LA PATRIA | MANIZALES
Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes vieron cómo las aulas de clase se trasladaron a sus hogares y cómo las tecnologías de la información se volvieron claves para su desempeño académico. Los cambios también llegaron a sus proyectos de vida presentes y futuros.
Ana María Ávila y Martín Hernández, docentes de psicología educativa de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, exponen secuelas o efectos psicológicos que ha dejado la pandemia a los universitarios.
1. Sobre carga cognitiva
Ante la saturación de información y contenidos no solo de carácter académico sino también relacionados con la situación de salud, las consecuencias económicas, las implicaciones sociales, culturales y políticas, resulta casi imposible evitar la afectación psicológica y emocional. Los últimos meses han sido una prueba de resistencia, persistencia, esfuerzo, fundamentales en la toma de decisiones, el desarrollo de pensamiento crítico, la autonomía y la gestión de acciones en coherencia con las prioridades que debieron definirse en cada caso particular.
2. Conductas saludables
Los horarios se transformaron, los espacios se unificaron, las relaciones interpersonales se limitaron, el tiempo y el espacio se convirtieron en un continuo del día a día para estudiantes y profesores. En esa acelerada dinámica de cambios, muchos de los hábitos cambiaron, ya no eran necesarios los cálculos de tiempos de desplazamiento, aseo, comida, sueño. Se modificaron las rutinas, en algunos casos, favorecieron la administración del tiempo y la productividad, en otros, ocasionaron pereza, desmotivación, baja productividad, incluso, deserción académica.
3. Cambios en los hábitos
Dispositivos como la atención, la motivación, el acceso a los recursos tecnológicos y físicos para la educación, implican la adquisición de nuevas conductas y mecanismos para sobrellevar las demandas académicas, pero más allá de la exigencia, implica nuevas estrategias para aprender. Es importante en este punto pensar en las distintas etapas del proceso de formación, quienes iniciaron sus estudios durante la pandemia, llevan varios semestres estudiando desde la virtualidad, sin una elección clara y voluntaria de sus grupos de trabajo o tal vez ya han generado estrategias para hacerlo, lo cierto es que cuando se de el anhelado retorno a las aulas será importante generar nuevas re-inducciones y actividades para la re-adaptación a la vida universitaria.
4. Patrones de socialización
Sobra decir que las redes sociales se convirtieron en las redes de apoyo de muchos – si no de todos- los estudiantes universitarios y así como para algunos se mantuvo o incluso se fortaleció la interacción, otros también descubrieron o confirmaron la soledad en medio de las pantallas, pues la interacción mediada por likes genera percepciones y juicios de valor (autovalor) que terminan influyendo en el estado emocional y afectivo de los jóvenes.
5. Necesidad de autorregulación
La pandemia necesita estrategias de reflexión- acción frente a la propia vida, las metas, las acciones y sobre todo, asignar tiempos para el autocuidado. Gestionar adecuadamente las emociones resulta clave para enfrentar el estrés, ansiedad y/o depresión que se pueden generar en esta nueva realidad. El pasar por alto la forma en que la realidad particular afecta a los estudiantes constituye un factor de riesgo para la salud mental y el rendimiento académico, volviéndose este un aspecto fundamental de los claustros universitarios para la formación integral.
6. Toma de decisiones
Los últimos meses han generado un cambio en la toma de decisiones personales y académicas, quien decidió suspender sus estudios, posiblemente se ha dado el tiempo para proyectar nuevamente su plan de vida, quien continuó a pesar de las circunstancias tiene en sus manos la oportunidad de construir y desarrollar nuevas habilidades de aprendizaje, relación, comunicación. En todo caso, así como la toma de decisiones es un desafío de la actual normalidad, también es una oportunidad sin igual para replantear, fortalecer o concluir proyectos personales.
7. Flexibilidad cognitiva
Flexibilidad cognitiva y autodisciplina son tal vez las mejores enseñanzas de la pandemia para los estudiantes universitarios, la capacidad de adaptación y la supervivencia en el proyecto educativo se logran en la medida en que se desarrollen estas competencias, bien por quienes lo siguen logrando, quienes no, tienen una clave para el futuro próximo.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015