LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Si usted conoce al rector Francis Rodrigo Otero Gil sabrá que siempre está pulcro. Que cuando camina por el Instituto Manizales no le faltan el bléiser y la corbata, como si estuviera listo para eventos importantes.
"Mi papá era sastre y mi mamá, modista. Yo era hijo del sastre del pueblo", comenta el rector más mencionado está semana en el país. Explica que ellos hicieron de él un preocupado por su apariencia.
Es de Belalcázar, en el municipio de Páez (Cauca). Un foráneo que llenó de orgullo a los caldenses el pasado jueves cuando ganó el Premio Compartir, por sus buenas prácticas pedagógicas en función del contexto social de sus estudiantes, del barrio San José.
Llegó a Manizales el 3 de mayo del 2010, después de ganar el concurso del magisterio para ser rector. "Quedé de segundo y me pedí el Instituto Manizales. Un colegio grande pero sucio, feo y ordinario. Trabajando se podía arreglar. Todo el mundo me miraba y les dio risa cuando me lo pedí, allá nadie quería llegar. Ahí comenzó la historia que ustedes conocen", relata Otero. Pero a partir del siguiente punto encontrará otra historia, la de las facetas, que una a una, lo convirtieron en el mejor rector del país.
DESTACADO
"El premio no es para el rector, es para la comuna, para los padres que se han ido comprometiendo, si no lo hacen empezamos el proceso con Bienestar Familiar. Es seguimiento punto a punto. Cuando aparecieron los papás se recuperó el colegio".
Si yo cambio, todo cambia
Si yo cambio, todo cambia es la propuesta pedagógica que presentó al Premio Compartir. La pulió durante cuatro intentos en el 2012, 2014, 2015 y 2016. Se enfoca en el rescate del ser humano y la reconstrucción del tejido social.
"Planeé recuperar el colegio de la descomposición social de la periferia para devolver a los niños un territorio de paz, con formación e inclusión social", explica Otero. Para lograrlo ha hecho campañas, jornadas pedagógicas, Jornada Única, bilingüismo, modificación del Manual de Convivencia, seguridad escolar, talleres de formación, respeto a la ciudadanía, plan desarme, talleres de responsabilidad penal, creación de la Unidad Psicosocial que se convirtió en una IPS de promoción, prevención a los estudiantes, entre otras.
Para él los maestros son su bastión. Ellos recorrieron la comuna San José para conocer de primera mano los contextos de sus estudiantes. "Una cosa es verla por los medios de comunicación y otra muy diferente es estar ahí. Los maestros se comprometieron, ahora ellos son los que proponen y quieren contar lo que se hace.
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Primaria
Nació en Belalcázar, en el municipio de Páez (Cauca), conocido como Tierradentro. Estudió la primaria en la Escuela Normal hasta grado décimo y el once lo curso en Pitalito (Huila). "Mi papá era un hombre muy estricto. Logramos graduarnos dos de la Normal, mi hermana mayor y yo, de 9 hermanos. Tuve problemas en la Normal porque era con monjas y yo he sido así: pidiendo y exigiendo".
"Tuve una infancia feliz en un pueblo bonito".
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Secundaria
Estudió once en la Normal de Pitalito (Huila) y estuvo interno durante un año en el Hogar Juvenil Campesino. Cuando terminó en 1986, su papá se mudó para el Caquetá, por la bonanza de coca. En Cartagena del Chairá su padre montó la sastrería. "Yo fui a pasar mis vacaciones de junio y fui ayudarle, allá pagaban más que en Pitalito. Durante ese tiempo aprendí muchas cosas de la vida".
"Una experiencia desde la pedagogía que me permitió apropiarme de enseñar".
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Universidad
En 1991 hizo una licenciatura semipresencial en la Universidad de San Buenaventura, en Bogotá. Viajó allá para quedarse un mes, después le daban tareas en cinco libros que debía leer. Mandaba las soluciones por correspondencia porque no había internet. "No conocía Bogotá. Me financié por la docencia en Cartagena del Chairá. En 1996 me gradué como licenciado de Administración Educativa". En el 2006 estudió una especialización en Lúdica e hizo una maestría en Ciencias de la Educación de la Universidad de la Amazonía (Florencia), en donde fue la primera cohorte en el 2010.
