Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
John Jairo Rugeles es un patrullero de la Policía. Habla emocionado de su proyecto comunitario. "Queremos que los niños de Potrerillo tengan a la mano diccionarios, enciclopedias y novelas, en una biblioteca construida por la misma comunidad".
Rugeles es integrante del Área de Prevención y Educación Ciudadana de la Policía Metropolitana de Manizales. Recorre las áreas rurales y conoce de cerca sus necesidades. Por eso, tiene un diagnóstico de Potrerillo, lo que lo motivó a impulsar la idea.
Comenta: "Los niños requieren de más espacios, solo hay una cancha de fútbol y un polideportivo. El objetivo grande es construir un Centro de Aprendizaje Rural (CAR), que incluye la biblioteca, una huerta y un salón de emprendimiento para fabricar y luego comercializar los productos".
Para Rugeles hay dos asuntos preocupantes en este sector, contiguo a la tradicional vereda Kilómetro 41 a orillas del río Cauca. Uno es el consumo de drogas. El otro es la minería la que considera, entre otras cosas, contaminante del cauce.
Explica: "Estudiantes de 4 y 5 ven que los de 11 salen y se dedican a la minería. Entonces piensan, para qué estudio si cuando termine 11 voy a ser minero, e igual voy a ganar dinero".
Eso lo impulsa más en su propósito que los alumnos tengan un centro cultural como alternativa para el tiempo libre. "La lectura es un buen camino", es su frase de combate.
Con ecoladrillos
La biblioteca ecológica será construida con ecoladrillos, fabricados con botellas dos litros de gaseosa, las cuales rellenan con arena. "Un arquitecto de la Policía nos hizo la recomendación para que la estructura dure".
La comunidad será clave en el plan de Rugeles y de la Policía. El miércoles y el 11 de septiembre habrá campañas de recolección de botellas, en los cinco centros comerciales, los CAI de la Metropolitana en Manizales y en el Parque de Bolívar de Villamaría, de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
La idea surgió de la necesidad de este sector. Allí no hay bibliotecas, ni pública ni privada. En este lugar tenemos dificultades con la convivencia porque no tiene los jóvenes que solo tienen para distraerse fútbol, pues hay una cancha, y un polideportivo en el centro de la vereda. No tiene otra opción, hacer este deporte, peor también esta lo negativo que es consumir drogas. Tenemos que tengan la alternativa de la lectura.
Su estudio de la zona lo lleva a otra conclusión. "Antes de la explotación minera, la gente de por acá se dedicaba más a la ganadería y a la agricultura. Con el CAR queremos fomentar más la actividad agropecuaria, que allí aprendan técnicas agrícolas".
Lo que quiere con el aula es que la comunidad pueda tecnificar, después de que saquen las hortalizas de las huertas. Que aprendan a conservar esos productos y que los transformen en productos para vender. "La idea es potenciar el emprendimiento", es otra de sus frases preferidas.
Y libros
Las personas que viven en Manizales también podrán colaborar con la donación de libros, en los mismos días de la campaña. Así se sumarán a colegios como el Santa Inés, el San Jorge y el Marco Fidel Suárez (antes CASD) que ya alistan sus entregas. La Policía llega con sus vehículos a la institución y recoge los textos.
La biblioteca y el resto del CAR será construido con el esfuerzo y sudor de los habitantes de Potrerillo y de miembros de la Policía Cívica de Mayores. "La idea es que no nos genere gastos", comenta el patrullero.
Una estrategia es recurrir a la empresa Argos para que aporte cemento. "Como en el proceso de empacado se les dañan algunos bultos, ellos dejan ese cemento a un lado, entonces le hemos solicitado a esa empresa que no los regale".
El paso siguiente, una vez recolecten suficientes botellas, es programas convites para que entre todas las manos empiecen a construir el sueño del patrullero Rugeles, que es el mismo de Potrerillo.
Lote en Potrerillo destinado por la Fundación para la vivienda nueva Esperanza, creada en el sector, con el fin de construir una biblioteca con botellas de gaseosa dos litros.
La invasión
Potrerillo es un lote en proceso de extinción de dominio
, propiedad del Municipio, el cual fue invadido el 11 de julio del 2013 por unas 700 personas. Antes, este terreno se lo incautó la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) a Roberto, alias el Osito, hermano del fallecido narcotraficante Pablo Escobar.
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