Julián García
LA PATRIA I Chinchiná
Los alumnos y los profesores de Chinchiná cuentan las horas para que todo vuelva a la normalidad y puedan retomar la rutina que llevaban antes de la pandemia: clases presenciales y algarabías en pasillos y patios.
Tres colegios rurales del municipio han regresado a las aulas en la modalidad de alternancia, después de permanecer 14 meses con las puertas cerradas.
Hace 15 días lo hicieron las primarias de los rurales El Trébol y Gómez Arrubla y este lunes empezó El Naranjal. El bachillerato retomará luego del receso de mitad de año y cuando contraten el transporte escolar. Continúan recibiendo clase por medio de guías, fotocopias y por los canales virtuales.
Las primarias de los urbanos San Francisco de Paula y Bartolomé Mitre llevan 15 días de trabaja con el piloto del aprendizaje pos-pandemia.
Nocturnos
En Naranjal habilitaron las siete sedes con las que cuenta la institución para atender la oferta académica, los padres de familia deben firmar un consentimiento. Desde este lunes reciben clases en Naranjal 65 menores, de los 450 matriculados. Los CLEI o sabatinos empezaron hace 15 días, con 118 personas, contó la rectora Rocío Manrique.
La sede central de Naranjal cuenta con 14 aulas, solo acondicionaron dos para la primaria. Los salones ofrecen la capacidad de albergar en tiempo normal a 30 educandos, pero para garantizar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad y los requerimientos del Comité de Alternancia local solo permitirán por aula 15 alumnos, comentó la rectora.
Las clases duran tres horas, son día de por medio y nueve docentes las dictan.
Vacunada
La docente de preescolar Natalia Ramírez contó que a ella ya la vacunaron y esto la ha tranquilizado un poco. "Cada niño debe portar el tapabocas y guardar los protocolos de bioseguridad y el distanciamiento”.
Jerónimo Márquez, de quinto, consideró que ya era hora de regresar al colegio. “En mi casa poco estoy aprendiendo, el internet es deficiente, necesito un tutor presencial para despejar las dudas”. Dijo extrañar la hora de recreo y compartir con sus compañeros, cosa que por el momento no se puede hacer.
La madre Camila Monsalve piensa: “los niños corren más riesgo de ser contagiados en la calle, que en el colegio y considero que en las casas aprenden muy poco”.
La soledad, en esta pandemia, se ha tomado los colegios, los proyectos escolares frenaron su marcha, al igual que parte del aprendizaje.
* 500 alumnos están asistiendo a la alternancia en los colegios urbanos y rurales de Chinchiná.
* Las aulas cuentan con la señalización y en los pasillos hay instalados lavamanos.
*Los alumnos deben conservar puesto el tapabocas por el tiempo que duren dentro del colegio.
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