ANTONIA LOAIZA Y SARA GÓMEZ*
Nuestra Señora del Rosario, nombre que recibe nuestro segundo hogar, refugio que hemos encontrado en este tiempo, nos ha permitido crecer aún a pesar de las adversidades. Este año, con todas sus variables, nos ha llevado a pensar la vida de manera diferente. Todos, desde nuestra rectora, Sor Inés de Jesús Torres Duarte, directivos y docentes se activaron conforme la marcha lo permitió para avanzar y demostrar el material del cual hemos sido hechos: el hierro como símbolo de fortaleza, pujanza, avance, desarrollo, descubrimiento y con total conocimiento de lo que significa dentro de la tabla periódica: FE.
Con todo esto, la tecnología se convirtió en una base esencial de la vida cotidiana, ¿cómo lo vivimos nosotras, las estudiantes? Más allá de solo classroom y meet, sabemos bien que se ha tratado de construir un entorno familiarizado con lo que vivíamos antes de la pandemia. Con diversos cursos y actividades se fueron desenvolviendo los días de un año que, definitivamente, partirá el curso de la historia en otro más de sus pedazos.
Las izadas de bandera y las eucaristías no se detuvieron, los pequeños festivales y actividades lúdicas siguieron su cauce. Usando herramientas diferentes, se ha conseguido estimular el aprendizaje y conllevar el hecho de no vernos a diario. Alrededor de todo el año escolar, presenciamos dinámicas como el Festival de videojuegos, la noche mágica “Rosario Got Talent”, el Concurso de fotografía religiosa, el de videos creativos, las transmisiones hechas por plataformas como Youtube, los concursos en los que se reunía toda la familia, las charlas para nuestro cuidado y el de los demás en las redes sociales, el Proyecto Final de Síntesis que buscó, a través de escritos una conciencia ambiental más enfática y conectada con nuestra madre tierra; los talleres de Conexión rosarista, los cursos con la profesora de dibujo, y otros más.
Todas estas actividades nos permitieron tener un espacio de relajamiento y dispersión, además de esto hicimos actividades prácticas desde casa, como experimentos de química sencillos, lámparas con formas geométricas para aprender los poliedros, actividades de palabras online creados por los profes, paseos por Manizales en Google maps y demás labores entretenidas que ayudaron a sortear este tiempo y a tener una mejor comprensión de los desempeños en todas las materias.
La tecnología se volvió nuestra aliada y nuestro colegio supo aprovecharla de la mejor manera, con su gran capacidad de adaptación, sin importar la dificultad por la que estamos pasando, logró llevar adelante la academia y mantener a las estudiantes en un entorno agradable. Sin embargo, la falta de contacto físico se hace presente y resulta nostálgico el hecho de ya no poder vernos con frecuencia. Esperamos con ansias y buena actitud el próximo año escolar para hacer uso de herramientas centradas en la dinamización e incluso el reconsiderar volver. Como estudiantes, este año se nos hizo especialmente dificultoso, y ver cómo los profesores se esfuerzan en generarnos una sonrisa o en tan sólo convertir cuarenta minutos de clase, en una socialización o en quiz divertidos para no forzarnos a estudiar incansablemente.
Aprendimos muchas cosas este año, una de sus enseñanzas, nos la deja nuestra institución: “nunca debemos rendirnos ante un problema, debemos sacar lo mejor de nosotras para poder avanzar”. Por esto estamos orgullosas de ser rosaristas de palabra y corazón.
*Integrantes del programa Prensa Escuela y estudiantes del Colegio Nuestra Señora del Rosario (Manizales).
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