"Una lucha por alcanzar el profesionalismo, una lucha con dedicación desde el Caquetá hasta Bogotá".
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Docente
En enero de 1987, estando con su papá en Cartagena del Chairá, presentó su hoja de vida como normalista para una vacante, una licencia de 15 meses de una profesora enferma. La docente se retiró y a Otero lo nombraron en la Escuela José María Córdoba, en la vereda la Reforma del Caguán, a dos horas del Chairá. Empezó el 1º de mayo, cuando iba a cumplir 20 años y trabajó 12 meses. Otero describe que la escuela parecía una choza por lo que presentó un proyecto a la Gobernación para construir una nueva, que se hizo tres años después de su salida. "Era profesor de aula y mi esposa no me cree, que como soy de cansón y exigente, enseñé a niños. En esa época se enseñaba con lo que se podía. En el 2002 me trasladaron para la vereda La Cumbre, en El Doncello, para dictar sociales, porque he sido muy peleón".
"Un trabajo de mejorar todos los días y de hacer lo mejor que se puede".
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Coordinador
En el 2005, en El Doncello, se presentó a coordinador y lo nombraron en el 2007. Describe que en aquella época todo era política y su nombramiento se demoró, y mientras eso pasaba se postuló a rector y también lo ganó. Como el rector del José María Córdoba no lo nombraba, Otero se lo recordaba pegando una cartelera con esa información. "Me nombraron coordinador de la escuelita que quedaba más lejos, para que no molestara. Se llamaba Villa Colombia de El Doncello. Fui dos años coordinador de 150 niños. Barrí la escuela, la trapeé, arreglé el uniforme, la sala de sistemas, la cocina, tenían restaurante y refrigerio. Durante dos años que estuve allí, los profesores decían que era la república independiente". Relata que la comunidad no tenía grandes problemas en los que concentrarse, entonces destinó parte de su tiempo para terminar la maestría y presentar proyectos a la Gobernación.
"En el 2007 fui víctima de un atentado de la violencia de la zona, no era contra mí. Fue una bomba en El Doncello contra un senador. Me afectó una rodilla, un brazo, me salvé porque no era mi día y me hizo reflexionar que yo estaba para grandes cosas".
"Fue una locura. Estuve como república independiente, un ejercicio para demostrarle al rector que la coordinación tiene importancia en la institución educativa y me hizo pensar que podía ser rector".
Rector
En el 2007 seguía sin el nombramiento como rector. Envió una solicitud a la Comisión Colombiana del Servicio Civil con una tutela contra el Municipio, porque nombraban profesores que estaban antes que él. El proceso lo ganó y en el 2009 lo nombraron en el colegio San Juan Bautista Migani, en Florencia, mejor institución que donde era coordinador. "Cuando llegué había sacado a un rector nombrado por el obispo. Duré solo siete meses porque perdí la tutela en segunda instancia. La mitad de los profesores me defendían. En ese tiempo hice lo que nadie pudo en 30 años del colegio".
Otero tabuló 24 mil vacantes que había en el país. Pasó a Manizales y el 21 de noviembre del 2009 la conoció en una entrevista que presentó en el colegio Gemelli. En el 2010 ganó el concurso. "Pero como salí de Florencia, estuve durante seis meses en El Doncello para terminar el período de prueba. Allá me ofrecieron San Juan de Lozada y en abril del siguiente año el Instituto Manizales, ¿Dónde escogía?".
Esta parte de la historia ya usted la conoce: escogió el Instituto Manizales, ese colegio que "era grande pero sucio, feo y ordinario".
"La tarea es no caer en el error de excluir y no considerar las necesidades del maestro, del padre de familia y del estudiante. Uno piensa es una mejor institución para todos".
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