Pedro Juan Alzate
LA PATRIA |Bogotá
No pude contener la emoción, el 4 de septiembre del 2003, cuando en televisión anunciaron que Melva Inés Aristizábal Botero ganó el Premio Compartir al Maestro en reconocimiento a su innovadora apuesta educativa al servicio de los niños y jóvenes en condición de discapacidad de Pensilvania.
Me impresionó gratamente enterarme esa noche de que por fin una educadora tan especial se estuviera ocupando de las personas con alguna discapacidad cognitiva condenadas al olvidopor décadas en mi pueblo.
Era normal que a esta población la encerraran para evitarse los comentarios desobligantes de una sociedad que por ignorancia y prejuicios no estaba preparada para convivir con la diferencia, fenómeno social que se replicaba en el resto del país.
Marcó su vida
A comienzos de la década del 70, Melva Inés comenzó a estudiar su bachillerato normalista y se interesó por algunas personas con discapacidad en su municipio y en especial por una niña que veía por el postigo de una ventana cada que iba o regresaba del colegio. A pesar de la resistencia e incredulidad de los padres se fue metiendo en su mundo hasta darse cuenta deque aquella niña necesitaba afecto, comprensión y un poco de ingenio de quienes la rodeaban.Esa experiencia le marcó su proyecto de vida.
Al culminar su bachillerato, inició su Licenciatura en Educación Especial en la Universidad de Manizales, completada con una maestría en Educación para la Diversidad, en el mismo centro académico. Sumó a sus estudios una especialización en Evaluación Pedagógica en la Universidad Católica. Las prácticas que realizaba en sus estudios superiores le sirvieron para darse cuenta de que en todas partes había niños escondidos y que el fenómeno no era simple como lo querían hacer ver algunos dirigentes políticos.
Pronto descubrió que entre el casco urbano y la zona rural, Pensilvania contaba con 1.800jóvenes hasta los 30 años, que presentaban algún tipo de discapacidad cognitiva, el siete por ciento de su población.
El PRIPE
Por iniciativa de Melva Inés y con la concurrencia de las autoridades locales y de las directivas de algunos centros educativos, en 1992 creó el Programa de Rehabilitación Integral para Personas Especiales (PRIPE), orientado a niños y niñas que por su condición de discapacidad cognitiva se encontraban alejados del mundo y a veces, rechazados por sus familias. El proyecto buscaba que, a través de la escuela y de la inclusión de sus padres, esas personas pudieran experimentar una vida diferente a la que hasta el momento les había tocado vivir y que fueran más felices y útiles para la sociedad.
Su apuesta pedagógica contó con el apoyo de la rectora de la Normal de la Presentación, hermana Martha Lucía Andrade Morales, los administradores locales y la empresa privada. Fruto de esta alianza y en coordinación con el hospital local, las secretarías de Salud y de Educación municipales, comenzaron a realizar brigadas lúdicas y de salud, y se logró que la comunidad se vinculara con el proceso de sensibilización.
Para que el proyecto fuera viable en calidad y cobertura fue necesario vincular a los demás docentes del municipio, por lo que se celebraron convenios con las universidades Autónoma y Católica de Manizales. En la primera etapa de socialización y capacitación participaron 20docentes del área urbana y rural, quienes pidieron hacerlo extensivo a los demás profesores del municipio y a la comunidad en general.
Cartilla pedagógica
Las experiencias durante esta primera etapa con los docentes y algunos padres de familia fueron compiladas de forma didáctica en una cartilla guía, que se distribuyó en las escuelas.Se comenzó así a “sensibilizar a la comunidad en general y en especial a los padres de familia y profesores, sobre la importancia de asumir la diferencia no como un problema, sino como un reto para crecer en comunidad”.
La cartilla empezó a mostrar efectos positivos: de todos los rincones del municipio llegabanpadres interesados en que sus hijos fuesen tenidos en cuenta en el programa académico, y sedebió adaptar en una escuela del casco urbano un aula diseñada para este fin, la cual, con un“toque de amor” se convirtió en la primera sede del PRIPE, institución dedicada a favorecer el desarrollo y el bienestar de aquellas personas.
A partir de este modelo pedagógico la relación de segregación entre la sociedad de Pensilvania y sus niños con algún tipo de discapacidad cognitiva, que había sido la constante, se transformó en una de inclusión y de amor, haciendo del PRIPE ejemplo en Pensilvania y los demás municipios de Caldas.
