Lina María Hernández
LA PATRIA | Manizales
Una coincidencia motivó e inspiró a la manizaleña Yised Hernández para crear su emprendimiento La casa de Lucía.
Hace seis años, cuando vivía en Bogotá y quería aprender dibujo y plasmarlo en tela, conoció a Lucía en un café, ambas iban al mismo café en el barrio Chapinero cada fin de semana. Después de un mes empezaron a hablar.
Un día Lucía la invitó a su casa. Al llegar, Yised quedó maravillada con la estética del lugar: tenía cajas de hilos, lanas, porcelanas, teteras. “Esta una casa muy linda, fue mi mayor inspiración y por eso decidí llamar mi proyecto La casa de Lucía”.
La mujer se convirtió en una mamá para Yised, era su compañía, y su emprendimiento cogió forma. Luego de unos meses Lucía falleció, así que la manizaleña decidió regresar a su tierra natal.
En la capital de Caldas buscó proveedores de telas, elaboró pines con distintos materiales, y finalmente comenzó su curiosidad por trabajar con la cerámica. Lo más duro de encontrar fue donde hacer la quema de la cerámica. Halló una persona, sin embargo, las temperaturas que manejaba no eran las ideales para su objetivo. Luego conoció a otra persona que tenía horno y empezaron a hacer quemas juntas. Así su emprendimiento tomó forma.
El proceso
En La casa de Lucía nacen historias, muchas de ellas son de su niñez. Su papá fue marinero, ir a su casa es como encontrar tesoros en los cajones, como fotos o postales. De ahí nace toda esta sensibilidad.
“Lo que mueve mi marca es contar las historias y todo lo que pasa dentro de una casa, lo cotidiano. Las personas logran conectarse con ellas y me agrada cuando mi arte se convierte en la historia de quienes compran los productos”, expresa la artista.
Señala que el manejo de la cerámica es una labor de paciencia. “Cuando una pieza entra al horno y por una burbuja estalla debido a su alta temperatura. Todo es una experiencia, cada arcilla reacciona diferente”.
Al moldear y dejar secar la arcilla, se hace la primera quema que se llama bizcocho. Este proceso tarda un día y requiere cerca de 1.200 °C. Luego debe enfriarse durante otro día, para entrar a la segunda quema con el esmalte.
Yesid ocupa la mayor parte de su tiempo en la cerámica, también elabora ilustración, telas, ropa, bordados. Además disfruta de impartir talleres. “Es como una terapia”, apunta.
Los materiales básicos son la arcilla, los esmaltes y un horno especial.
Yised Hernández trata de llenar el horno con el que trabaja para hacer el quemado, el proceso de realizar las piezas tarda entre uno a dos meses.
Sus piezas tienen su propia línea gráfica, su estilo, y formas particulares como ojos, pecas, entre otros.
Los precios de sus productos varían entre $25 mil y $85 mil.
En estos momentos trabaja desde casa, está dando talleres de cerámica ilustrada, le gusta que las personas vayan y conozcan el proceso de la cerámica, se encuentra ubicada en el barrio Villa Pilar.
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