
LA PATRIA | Arauca
¿Para qué sirven las vías del ferrocarril que recorrió el corregimiento de Arauca (Palestina) en los 40, 50 y 60 ? Uno creería que para nada, convencido de que los rieles son el recuerdo obsoleto de una época alejada de las dinámicas del transporte público actual, pues el vehículo dejó de circular. Ahora, pregúnteles a los 10 alumnos de las veredas San Francisco, La Miranda, Santa Helena y Nápoles, quienes van al colegio Monseñor Alfonso de los Ríos en una plataforma techada, impulsada por una motocicleta a través de los rieles, conocida coloquialmente como marranita.
“El transporte es bueno. Es lo único que tenemos”, dice Yisela Rojas. Las palabras de la estudiante cobran sentido si se tiene en cuenta que no hay carreteras en estas veredas. El improvisado medio de transporte está hecho con madera de nogal de la zona, mide 2,50 metros de largo por 90 de ancho y tiene seis balineras para rodar por la línea ferroviaria. Es un medio fabricado de manera artesanal, al que también le adaptaron una banca y una carpa para la lluvia.
Leidy Johana Quiceno transporta a los alumnos desde el año pasado. Ella maneja una moto Yamaha modelo 80 con la que lleva la marranita hasta el colegio, ubicado en el casco urbano de Arauca. Antes de recogerlos se asegura de que no le falte aceite ni gasolina al vehículo, pues sabe que una falla mecánica le puede costar la vida. “Debo tener mucha precaución cuando estoy transportando a los niños. Son muy inquietos y no quiero sufrir accidentes más adelante”, dijo.
Ella contó que se ha quedado varada en la vía. “Se daña una manguera o se revienta un tornillo, pero eso no me impide seguir con el trayecto. Mis compañeros me ayudan a desvararme. Son percances que se arreglan con mucha paciencia”.
El recorrido
5:00 a.m. Juan Diego Gutiérrez alista los útiles escolares para ir al colegio. Sale a la vía del ferrocarril y espera que lo recoja Leidy Johana. Es el primero en subir al vehículo. “Yo antes me transportaba en un carro de balineras que se impulsaba con una palanca o me iba en bicicleta”, dice. Luego se sienta y observa el paisaje a ambos lados del camino.
El próximo es Bairon López, quien carga un maletín y lleva dos cuadernos en una mano. La marranita alcanza una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora. Cuando dos vehículos de este tipo se encuentran, los ocupantes de la que lleva menos carga se bajan y retiran el vehículo de los rieles con la ayuda de un palo de guadua para que la otra pase.
El recorrido tarda cerca de 15 minutos y culmina al frente del colegio Monseñor Alfonso de Los Ríos. Cuando los alumnos llegan se produce un contraste: un carro cargado de estudiantes del sector de Monte Negro se parquea al frente de la institución. Dos minutos después suena el timbre. “No es lo más adecuado para movilizarlos, pero les toca utilizar la marranita si quieren salir a delante”, dice Leidy, quien a la 1:00 p.m. prende de nuevo la moto para llevarlos a casa.
Contentos
Bairon López
Tenemos que viajar en lo que sea con tal es venir a estudiar.
Yisela Rojas
El transporte es muy bueno, es lo único que tenemos para venir a estudiar.
Carlos Sánchez
A la vereda no entran carros, toca utilizar las marranitas para bajar al Colegio.
Jésika Restrepo
Las marranitas son muy seguras, nunca he llegado a sufrir accidentes.
Dice la Alcaldía
Felipe Rengifo, coordinador de Educación, Cultura y Deporte de la Alcaldía de Palestina, afirmó que es difícil prestar el servicio hasta las veredas San Francisco, La Miranda, Santa Helena y Nápoles. “No hay un transporte formal que podamos contratar, porque no existen vías terrestres para trazar una ruta escolar. No podemos utilizar las marranitas, porque son un medio informal e inseguro. Sería irresponsable asignarles el servicio”. Los padres de familia pagan $5 mil pesos semanales por el servicio. El dinero se emplea para el mantenimiento de la marranita.
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