En el 2000, con la colaboración de instituciones públicas y privadas que hacen presencia en la región, se logró construir una sede propia adecuada a las necesidades de sus alumnos.
Compartir 2003
Aunque incrédula, por sugerencia de la rectora de su colegio, la hermana Martha Lucía Andrade Morales, se inscribió al Premio Compartir al Maestro, de la Fundación Compartir.Semanas después le informaron que su propuesta había sido escogida para participar y que la visitarían representantes de la Fundación para conocer en detalle la labor que realizaba.
Luego de la visita se trasladó a Bogotá para estar presente en el evento de elección de los mejores docentes del país, con la grata sorpresa de resultar elegida como la Gran Maestra 2003, distinción que le cambiaría su vida, por el impacto que generó su apuesta académica en instituciones educativas dentro y fuera del país que comenzaron a ver al PRIPE como ejemplo.
Melva Inés se convirtió en una embajadora ilustre de Pensilvania en el campo educativo, y el PRIPE en una institución promocionada, ante las invitaciones que recibió para dar a conocer su propuesta en otras regiones y por los ilustres visitantes que llegaron a Pensilvania con el mismo objetivo.
Anthony Kennedy, fundador de Amigos del Alma, vino desde los Estados Unidos solo por conocer la propuesta académica; desde Bélgica vino Gunter Pauli, fundador de Zero Emisiones; y desde el Japón llegó un representante de su gobierno interesado en replicar este proyecto en ese país.
Los recursos que le otorgaron por su elección como Gran Maestra 2003 más donaciones que llegaron como consecuencia del reconocimiento sirvieron para dotar la sede de un mobiliarioadaptado a las necesidades de sus alumnos y para comprar equipos lúdicos y didácticos que favorecieron ostensiblemente el aprendizaje.
Cobertura regional
Por invitación de la Secretaría de Educación de Caldas, a partir del 2004 su apuesta académica se comenzó a extender a los demás municipios de Caldas, y se delegó en Melva Inés su coordinación. De un lado se le reconocía por su meritoria distinción, y del otro se cumplía la Resolución 2565 del 24 de Octubre del 2003, que ordenaba a las secretarías deEducación departamentales coordinar, gestionar y ejecutar los aspectos administrativos y pedagógicos para prestar el servicio a la población con necesidades educativas especiales.
Durante cuatro años, a través de la Secretaría de Educación de Caldas y bajo la coordinación de Melva Inés, se replicó el modelo educativo del PRIPE en los municipios; sin embargo,desde el 2008, las políticas públicas relacionadas con la educación especial cambiaron. La responsabilidad de coordinar estas políticas la asumió la Universidad de Manizales, y quedóMelva Inés como una rueda suelta.
Entonces retomó su actividad académica en una escuela pública de Villamaría en donde, según sus palabras, “vive una realidad diferente dejando atrás el PRIPE y ese mundo de sueños que durante tantos años forjó en Pensilvania, su tierra natal”.
Quienes compartimos la felicidad de Melva Inés esa noche del 4 de septiembre del 2003cuando la distinguieron como la Gran Maestra de Colombia y que seguimos viendo en ella a una luchadora importante por la educación especial, nos embarga cierto sentimiento de desilusión al enterarnos de que hoy se encuentra relegada de los proyectos académicos que con gran esfuerzo y un toque de creatividad logró sacar adelante a favor de los niños y jóvenes en condición de discapacidad cognitiva de su departamento.
Polémico
La sede del PRIPE en Pensilvania es en esta época un aula más de clase en la que, de acuerdocon las orientaciones de inclusión escolar proferidas por el Ministerio de Educación Nacional, lo recomendable y pertinente es que interactúen en un mismo espacio académico los alumnos con algún tipo de discapacidad cognitiva con los que no lo son. Esta política educativa, en opinión de Melva Inés, “conlleva ciertas ventajas para aquellos alumnos con discapacidad leve por la oportunidad que tienen de socializarse con sus pares, no así para aquellos que padecen una discapacidad profunda, quienes por sus muy particulares condiciones requieren de un tratamiento diferenciado y especializado del que carecen la mayoría de los centros educativos del país”.Foto|LA PATRIA
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