron vivos".
Lasso Monsalve se acuerda de su natal Manizales, de La Sultana, de la escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, que era el lugar de trabajo de su papá Daniel, que quizá desde el cielo comparte esta felicidad, pues murió el 31 de mayo de 2009. "Recuerdo a Beatriz Idárraga, una de las vecinas. Tengo que ir por allá a visitarlos y a recorrer el Viejo Caldas", aseguró.
El tiempo era corto. El caldense se despidió para no perder segundos valiosos y recuperar el tiempo con su mamá, con su compañera Ninfa Hernández y sus hijos Daniel Alejandro, Lisette Regina y Mónica Fernanda (no la conocía).
"Van 10 días, pero falta mucho por conocer". Hoy la flor roja está marchita. Pero lo que sí florece es la esperanza de recuperar esos besos, abrazos y caricias que faltaron durante 13 años y cinco meses.
Antes de pedirle a su mamá que colgara la llamada, el sargento César Augusto Lasso Monsalve manifestó que trajo un cuaderno con varios de los apuntes de lo que vivió en cautiverio y el cual le regalará a su hijo. Sin embargo, habló de otro diario enviado a su familia el año pasado, y que denominó Alma Libre.
"Alma Libre era el deseo de volar hacia esa libertad, sin ataduras, sin límites... un recuento de algunos momentos vividos en la selva... Chao y pronto nos veremos en Manizales", concluyó.
LA PATRIA reproduce hoy algunos fragmentos de esas 50 páginas.
*Información de El País de Cali.
Victoria Eugenia Cabrera de Otoya, investigadora del Instituto de Familia y docente de la Universidad de la Sabana, indicó que la persona liberada quiere permanecer todo el tiempo con los suyos para recuperar el tiempo perdido, lo que puede generar obstáculos, pues los hijos también tienen amigos y otras actividades.
"El papá quiere meterse mucho y eso puede ser un error. Claro que es entendible que desee aprovechar todo el tiempo, ver fotos, saber cómo fue la primera comunión, los 15, entre otros. La sugerencia es que el padre liberado debe apoyar a sus hijos, conversar con ellos, entenderlos, pero a la vez exigirles para que empiece a ejercer su autoridad de padre". Añadió que desde este mismo momento debe ser el papá ideal que siempre quiso ser: expresivo, afectivo, pero a la vez exigente y pendiente. Mejor dicho, que mezcle las dos cosas. Que trate de estar el mayor tiempo con ellos, pero dándoles su espacio, acogiendo a su novio (a) y exigiendo buen comportamiento académico. Hacer sentir la figura paterna ausente.
Diario completo del sargento de la Policía César Augusto Lasso Monsalve:
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015