Trap y matemáticas, juntas en Santiago

LAURA SÁNCHEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Siempre habrá cientos de formas de vivir y de ver. Santiago Reinosa, de 17 años, lo hace a través del trap y de su formación como docente de preescolar en la Normal Superior Rebeca Sierra, de Anserma.

No ve, ni un poco desde que tenía 13 años cuando empeoró su hidrocefalia. “Me volví invidente un 26 de diciembre. Tuve una vida muy normal hasta los 11 años cuando una válvula que tenía empezó a fallar y tenía dolor de cabeza, vómitos y me descompensaron. Tuve dos cirugías, y en la segunda quedé invidente”.

Su capacidad diversa le ha permitido estar contento, como dice él y cantar. Lo lleva haciendo hace un año, tiempo en el que ha compuesto y grabado canciones, y alterna con sus estudios en formación como

docente: “Uno debe ser disciplinado, tener orden y distribuir tiempos. Empecé escribiendo en braille, ya no las escribo, ahora me las memorizo. Mentalmente quito y pongo las palabras que me gustan”.

Su voz es grave, incluso sus compañeros le dicen que tiene posibilidades como locutor, un tono de voz que apareció a los 13 años cuando tuvo su ruptura vocal definitiva en la que transitó a una voz más madura y más adulta. “Empecé a tener vibrato en la voz y era el que hablaba más grueso del salón. Decía que la voz era más gruesita, que mi voz era así. Yo creo que tengo hasta talento de ventrilocuo”.

Duro para el chanteo

Tenía la idea de ser DJ y lo hacía en consolas. Con la ola del trap cambió de parecer cuando escuchó a los cantantes Noriel y Arcángel, de este último guardaba 583 canciones.

Un día en clase de lenguaje, el profesor Santiago Tabares llevó al rapero Cheno. “Le dije que quería hacer un remix de su canción, no escribí nada, solo cantamos. Empecé escribiendo mis canciones en

braille y usaba pistas de uso libre, y empecé a buscar historias y a organizar la forma de escribir y las rimas. Me dijeron que tenía rimas muy brutales, de calle, de tiradera, de fronteo”, relata.

El tiempo de cuarentena obligatoria lo aprovechó para componer: “Miré mi chanteo (cantar de forma rápida), mi forma de escribir, de general un punch line, que es como un símil, una comparación, por ejemplo que mi flow es como la Torre Eiffel, que sea implícito lo que la persona deduzca de las canciones”.

Ya ha compuesto: Motel, Sientan la presión y Me encantas en Flow Studios Records, una productora de Anserma. Su mamá, Claudia Milena Espinal, es su patrocinadora.

Bueno en matemáticas

El profesor de matemáticas e investigación, César Augusto Duque, le da clases a Santiago desde noveno grado. “Él ha sido un estudiante que demuestra muchas capacidades, no solo en matemáticas en el que casi siempre es el mejor pese a la dificultad visual que presenta”.

Lo algebráico lo aprendió con plastilina, lo geométrico análitico y trigonometría con plano cartesiano y puntillismo, y con el Cono de Apolonio entendió las formas cónicas. “Las clases fueron muy habladas y los conceptos fueron desarrollados así por él. Él me expresaba lo que aprendía. Alcanzó niveles avanzados de matemáticas, es su potencia de su capacidad de expresión”, manifiesta el profesor César Augusto. Su aprendizaje lo replica con estudiantes de primaria a quienes les enseña con elementos concretos.

“Fue un gran reto como docente porque en los colegios oficiales nos dicen que debe haber inclusión pero pocas veces nos capacitan con profundidad. Él llegó a niveles superlativos en su aprendizaje”.

Santiago ama tanto las matemáticas, que además de ser cantante sueña también con ser arquitecto y adelanta un proyecto investigativo sobre un diseño de aula mediada por la música.